Los 60 trabajadores despedidos de la fábrica de zapatillas Gaelle de Avellaneda marcharon ayer desde la estación de Sarandí hasta la sede del Ministerio de Trabajo bonaerense para exigir su reincorporación o el pago completo de las indemnizaciones.

"El Ministerio estuvo en la mesa de negociaciones hace quince días y se comprometió a ayudarnos para que (el dueño de la fábrica), José Lópes, nos reincorpore a nuestros puestos de trabajo o nos pague lo que nos corresponde. Pero como no tuvimos respuesta, vinimos a reclamar", indicó la delegada María Blanco durante la protesta.

Los 60 despidos se dieron hace tres meses con el argumento de que los trabajadores realizaron un "boicot" a la empresa. Blanco explicó que en realidad hicieron "paro durante dos días" el año pasado porque habían echado a 20 personas. Según la delegada, esto fue interpretado como que los empleados no querían trabajar.

Desde 2015 la empresa redujo rotundamente su planta y esta semana se dieron otros seis despidos. Sin embargo, Blanco aseguró que Gaelle sigue "trabajando normalmente" porque trae productos importados y tiene "tallercitos clandestinos en donde les pagan menos a los trabajadores".

Autoridades del Ministerio de Trabajo recibieron el petitorio de los empleados tras aproximadamente una hora de protesta. Mientras esperan una respuesta, los despedidos seguirán con el acampe en la puerta de la sede comercial de Gaelle, en el barrio de Piñeyro.

Participaron de la protesta dirigentes de las CTA, la CGT, el diputado provincial Miguel Funes y los concejales de Unidad Ciudadana Matías Murabito y Juan Acosta.

En cuanto al sindicato, la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (Uticra), Blanco cuestionó que acompañan a los empleados "hasta donde pueden".