sábado 04 de mayo de 2024 - Edición Nº1977

Sociedad | 24 abr 2024

OPINIÓN

“Hay que reconstruir al hombre argentino”

Nota de opinión del escritor y abogado Javier Garín.


Hay que hacer un tsunami moral y refundar el país desde cero porque ha sido destruido en sus bases morales. Perón decía que hay que reconstruir el hombre argentino, que fue lo principal destruido por las dictaduras. Destruyeron la economía y muchos logros pero lo principal que destruyeron fue el hombre, su moral y su espíritu. Décadas de destrucción. Se destruyó y no se reconstruyó más.

Por eso todo está permitido. Hay un quiebre profundo, una debacle moral, y los dirigentes son a la vez la expresión de esa debacle y también -al mismo tiempo- la causa. No quiero caer en aquello de “todo tiempo pasado fue mejor”, pero es necesario recordar algunas cosas que los jóvenes tal vez no sepan.

Cuando yo era chico había dirigentes como Perón, Balbín, Oscar Alende, Frondizi, Illia, Alfredo Palacios había muerto hacía poco, todavía vivía Jauretche. Más allá de las difamaciones propias de la política, eran gente que pensaba muy distinto pero llevaban vidas austeras, ninguno era rico, ninguno ostentaba ni salía con gatos mediáticos.

Alende vivía cerca de mi casa y los vecinos de Banfield lo veíamos entrar y salir de su consultorio como un vecino más, y había sido gobernador, legislador, dirigente nacional. Esa era la regla, salvo los oligarcas y los vendidos. Podías putear a Perón pero nadie demostró nunca que hubiera robado: vivía de lo que le llevaba la CGT a puerta de hierro como aporte solidario. Illia siguió atendiendo su consultorio en un pueblito de Córdoba. Balbín no viajo jamás al exterior, ni siquiera a Uruguay. Bueno, los principales dirigentes populares eran así. Daban el ejemplo. Los llamaban ladrones pero la gente común sabía e intuía que eran mentiras, porque lo veía. Veía como vivían. Todo eso se perdió.

Lo mismo con la educación. Ayer se vio una defensa férrea de la universidad pública: ojalá hubiéramos defendido así la educación pública primaria y secundaria gratuita y de calidad. Dejamos que la destruyeran y por eso hoy todos menos los más pobres mandan a los hijos a escuelas privadas. Hace medio siglo las escuelas privadas eran para los burros y repetidores porque la educación pública era excelente. Pero había que destruirla. Había que imponer la desigualdad. Una escuela para ricos y otra para pobres. Eso es lo que no quiso hacer Sarmiento.

Muchos peronistas putean a Sarmiento porque les enseñaron que no quería a los indios ni a los gauchos y citan una frase de una CARTA PRIVADA a Mitre donde descarga su violencia verbal. Pero lo que no dicen es que a Sarmiento le ofrecieron hacer un plan de educación para Chile, y lo hizo y lo rechazaron porque impulsaba la educación universal. Por eso Chile siempre tuvo una educación elitista.

En cambio, cuando fue Presidente, impuso sus ideas educativas en Argentina y hubo educación para todos. Ya bajo la presidencia de Roca ocupó el cargo de Superintendente de Escuelas (¡después de haber sido Presidente!) y pudo imponer y promover su proyecto de ley de educación pública, la creación del Consejo Nacional de Educación, convocatoria al Primer Congreso Pedagógico, promulgación de la Ley 1420 de Educación Común y creación de 600 escuelas. Y claro: podes putear a todos estos dirigentes del pasado todo lo que quieras, pero mira a tu alrededor y decime qué ves hoy…

JAVIER GARIN

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