A principios de noviembre del año pasado comenzó el debate oral por la causa judicial denominada “Usurpaciones VIP”, que generó gran revuelo en la región por sus implicancias con el poder político y los intereses eonómicos que tocó. Los tres procesados por la Justicia fueron condenados: el operador inmobiliario Eduardo Daniel Salvadores, la abogada Rosana Paola Capotosti y Ricardo JoséManestar, quienes fueron encontrados culpables de varios delitos por el Juzgado Correccional N° 1 de Lomas de Zamora, a cargo del magistrado Ignacio Miguel del Castillo.

 

Luego del testimonio de más de 70 testigos, se condenó a los imputados, que a través de los abogados de Salvadores, el defensor oficial de Capotosti y Manestar, el fiscal Pablo Rossiy el abogado de parte Pedro Cruz Henestrosa,presentaron distintos recursos de apelación.

 

La semana pasada, la Sala IIde la Cámara de Apelaciones, integrada por los doctores Pablo Alberto Little y Alejandro Adrián Rojas, dejó firme la sentencia, según un extenso fallo que se conoció en estos días. El tribunal decidió rechazar la mayoría de los recursos presentados, lo que comienza a cerrar este caso.

 

Los imputados fueron acusados por supuestas estafas, falsificaciones de documentos y usurpaciones de valiosos inmuebles emplazados en las zonas más residenciales del sur del Gran Buenos Aires. Luego de un largo proceso, fueron condenados en noviembre de 2017, pero sus abogados interpusieron una serie de recursos.

 

El 27 de septiembre de este año, la cámara decidió rechazar los planteos de prescripción de la acción por los delitos de falsificación de documento público y estafa procesado en grado de tentativa, pero absolvió a Salvadores yCapotosti del delito de falsificación de documento privado, por prescripción de la acción penal.

 

Pese a esto, el fallo, al que tuvo acceso exclusivo Política del Sur, confirmó “la sentencia condenatoria y penas impuestas a los imputados”. A Salvadores se lo encontró coautor del delito de “usurpación, estafa procesal en grado de tentativa y tenencia de arma de guerra”, todos en concurso real entre sí; a Capotosti, coautora de “usurpación y estafa procesal en grado de tentativa, en concurso ideal con uso de instrumento equiparado a pública falso”; y a Manestar, del delito de usurpación.

 

El juez correccional de Lomas de Zamora Ignacio Miguel del Castillo fue el encargado de llevar adelante el jucio, en el que, entre civiles, funcionarios policiales, peritos calígrafos y en balística, declararon unas 70 personas, que desfilaron por la Sala de Audiencias del Juzgado para ser parte de la maratónica y agobiante ronda de testigos, la cual se desarrolló entre el 6 y el 17 de noviembre con varias jornadas en doble turno.

 

Causa emblemática

 

El conocido caso de los “Usurpadores Vip”, cuyo accionar fue desbaratado en la región entre los años 2013 y 2014, tuvo epicentro en las zonas más residenciales de Adrogué, Temperley y Lomas de Zamora.

 

Los motivos del juzgamiento fueron: el “Caso Licenziato”, por el que se acusó a Salvadores y Capotosti de haber hecho maniobras y falsificaciones de documentos para quedarse con las tres propiedades y toda la obra pictórica de la fallecida artista plástica adroguense Nelia Licenziato; el “Caso Henderson”, que consistió en la usurpación de la casona del Barrio Inglés de Temperley, que la británica había legado a una asociación conocida como “BABS”, por la que se encuentran juzgados los tres imputados; el “Caso Tenencia de Arma de Guerra”, a raíz de una pistola de esas características encontrada en la mansión ocupada por Salvadores durante el allanamiento en ese lugar.

 

Las declaraciones más interesantes

 

En su momento llamó la atención la verborragia del principal sospechoso del juicio, Eduardo Daniel Salvadores, que prestó declaración sobre los hechos de un modo altisonante, pretendiendo impactar como seguro de su versión, pero cayendo en cierto desorden descriptivo.

 

Aseguró que él había sido “prestamista”, que fue en esa época en que le prestó dinero a la pintora Licenziato (más de cien mil dólares) y que eso fue documentado en la casa de la artista mediante instrumentos hechos con una máquina de escribir de la mujer. Se lo notó con poca predisposición a responder las preguntas del juez y de las partes acusadoras.Cada vez que era consultado sobre algo, sin disimular su fastidio, aseguraba que la respuesta a los interrogantes ya estaba contenida en el relato que había hecho previamente. Esa actitud pareció determinar a las partes acusadoras a no insistir en repreguntas adicionales que en tales condiciones parecían no aportar datos de interés sobre las cuestiones ventiladas en el juicio.

 

En tanto, la letrada imputada, que decidió sólo expedirse sobre el “Caso Licenziato”, si bien mantuvo un hilo discursivo menos caótico que su consorte, brindando un relato más ordenado, se interrumpió a sí misma en algunas oportunidades para romper en llanto y arremeter contra el titular del Juzgado Civil y Comercial de Lomas de Zamora por considerarse víctima de cierto destrato como abogada, pero ante el cual ella misma admitió durante la audiencia haber pretendido hacer valer un testamento falso.

 

También, disparó contra el abogado de los damnificados, aseguró que ella no pertenece a ninguna banda de usurpadores VIP, que no incurrió en ningún delito, que goza de prestigio profesional y del afecto de sus colegas. Y además, advirtió que, por el padecimiento al que se vieron expuestas sus hijas por la difusión mediática del caso, iniciará accionar legales.

 

La comparecencia de una vecina del Barrio Inglés de Temperley para declarar como testigo de la usurpación de la casa que en vida perteneciera a Margaret Sheila Henderson, en la avenida Fernández al 300, enmudeció a la Sala de Audiencias cuando se supo su edad: 97 años.Lo que sorprendió no fue sólo la aptitud física de la declarante, sino también su buena memoria para relatar hechos que acontecieron hace seis años.

 

El hallazgo de las dos mil obras de arte

 

Un hallazgo tuvo que ver con la artista ya fallecida en 2007, Nelia Licenziato, que vivía en una lujosa vivienda, sobreAmenedo al 100, en Adrogué. Al morir, los usurpadores se apropiaron de la casa luego de presentar ante la Justicia un extraño acuerdo que habría suscripto la propietaria fallecida y se robaron más de 400 cuadros de su autoría.

 

En la cuarta jornada de testimonios, prestó declaración un ex funcionario policial de unos 55 años, especializado en la investigación de secuestros extorsivos, quien hace poco tiempo fue jubilado por invalidez a raíz de las lesiones sufridas en un operativo de rescate de una víctima.

 

El ex policía, que fue quien advirtió de la existencia de la falsa pared detrás de la cual había una puerta corrediza donde se produjo el hallazgo de las valiosas obras de arte, aseguró que se trató del “procedimiento de mi vida”, por las extraordinarias características que tuvo.

 

Luego -contó- se empeñó en conocer los antecedentes de la artista plástica Nelia Licenziato, de quien le llamó la atención que gozara de gran reconocimiento en el ambiente.

 

El presunto accionar mafioso, al desnudo. Lobbistas y funcionarios que podrían haber quedado heridos

 

Durante los testimonios, sorprendió también una vecina de la calle Colón al 100 de Temperley, que colaboró prestando una escalera durante las primeras acciones de los funcionarios policiales allegados al depósito donde se descubrió que Salvadores ocultaba las dos mil pinturas de Licenziato.

 

En la audiencia, la mujer relató que, unos años antes del allanamiento, desde el interior de la mansión de Salvadores -ubicada sobre la misma vereda- se escucharon disparos de arma de fuego, aparentemente efectuados para evitar que la finca sea tasada con fines de remate judicial.

 

Añadió que al lugar había ido gente perteneciente a la “Liga”, tal como se conoce a los integrantes de un grupo de personas que asiste de manera organizada a los remates para obtener ventajas y quedarse mediante maniobras turbias con los inmuebles.Ese tipo de accionar parecería surgir de otras circunstancias reveladas durante la sustanciación del debate.

 

Durante el juicio oral surgieron algunos datos que permitirían determinar que los tres imputados ejercían influencia sobre funcionarios públicos de distinto rango y jurisdicción, incluidos integrantes del ámbito político y judicial.

 

En ese sentido, en su alegato final, el fiscal Pablo Rossi hizo hincapié en ciertas influencias políticas y judiciales, debido a la reiterada mención respecto de ellas, en particular, del juez del tribunal oral Fernando Bueno yel secretario municipal Pablo de Rosa. Esas y otras circunstancias llevaron al fiscal Rossi a solicitar la detención de Salvadores, que surgirían del flujo de conversaciones telefónicas efectuadas por este.

 

Implicancias con el poder

 

Según publicamos en su oportunidaden Política Del Sur,tras varios años de ardua investigación, la causa de la banda de “Usurpadores VIP” que operaba en las localidades de Lomas de Zamora, Temperley y Adrogué está a punto de llegar a su fin, con la confirmación de la sentencia de los tres acusados.

 

Tal como fue publicado en su momento por este medio, en el caso se investigó el accionar de los imputados, que, valiéndose de distintos conocimientos en el ramo inmobiliario y jurídico, habrían efectuado tareas de inteligencia sobre inmuebles de gran porte que se encontraban desocupados en zonas residenciales del sur del Conurbano bonaerense, para luego ocuparlas en forma ilegal y procurar “adueñarse” de los mismos mediante la confección de documentación irregular. Incluso, al día del juicio, Salvadores tenía bajo su órbita dos de las propiedades que pertenecieron a la fallecida artista plástica de Adrogué NeliaLicenziato.

 

La obra pictórica de Licenziato fue recuperada durante dos allanamientos dispuestos en la causa penal. En uno de ellos, el hallazgo tuvo ribetes cinematográficos: alrededor de dos mil pinturas, más todos los elementos que la artista plástica usaba para realizar sus trabajos, estaban en un local contiguo a un galpón ubicado a 20 metros de la casa de Salvadores, en Colón al 100, en Temperley, luego de que la policía derribara una falsa pared.

 

El lugar estaba acondicionado con estantes y aireación para la preservación de las obras, en tanto que en la causa se estableció que Salvadores emprendió diversas negociaciones para venderlas en propio beneficio.

 

Unos meses antes de eso, en el allanamiento efectuado en la mansión de Salvadores ya se habían encontrado 35 de las mejores obras de Licenziato, las cuales tenía colgadas en todas las paredes interiores de la finca y hasta en los baños.

 

Del contexto de diversas conversaciones telefónicas grabadas por orden de la Justicia, surgiría la existencia de contacto frecuente entre el imputado Eduardo Salvadores y un funcionario municipal con línea directa al intendente de Lomas, Martín Insaurralde.

 

Es sorprendente advertir cómo Salvadores, que se vanagloria de ser amigo del jefe comunal, dialoga una y otra vez con el entonces secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Urbano municipal -actualmente a cargo de la cartera de Obras y Servicios Públicos-, Pablo de Rosa, acerca de proyectos inmobiliarios en la zona de mayor crecimiento comercial en la última década en el casco céntrico lomense: Las Lomitas.

 

El mega emprendimiento bajo la lupa, que quedó trunco durante años como posible consecuencia de las escandalosas derivaciones de la causa, estaba proyectado para su emplazamiento entre las calles Italia, Colombres, Sixto Fernández y la avenida Hipólito Yrigoyen. Es decir, ocupa casi media manzana de las más cotizadas del distrito.

 

Ese predio, que exhibió carteles que anunciaban el extraordinario proyecto, para cuya aprobación se habría contado con “ayudita” de referentes municipales del más alto nivel,en los últimos tiempos, tras alguna reformulación societaria, habrían comenzado su construcción.

 

Según informamos en su momento, Salvadores había constituido una sociedad anónima denominada, precisamente, “Las Lomitas”, junto a Nicolás Mateo, Martín Serigos y Margarita Gutiérrez Walker, con principal objeto en la construcción de ese tipo de emprendimientos. Sin embargo, las caras visibles eran Salvadores, Mateo y uno de los “dueños” de la obra pública local, Alejandro Mario Cánepa, referente de la constructora EMA S.A.

 

Distintas conversaciones telefónicas desnudan el intento permanente por ejercer tráfico de influencias por parte de Salvadores, no sólo con funcionarios municipales de alto rango, sino también con autoridades judiciales.