domingo 10 de noviembre de 2024 - Edición Nº2167

Gremiales | 22 ene 2020

EN EL SECTOR AEROCOMERCIAL

El Gobierno podría revisar la autorización de los gremios “low cost”

Son organizaciones formalizadas por el macrismo para representar a todo el personal de estas líneas aéreas de bajo costo. Los sindicatos tradicionales dicen que están “flojas de papeles” y que fueron creadas “para debilitar” a las entidades del sector. En un encuentro con el ministro de Trabajo se prometió analizar la situación.


Por: Diego Lanese

En el sector aerocomercial, la principal apuesta del gobierno de Mauricio Macri fue promocionar las líneas aéreas de bajo costo, denominadas “low cost”. La idea de facilitar su desarrollo en el país incluyó la entrega del aeropuerto de El Palomar para operar y varios beneficios enmarcados en la llamada “revolución de los cielos”.

 

Pero estas firmas tienen condiciones de seguridad y laborales cuestionadas por los gremios, que resistieron su expansión. Para evitar esto, la gestión anterior autorizó la creación de nuevos sindicatos para el personal de esas empresas, rompiendo la división de tareas.

 

Estas organizaciones quedaron bajo la lupa de las actuales autoridades laborales, que confirmaron que revisarán la legalidad de las mismas. En una serie de encuentros con la dirigencia sindical, los funcionarios del sector fueron diagramando la nueva política aerocomercial, que dijeron que tendrá muy en cuenta la opinión de los sindicatos. La idea primordial es potenciar el rol central de Aerolíneas Argentinas.

 

En los últimos días, distintos funcionarios tuvieron encuentros formales con los gremios del sector aerocomercial para hablar de la actualidad y escuchar sus opiniones respecto del futuro.

 

Una de las ideas surgidas de estos encuentros fue revisar la autorización de los gremios “low cost”, que vieron la luz durante el macrismo. Organizaciones como la Asociación de Trabajadores de Flybondi o la Unión de Empleados de Norwegian (UNEN) se formaron en tiempo récord, sin respetar la división por ramas que existe, y fueron autorizadas para representar a todo el personal de la firma, ya sean pilotos, personal de pista o administrativos.

 

Esto fue visto por los gremios tradicionales como “una amenaza” y alertaron que están pensados “a medida de las empresas, para debilitar a los sindicatos históricos”.

 

Por eso, el propio Ministerio de Trabajo analiza “revisar las autorizaciones de estas organizaciones”. “Nos dijeron que van a ver qué tan legales son estas entidades, verdaderos gremios de las empresas, que no defienden a los trabajadores”, le dijo a Política del Sur un dirigente del sector, que estuvo en una cumbre con Claudio Moroni a comienzo de año.

 

El sector aeronáutico está atomizado en varias organizaciones sindicales. Por un lado, los Sindicatos Aeronáuticos Unidos forman un bloque que trabaja en unidad, el cual está integrado por la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Personal Técnico Aeronáutico (APTA), la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Empresas Aerocomerciales (Atcpea) y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), entre otros, Por otro lado, está la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), que suele actuar de manera independiente.

 

En estos encuentros, tanto los funcionarios de Trabajo como los del Ministerio de Transporte adelantaron que la idea de la gestión de Alberto Fernández es “dar un giro” a la política aerocomercial que instaló Macri, basada en la desregulación.  

 

“La idea es fortalecer Aerolíneas Argentinas como eje de la actividad, dándole prioridad en especial en la actividad dentro del país”, sostuvo otra fuente ante la consulta de Política del Sur. Para eso, los funcionarios dijeron que “le pedirán su respaldo a los gremios” a cambio de fortalecer la organización tradicional.

 

La situación de Aerolíneas Argentinas está lejos de ser ideal, según lo dejó en claro a poco de asumir su flamante titular, Pablo Ceriani. El funcionario dijo que prepara un informe de gestión, y en la previa fue muy duro con la herencia recibida.

 

“Cuando dejamos la compañía en 2015 facturábamos 2.100 millones de dólares y ahora facturamos 1.500, en un mercado aerocomercial desregulado, insustentable en las actuales condiciones, producto del descalabro normativo en materia de regulación por parte de la autoridad anterior, que la actual autoridad aeronáutica deberá corregir para darle sustentabilidad al sector”, manifestó en declaraciones a la prensa.  

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