Fue la primera gran usina de vapor ( eran 5 grandes) de la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad, empresa de capitales suizos, que se encargada del alumbrado de una gran parte de la ciudad de Buenos Aires, especialmente en donde estaban ubicados los inmigrantes italianos. Se le dio el nombre de Pedro de Mendoza. El estilo de la construcción, que remedaba a los castillos florentinos, intentaba acercar a la inmensa cantidad de italianos llegados por esos años al país, esta imagen les recordara su país natal.
La necesidad de extender la provisión de electricidad, motivó la construcción de numerosos edificios más pequeños, con ladrillos rojos y diseminados por diversos barrios de la ciudad, así como también en algunas zonas del Gran Buenos Aires. Se construyeron más de 200 edificios que aún hoy podemos encontrar en distintos barrios ( con el aspecto de casas chica) con estas características medievales, absolutamente diferentes del resto de la edificación existente.
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