Por: Diego Lanese

El Gobierno no logró acordar con los gremios la suba del salario mínimo, que se discutió el viernes pasado en el marco del encuentro del Consejo del Salario. Sin el aval ni de la CGT ni de las dos CTA, se terminó decretando la suba del 30 por ciento promedio, llevando el haber a los 16.875 pesos, lejos de los 31.148 pesos que exigían en la previa las organizaciones sindicales.

 

Ayer, el decreto oficializó la suba, que fue criticada por considerarla insuficiente. En la previa al encuentro hubo una movilización de gremios clasistas, que insistieron con pedirles a las centrales obreras un paro de 36 horas para enfrentar las políticas del gobierno de Mauricio Macri.

 

En la previa a la reunión del viernes, los funcionarios del Ministerio de Producción adelantaron que la idea era dar un aumento del 30 por ciento, acordado con los empresarios. Los gremios pedían una suba que iguale el mínimo con la canasta básica, superando el techo de los 30 mil pesos. Como hubo consenso, el oficialismo avanzó con la suba unilateral. De esta forma, el salario mínimo, que hoy es de 12.500 pesos, a partir de este mes se incrementará tres veces: un 13 por ciento en agosto, un 12 por ciento en septiembre y un 10 por ciento en octubre, no acumulativo.

 

Pese a las diferencias, todo el arco sindical criticó la medida y alertó que “no alcanza”. “No es aceptable, no es un valor que acompañe la caída de los ingresos”, sentenció Héctor Daer, uno de los dos secretarios generales de la CGT, a la salida del encuentro.

 

La estrategia del Gobierno abrió en el seno del sindicalismo otra vez el debate sobre un posible paro, ya que las dos CTA anunciaron una medida de fuerza para la próxima semana, luego de la reunión del Consejo del Salario, que no cuenta con el aval de la CGT.

 

“La oferta del Gobierno para el Salario Mínimo está completamente alejada de lo que estamos pidiendo, que es cubrir la canasta básica. El 10 de septiembre podemos organizar un paro nacional de estatales y buscaremos articularlo con otros gremios”, dijo a la salida del encuentro Hugo “Cachorro” Godoy, secretario adjunto de la CTA Autónoma.

 

En tanto, en la CTA de los Trabajadores no definieron si harán una medida de fuerza. Según pudo saber Política del Sur, hay un grupo de dirigentes que no quieren hacer medidas en medio del proceso electoral y creen que la prioridad es derrotar a Macri en las urnas. Otro grupo sostiene que hay que movilizar para frenar el deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores. Esa disputa está abierta y en las próximas horas deberá definirse.

 

En la CGT, la idea de un paro ya está casi descartada. “Estamos próximos a una elección y cambio de gobierno. Lo que tiene que pasar es un cambio de modelo económico. La vulnerabilidad que vivimos estos días es un termómetro de lo que pasó. El repudio con el voto ya sucedió”, sostuvo Daer, cerrando la puerta a la posible medida.

 

En tanto, en la previa a la reunión hubo una importante movilización donde el clasismo volvió a pedir un paro activo de 36 horas, hoy lejos de concretarse. “Esta marcha es la continuidad del acto de la semana pasada a Plaza de Mayo, una actividad muy masiva donde dimos una doble señal: al Gobierno, de la necesidad de una salida distinta a las medidas anunciadas, y por el otro, a la CGT y el resto de las centrales, a quienes les decimos que no compartimos la visión de mantener la calma y no tomar medidas”, explicó en diálogo con Política del Sur Guillermo Pacagnini, secretario general del gremio médico Cicop y uno de los impulsores de la jornada de lucha.

 

En este sentido, el dirigente recalcó que el sector quiere “terminar con la virtual tregua al Gobierno que lleva adelante el sindicalismo tradicional”. Este colectivo clasista lo forman, entre otros, los docentes porteños de Ademys, los docentes universitarios nucleados en AGD-UBA, seccionales de Suteba que lidera la lista Multicolor, el gremio del neumático Sutna y sectores de los metrodelegados. “Nosotros creemos que hoy más que nunca hay que movilizarse y que las centrales obreras lancen un paro de 36 horas y un plan de lucha”, agregó Pacagnini.

 

Sobre la suba anunciada por el Gobierno del salario mínimo,  el referente gremial dijo que “los rechazamos absolutamente”, y reclamaron, además de una suba del mínimo, que se deben impulsar “aumentos de emergencia para los jubilados, las asignaciones sociales y activar mecanismos de actualización salarial para todos los trabajadores”.