Por: Diego Lanese

Desde que ganó las generales en octubre de 2019, el presidente Alberto Fernández comenzó la ardua tarea de aglutinar apoyos para los primeros cien días de gobierno. En ese camino, estuvo varias veces sentado con los gremios, a quienes considera fundamentales para lograr un acuerdo social, entre otras cuestiones.

 

La estrategia no dejó aJefe de Estado tiene una sintonía distinta. En este tiempo, estuvo reunido con distintos funcionarios, en especial la dirigencia de ATE, columna vertebral del espacio. Estos vínculos hacen pensar en una relación más cercana, que pone en juego el histórico “oficialismo” del líder de UPCN, Andrés Rodríguez.

 

El “Centauro” por primera vez podría perder ese lugar de privilegio que ostenta hace décadas, y que lo transformó en uno de los dirigentes más influyentes del movimiento obrero.  

 

“Oficialista de todos los oficialismos”. Así definen muchos a Andrés Rodríguez, titular de UPCN y uno de los principales dirigentes de la “mesa chica” de la CGT. De estrecha relación con el kirchnerismo, durante la gestión de Mauricio Macri fue uno de los “dialoguistas”, lo que le permitió mantener su buena relación con el oficialismo. Así, en cuatro años mantuvo su lugar de negociador exclusivo en el Estado nacional, algo que ATE viene tratando de modificar.

 

Pero el año pasado, una sentencia judicial obligó al Gobierno a realizar una compulsa sindical para saber quién de los dos gremios tiene más afiliados, y así tener la posibilidad de cerrar el acuerdo salarial, entre otras cuestiones. Hace unos días, la cúpula de ATE se reunió con el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, quien confirmó que la es decir, antes que se venza el plazo legal.

 

La compulsa pone en discusión que UPCN tenga más afiliados que ATE, que asegura tiene un crecimiento en el Estado nacional que le permite pelear esa condición. En noviembre del año pasado, por el Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo Nº 16 dio 90 días para realizar el recuento de afiliados, que se vencen en marzo.

 

“Hay que tener en cuenta que en enero está la feria judicial, que no se computa en el período, por eso los 90 días llegan a fines del mes próximo”, le dijo a Política del Sur una fuente de ATE.

 

En este punto, el gremio aclaró que los preparativos de la compulsa no son “muy complicados”, y esperan que el oficialismo cumpla con su palabra.

 

Si bien la misma fuente asegura que “no hay un número previo, y en los ministerios UPCN sigue fuerte”, creen que pueden revertir el 7-3 de la última compulsa, realizada hace más de diez años.

 

“Se deben incluir las dependencias descentralizadas, los organismos nacionales en el interior y otros espacios donde hay muchos afiliados nuestros”, agregó la misma fuente.

 

Esta pelea será central para el futuro de la ríspida relación de los sindicatos estatales. Rodríguez construyó su poder en la CGT a partir de la salida de ATE y se volvió parte del grupo de los “independientes”, que hoy junto a los “gordos” garantizan la conducción de Héctor Daer y Carlos Acuña en la central obrera.

 

El año pasado, los gremios se enfrentaron por el llamado Registro de Alta Dirección Pública, una propuesta para darle estabilidad laboral a unos 2.500 empleados jerárquicos del Estado nacional. Esta medida fue suspendida por pedido de ATE a las actuales autoridades, lo que muestra que la relación sigue creciendo y preocupa al dirigente cegetista.

 

Paritaria

 

La compulsa busca resolver un punto central en la disputa de los gremios: la firma de las paritarias. Hoy la personería, gracias a las leyes del “unicato”, está en manos de UPCN, que en este tiempo firmó acuerdos por debajo de la inflación promedio, dejando a los estatales nacionales como los que más perdieron durante el macrismo.

 

Así lo afirma un informe del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, que alertó a los trabajadores textiles, los de prensa y los empleados de la administración central se subieron al podio de los convenios más castigados.

 

En cuatro años de gobierno de Mauricio Macri, los textiles fueron los que más perdieron, con una caída del 38,7 por ciento en estos cuatro años, seguidos por los trabajadores de prensa con un 35,9 por ciento y los estatales nacionales (convenio SINEP), con un 35 por ciento de retroceso.

 

El año pasado, la suba salarial alcanzó el 28 por ciento, dividido en dos sumas de 7 por ciento y una del 4 por ciento, más una suba del 10 por ciento posterior.

 

Desde ATE recuerdan que el próximo mes debe haber una cláusula de revisión, y que debe recuperarse parte de lo perdido entre noviembre y febrero.

 

Además, un dirigente de ATE le adelantó a Política del Sur que pedirán que en esa revisión se incluyan los 4.000 pesos otorgados por el Gobierno para que sean parte de la paritaria 2019 y no la de este año.

 

“Debería darse esa discusión, cuando el Gobierno dio los 4.000 pesos de adelanto de la paritaria del 2020, nosotros planteamos que se esa suma se compute como parte de lo perdido en 2019. Vamos a pedir que se tenga en cuenta nuestro reclamo”, adelantó ese dirigente.

 

Otro de los puntos que quiere discutir ATE este año es la representación de los trabajadores estatales, en dependencias descentralizadas.

 

Con la compulsa con UPCN como telón de fondo, el gremio quiere que trabajadores del Conicet o la ANAC tengan sus propias condiciones laborales.

 

A través de una carta difundida en redes sociales, investigadores e investigadoras del Conicet, reclamaron que el gobierno nacional avance con la creación de un convenio colectivo de trabajo que impacte en una “recomposición real” de los salarios de los científicos.

 

Hoy la actualización salarial de los investigadores de Conicet depende de las negociaciones salariales generales de los trabajadores del Estado, que lleva adelante el gremio de UPCN con el Gobierno.