martes 16 de abril de 2024 - Edición Nº1959

Opinión | 25 abr 2019

PERONISMO

Carta a Juan Grabois

El secretario político del Movimiento Primero La Patria, José Quarracino, le contestó al referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) por sus dichos contra el exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y el exministro de Economía Roberto Lavagna.


Estimado Juan Grabois

De mi mayor consideración:

 

Te escribo estas líneas en referencia a tus declaraciones de estos últimos días, en las que calificaste o definiste a Guillermo Moreno como “caniche de Perón”.

 

Te aclaro y te informo que en mis años de juventud milité en el mismo espacio que tu padre, “Pajarito”, hasta que se disolvió la organización de la que formábamos parte después de la muerte de Perón. Por eso es que, hablando en criollo, campeón, puedo decirte que estoy convencido de que le has errado feo al vizcachazo, como dice el viejo refrán, porque:

 

1) Si para vos “Cristina gana por afano” en las próximas elecciones, ¿por qué te preocupa tanto que un compañero haga alguna crítica política, no personal, a lo que ella está haciendo o pretendiendo? Las pocas veces que se ha referido a Cristina, el compañero no la ha descalificado ni agraviado en su persona, las suyas han sido críticas políticas. Pero vos, en tu afán de “ser más papista que el Papa”, lo atacaste ad hominem, no criticaste sus declaraciones, sino que le quisiste bajar el precio como persona. Digo que pretendiste descalificarlo, pero en realidad lo has promovido. Vos no conociste al General en persona, y me parece que conocés muy poco o casi nada de su vida, porque los mejores “amigos” que tuvo Perón fueron siempre sus caniches, siendo presidente y después en el exilio.

Te cuento dos anécdotas: en septiembre de 1955, el General tuvo que rajarse, y dejó todo lo que tenía -que era muy poco- en Argentina, entre lo cual se contaban sus famosos canes. Unos meses después, el compañero suboficial Andrés López tuvo que exiliarse y le llevó a Perón sus perritos. Siempre contaba el compañero la alegría que lo embargó a Perón cuando los recibió, tanta era que se fundió en un abrazo con él, expresándole a viva voz su agradecimiento.

La otra anécdota es que en junio de 1973, antes de embarcarse para su retorno definitivo a la Argentina, Perón recorrió su casa de Puerta de Hierro, despidiéndose de todos sus afectos y de las cosas que lo habían acompañado en ese exilio. De lo último que se despidió Perón antes de subir al auto que lo iba a llevar al aeropuerto fue de las dos tumbas en las que estaban enterrados esos famosos caniches que le habían alegrado cada uno de los días de su vida en el exilio.

¿Qué te quiero decir con esto? Quisiste ridiculizarlo al compañero, pero en realidad has puesto en evidencia sus virtudes que lo enaltecen como soldado de Perón y servidor de la Causa Nacional, más allá de los errores que pueda haber cometido en su militancia. Errores, no traiciones ni agachadas ni buchonadas, mucho menos pegarles a los caídos. Los caniches le alegraron sus días a Perón, nunca lo traicionaron. En este sentido, tenés razón: Moreno es un “caniche” de Perón, nunca lo traicionó ni seguramente nunca lo va a hacer, y aunque lo conozco poco como para hacer un juicio de este calibre, te lo firmo ya mismo: Moreno se podrá equivocar (es humano), pero NUNCA VA A TRAICIONAR A PERÓN.

 

2) En relación con esto, vos sos más joven que yo, por eso me permito recomendarte que leas, o mejor dicho, te zambullas en las lecturas de Perón. Cuando volvió en 1973 “con la suma del poder público”, a los que teníamos tu edad o menos y nos llevábamos el mundo por delante -como tienen que hacer los jóvenes- Perón nos inculcó varias enseñanzas, entre ellas: “no es la soberbia la que domina, sino la humildad la que gobierna”. Y otra muy importante fue que “[…] por sobre toda otra consideración los argentinos, y en especial la juventud que aspira a reemplazarlos, tienen necesidad de meditar sobre la mejor manera de servir antes que dedicarse a criticar desaprensivamente a los demás dirigentes, que si proceden de buena fe, tienen el derecho a ser respetados en su investidura y aun perdonados en los yerros que puedan cometer. Porque ningún aspirante a dirigente podrá engrandecerse con la desgracia de los demás, pero sí desprestigiarse por una elemental falta de ética política y humana” (“Discurso de cierre de campaña”, 21 de setiembre de 1973).

En realidad, querido Juancito, como dice el Evangelio, tenés que “mirar la viga que se encuentra en tu ojo, antes que mirar la paja en el ojo ajeno”. Te falta comer mucha sopa todavía, para criticar en buena ley a un compañero, cuando en tu accionar político te rodeás o te dejás rodear por gente que trabaja en ONG’s pseudo no-gubernamentales subvencionadas por la Embajada Británica en Buenos Aires, el Foreign Office, la Fundación Ford (clan Rockefeller), la Open Society Foundations (George Soros/Banca Rothschild británica), etcétera. Te rodeás y te relacionás con “súbditos rioplatenses de la Corona británica” y te pretendés revolucionario. ¿Te creés un “pibe de la liberación” que tiene derecho a marcar con el dedo a los demás, aunque estés rodeado de súbditos y empleados del poder financiero internacional? Algo no cierra en tu esquema, Juancito.

En última instancia, que a los peronistas nos califiquen de “caniches” de Perón nos ensalza, peor es que te digan que sos un “preservativo” de la Corona británica, y encima gratis.

 

3) Lo mismo te reitero respecto de tus palabras sobre Roberto Lavagna, en el sentido de que “no le alcanza la nafta” para ser presidente. El caso es que Lavagna es un Rolls Royce, en cambio vos, Juancito, sos un Peugeot 504. Buen auto, pero a años luz del otro. En este caso, creo que tenés que leer urgente y hasta que se te hagan carne, las 20 verdades peronistas, en especial la 7°, que dice: “Ningún peronista [argentino] debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista [argentino] se siente más de lo que es, empieza a convertirse en un oligarca”. Estás ahí, a un paso de la soberbia que no se cura jamás.   

Das toda la impresión de ser una persona honesta, no te conozco, pero creo que sos sincero en tus convicciones y opiniones. Pero, campeón, ya diste los primeros pasos por el sendero de la soberbia oligarca, estás a tiempo de volver sobre tus huellas, antes de convertirte en un cipayo cualquiera, a imagen y semejanza del excolaborador de las dictaduras de Onganía y Videla y actual “fiscal moral y político” de la vida nacional, enemigo mortal de tu amigo Francisco y niño mimado del poder financiero angloamericano.

En definitiva, Juancito, menos progresismo berreta socialdemócrata de sacristía y más lectura de Perón, porque eso te va a llevar por el sendero de la humildad, en un proceso de purificación continua al servicio de Dios, del Pueblo y de la Patria, porque la conversión no termina nunca, sólo cuando nos vamos de esta vida.

 

Te saludo atentamente.              

 

Temperley, 23 de abril de 2019

José Arturo Quarracino

DNI: 10.801.385

 

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