sábado 27 de abril de 2024 - Edición Nº1970

| 24 ago 2016

Informe especial: con cifras alarmantes, la pobreza golpea duro el conurbano bonaerense


La región tiene números muy preocupantes en cuanto a pobres. Todas las estadísticas ubican esa línea por arriba del tercio de habitantes. Las razones estructurales y las medidas de la nueva gestión que potenciaron el flagelo. La lucha entre el gobierno provincial y las comunas por la asistencia.



 

Por Diego Lanese 

 

Durante la campaña electoral, el frente Cambiemos lanzó con bombos y platillos su proyecto de “pobreza cero”, que prometía una serie de medidas para incentivar el empleo y proteger a los más vulnerables. La idea, se basaba en un dato: la cantidad de pobres que los 12 años de kirchnerismo había generado. “Un país con 14 millones de pobres, como el que tenemos ahora, no puede estar orgulloso de sí mismo”, se  denunció oportunamente. Pasaron las elecciones, asumió Mauricio Macri, y la economía comenzó a sufrir una serie de transformaciones, hasta llevarnos a el escenario actual, donde todos los indicios marcan que los pobres son más, afectados por la inflación, la pérdidas de empleo y la caída del empleo. La diferencia es que cambiemos es oficialismo, y ahora los índices le parecen poco creíbles.

La discusión sobre el aumento de la pobreza en la Argentina es una disputa casi a ciegas, ya que la falta de estadísticas confiables –de la cual es en buena manera responsable la gestión anterior –hace que todo número sea relativo. Pero cuando muchos indicadores marcan un mismo camino, es más difícil que estén todos errados. Los números marcan un crecimiento de quienes tienen dificultades para acceder a las cuestiones básicas, una realidad que se ve en los barrios. El aumento de la demanda comedores escolares y comunitarios es solo un ejemplo de cómo más allá de las estadísticas, la pobreza se ve en la calle.

Está claro que la pobreza no nació el 10 de diciembre de 2015, sobre todo en bastas zonas del conurbano bonaerense, donde la “década ganada” no parece haber llegado. Pero las políticas tomadas por el actual gobierno no ayudan a salir de esa situación a millones de argentinos, que a cuesta llevan las marcas de lo peor del sistema.  La región es una “zona caliente” de la pobreza, que algunos ubican por encima del tercio de los habitantes. Sus consecuencias se ve en los barrios, y la padecen los municipios, que admiten una mayor demanda de ayuda social.


Los números del drama

Los informes de pobreza ponen nervioso al gobierno de Macri, que debe afrontar el rechazo popular de algunas de sus principales medidas, que no precisamente generadoras de riqueza. Por eso, funcionarios desmintieron los datos lanzados por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), que a principios de este mes ubicó en 13 millones la cantidad de pobres de nuestro país. Esto es un millón menos que los que denunciaba en 2015 Cambiemos, pero así y todo es inaceptable por el gobierno. El trabajo de la UCA estableció que en abril de este año, los pobres representan el 32,6 por ciento de la oblación, contra el 29 por ciento medido el mismo mes de 2015. Ese aumento representa que 1,4 millones de argentinos quedaron, en este tiempo, por debajo de la línea de la pobreza.

Para evitar dobles lecturas, el informe de la UCA aclaró que “se constituyeron ‘nuevos pobres’ que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno”, y se remarcó que “los sectores medios bajos y la clase obrera integrada se han visto particularmente afectados entre fines de 2015 y comienzos de 2016”.

Los datos de la UCA son validados por otro informe, esta vez del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Este espacio, formado por economistas y politólogos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), seccionó por regiones la incidencia de la pobreza, y estableció que el gran Buenos Aires es la zona más afectada. “En los 24 partidos del GBA, la pobreza llegó en junio último al 36,31 por ciento de la población, por encima del 29,23 por ciento medido por este mismo centro de estudios en enero de este año, que a su vez había superado el 19,82 por ciento registrado en noviembre de 2015”, destacaron las conclusiones del CEPA, a las que tuvo acceso Política del Sur.

En cuanto a la indigencia, el CEPA indicó que para “la medición en GBA, que en noviembre de 2015 había sido calculada en 5,71 por ciento, llegó al 8,73 por ciento en junio de este año, previo ubicarse en 7,15 en enero último”. Según los datos, la región pampeana es la segunda peor en cuanto a pobreza e indigencia, por encima de la media nacional.

Los alarmantes datos, relativizados por el oficialismo nacional y provincial, tienen correlato en otras mediciones, que se hacen en torno de la discusión. El termómetro es un análisis realizado por el equipo de Julián Domínguez, ex precandidato a gobernador bonaerense por el Frente para la Victoria. Según sus datos, a los que accedió Política del Sur, se desprende que “el costo de la canasta nutricional básica para una familia tipo en el conurbano sur para el mes de mayo fue de 13.379,48 pesos”, lo que hace que en abril de este año la pobreza en la región alcanzara el 33,25 por ciento, contra el 19,81 de igual mes del año anterior. La canasta fue elaborada por la Universidad Nacional Arturo Jauretche, a través de su Observatorio de Calificaciones Laborales, y pone a los niños y adolescentes en la peor situación: 35,3 por ciento en la pobreza en toda la provincia de Buenos Aires. ​

Esta lluvia de datos (y no de inversiones), marcan la dimensión cualitativa del drama de la pobreza, pero no termina de configurar lo que significa ser pobres en el conurbano bonaerense, una realidad que interpela el discurso político de cualquier sector.


En el territorio

“Acá viene cada vez más gente”, dicen quienes trabajan en los comedores comunitarios, la primera frontera para darle pelea a la pobreza. En Lanús, por ejemplo, el Frente Popular Darío Santillán (FPDS) tiene cinco de estos lugares, y en los últimos meses no dan abasto con la comida. Los 600 vecinos que comen en los comedores  no pudieron hacerlo en estos días, por la falta de alimentos. Según denunció el referente del espacio esteban Marcioni el gobierno de Néstor Grindetti “dejó de entrar carne, verdura, alimentos secos como arroz y fideos y hasta los tubos de gas hace 15 días, haciendo peligrar la asistencia alimentaria a miles de personas”. La semana pasada, los comedores –ubicados en la zona de Monte Chingolo –cerraron sus puertas, algo que se extiende en todo el distrito. Según denuncian, cerca de 60 de estos lugares corren el riesgo de cerrar, ante la falta de asistencia. “Entregamos un informe al secretario de Desarrollo Social de Lanús alertando del posible cierre de comedores y pedimos una audiencia con Grindetti para que supiera que peligraba la continuidad de los comedores. En ninguna de las dos oportunidades tuvimos respuestas”, enunció Marcioni.

La situación de Lanús se puede extender al resto de los distritos del conurbano, donde la pelea contra la pobreza no sabe de cambios de gobiernos. “Hay varios tipos de pobreza, está la estructural, la que se mide por niveles de ingreso, con la que nosotros convivimos hace muchos años es muy sensible, y se nota que aumentó”, aseguró Sergio Val, referente de la fundación Che Pibe, que trabaja desde hace años en varios barrios de Lomas de Zamora y es una referencia en materia de lucha contra este flagelo. Val asegura que la suba se nota “en los chicos que vienen a desayunar, que son más, y a la hora del almuerzo están todos, no falta nadie, antes por ahí no pasaba. Ese es un indicador, real”. Además, Val reconoció en diálogo con Política del Sur que “también vemos una pobreza estructural que se viene profundizando, no del 10 de diciembre para acá, sino que lleva más de una década”. Como ejemplo, se puso el crecimiento de  los asentamientos en Lomas de Zamora, donde hay “un aumento de la población del 30 por ciento, en el último año”.

Otro indicador que golpea fuerte la región es el del trabajo informal, el sector que más se vio afectado por el deterioro económico, y en muchos casos pasaron a engrosar la lista de pobres. Para el dirigente de Libres del Sur de Lanús Pablo Arburua en este tiempo “hubo mucha gente que tuvo que hacer trabajo en negro y con este modelo de Macri se vio perjudicado el trabajador de la economía informal”. Si bien el dirigente aseguró que “Macri reconoce la pobreza”, criticó que “no hace nada de su compromiso de pobreza cero”. “Hay 2 millones de hogares bajo la línea de pobreza que no pudieron acceder a la tarifa social”, alertó, consultado por Política del Sur Radio.


Políticas públicas

Cuando se habla de pobreza se suele decir que existe un corrimiento del Estado, casi un abandono para afrontar una realidad, que más allá de las cifras parece instalado en la región. Pero Val cree que esto no es precisamente lo que pasa en muchos casos: “en realidad, el Estado está siempre presente, no es bueno ni malo sino una herramienta, hay que ver cómo se usa. Hoy el Estado no se corrió, sino que le pusieron una mordaza los que gobiernan”. “Ponen prioridad en hacer un puente (por la obre en La Noria) y no para hacer una planta de bombeo que saque el agua de los barrios que se inundan cada vez que llueve”, criticó Val.

En estos momentos, hay duras críticas a las políticas sociales  del gobierno de la provincia de Buenos Aires, y son los municipios los que deben afrontar el peso de la mayor demanda de la población. Por lo menos esos dicen en off los funcionarios comunales, que prefieren no confrontar públicamente con la gestión de María Eugenia Vidal. “Aumentó notablemente la demanda de asistencia, sobre todo de alimentos. El municipio hace un gran esfuerzo para acompañar esta situación, dentro de las posibilidades que tenemos”, le dijo a Política del sur una fuente del gobierno de Almirante Brown.

Por esta situación, hubo algunos cruces entre el gobierno provincial y los intendentes, de quienes desconfían en La Plata sobre el manejo que hacen de la ayuda que se les envía

En tanto, el ministro de Desarrollo Social bonaerense Santiago López Medrano destacó sus esfuerzos para paliar este desorden. En mayo de este año, el funcionario remarcó consultado por este medio que “ya desde diciembre esta gestión viene reuniéndose con los intendentes de todos los Municipios para enviar refuerzos, como también se hizo en enero donde se duplicó la cápita para las escuelas para más de un millón y medio de chicos y se pagaron las deudas de cinco meses que dejó Daniel Scioli con los proveedores”. Destacó el ministro así mismo que se aumentó del 100% del programa con la tarjeta alimentaria Más Vida y refuerzo en la dieta asistencial de 1,5 millones de chicos en edad escolar, determinan el carácter de la emergencia, mientras esperan la llegada de las obras públicas para sostener el empleo.

Pensando en el futuro, el informe de la UCA advirtió que “si en el corto plazo no se logran atenuar los aumentos de precios y no logra reactivar el empleo, difícilmente podrá revertirse la tendencia ascendente que están registrando las tasas de pobreza e indigencia urbana”. “Cabe preguntarse si son suficientes y están llegando a tiempo las medidas de alivio social adoptadas para los sectores más pobres”, añadió.

En tanto, quienes pelean contra la pobraza cada día, de frente, tampoco son demasiado optimistas. “El que pensó que votando a Macri se iba camino a la pobreza cero, bueno, es cosa suya. No se puede creer que un gobierno llevado adelante por CEO’s de empresas haga políticas que no tengan que ver con su matriz, el capitalismo. Y el capitalismo es incompatible con la felicidad del pueblo”, concluyó Val.

 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias