La medida de aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno como de medida de prevención ante la amenaza del Coronavirus derivó en una sensible disminución de la inseguridad, tal como lo manifestó el fin de semana el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. Sin embargo, a diferencia de otros hechos delictivos que disminuyeron, los casos de violencia de género siguen vigentes, y la región parece no ser ajena a esa cuestión.
Ayer, efectivos de la Comisaría de Monte Chingolo detuvieron a un hombre de 47 años acusado de violar la perimetral y amenazar de muerte a su expareja. A raíz de un video filmado por la víctima, quien lo grabó con su celular mientras causaba daños en su propiedad, comenzaron las tareas de vigilancia encubierta para detener al sujeto, arrestado cuando se acercó a la vivienda.
La mujer de 35 años realizó la denuncia semanas atrás, en la que manifestó que era víctima de amenazas y agresiones constantes de parte de Hugo Daniel Kresser (47), con quien mantuvo una relación sentimental durante un tiempo, hasta su separación, por los permanentes maltratos.
Pese a que el vínculo amoroso concluyó, las agresiones continuaron más allá del paso del tiempo, por lo que la mujer recurrió a una perimetral para poder rehacer su vida de manera normal, aunque no fue suficiente para terminar con la violencia.
Kresser quedó tras las rejas, imputado por “amenazas y desobediencia”, y deberá declarar hoy en sede de fiscalía, tal como lo dispuso la UFI 4 descentralizada de Lanús, especializada en delitos de violencia de género y familiar, dependiente del Departamento Judicial de Lomas de Zamora.
Doble femicidio de Monte Chingolo
La violencia de género sumó dos víctimas fatales más este fin de semana en el marco de un aberrante hecho ocurrido en la misma localidad.
Cristina Iglesias (40) y su hija de 7 años fueron halladas enterradas en el patio de su casa de Monte Chingolo. Ambas estaban desaparecidas y por el hecho permanecía detenido el novio de la mujer, Abel Romero (25), arrestado en la localidad de Rafael Calzada, en Almirante Brown.
Durante su declaración indagatoria, el doble homicida reconoció la autoría del hecho y confesó que habría asesinado a las víctimas a puñaladas. En su testimonio, el imputado contó que había consumido estupefacientes junto a Cristina y que ambos habrían mantenido una violenta discusión que desencadenó en los asesinatos.
El joven está acusado de “doble homicidio triplemente agravado por haber mediado violencia de género, por el vínculo y por alevosía”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.
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