Aquella frase del poeta y pensar cubano José Martí, “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, parece estar escrita para algunos hombres, que con el correr del tiempo se vuelven más imprescindibles a la hora de analizar nuestra realidad. Para el peronismo y Lomas de Zamora, Bruno “El Tano”Tavano es uno de ellos. Símbolo de una forma de hacer política, cercana a la gente, el ex intendente lomense falleció hace 20 años, un 18 de enero del año 2000. Su desaparición física no borró su figura del imaginario local, que hoy todavía recuerda a ese hombre que en su acción –política y personal –concentró todas las características del militante.
El recuerdo de Tavano excede a su distrito y su partido. Fue una figura central de la Tercera Sección Electoral, en sus dos mandatos como intendente. Además, fue respetado por peronistas y por opositores, por su vínculo con el vecino. Sus dos gestiones todavía se recuerdan en las barriadas del partido, cuando aparecía como uno más, cuando las necesidades apretaban.
De liderazgo firme pero comprensivo, recordado por su interminable compromiso con los humildes, Tavano fue un político “de antes”, que comenzó a hacer campaña con tiza y carbón por las calles, y supo hacer del contacto con el vecino su marca registrada.
Peronista y lomense
Aquella fatídica madrugada del 18 de enero, un aneurisma de aorta lo sorprendió en la localidad balnearia de las Toninas. Luego de recibir los primeros cuidados, fue trasladado a la Fundación Favaloro, en Capital federal, donde falleció. Tavano tenía una larga y exitosa trayectoria dentro del Partido Justicialista, donde militó desde su juventud. Desde 1973 estuvo ligado a la municipalidad lomense en distintos cargos, acompañando a Eduardo Duhalde en su crecimiento político. Hombre de mirada seria y actuar decidido, tuvo dos pasos por la jefatura comunal consecutivos: ganó las elecciones en 1991 y luego fue reelecto en 1995, siempre con el PJ.
A la primera intendencia llegó luego de lograr 38,33 por ciento de los votos (algo así como 101.121 sufragios) y derrotar a la Unión Cívica Radical (que sacó el 23,75 por ciento). Aquel 8 de septiembre de 1991, Tavano comenzaba una carrera al frente del ejecutivo que duraría prácticamente toda la década, y que quedó marcada a fuego en la historia del distrito.
En 1995 volvió a acceder a la Intendencia con un margen mayor de votos. Su experiencia en el ejecutivo no sólo se limitó a sus dos intendencias. Con Duhalde, desempeñó varias tareas dentro del organigrama municipal, e incluso de la mano del ex presidente llegó a la Cámara Baja, para ser representante de la provincia de Buenos Aires como diputado. Por eso se convirtió en referente del conurbano. Manuel Quindimil, ex intendente de Lanús, supo decir de él que su muerte "afectó no sólo a la dirigencia justicialista, que lo reconoció como un hombre que supo trabajar junto a su pueblo, sino también a la vida institucional de la zona sur del gran Buenos Aires, donde ha tenido a lo largo de los años una activa presencia".
El último adiós
Al velatorio, realizado en una casa de sepelios frente a la Municipalidad de Lomas de Zamora, concurrieron el entonces senador nacional y luego presidente Eduardo Duhalde y su esposa, Hilda González, amigos de Tavano por más de 20 años.
Funcionarios y militantes históricos del PJ también estuvieron presentes para despedir al dirigente, como el vicegobernador Felipe Solá, el senador nacional Antonio Cafiero, José Octavio Bordón, Osvaldo Mércuri y Graciela Giannettasio. El sepelio se realizó en el cementerio local, luego de un homenaje en el Concejo Deliberante.
En la actualidad, tiene una calle (ex Virgilio) que lleva su nombre. Además, la Unidad Sanitaria de Llavallol, ubicada en Dávila 860, de esa localidad, y que fue reinaugurada el año pasado, lleva como nombre "Juan Bruno Tavano". Dicho centro de salud forma parte del aparato sanitario del municipio que comprende un total de 42 Unidades Sanitarias en todo el distrito, y fue el último homenaje realizado por las autoridades lomenses al ex intendente.
“La gente tiene que estar bien”
Gilda Gilardenghi, viuda de Tavano y compañera de gran parte de la vida, recordó al ex intendente: "Bruno siempre fue la misma persona, él era un militante por la vida, más allá de los puestos que le tocaba ejercer. El cargo más importante que tuvo fue el de un buen ser humano".
Gilardenghi definió a Tavano como "un líder natural", y dijo que su alegría "era compartir con la gente, con los militantes o con la familia una charla, un mate o un proyecto". "Lo que él quería era ver la satisfacción de la gente, no de los dirigentes, su mayor apotema era: ‘la gente tiene que estar bien, no los dirigentes’", afirmó.
La viuda, que acompañó a Tavano en su época de intendente desde adentro de la comuna, repasó aquellos días al frente del ejecutivo: "Bruno era un hombre ocupado, pero se hacía tiempo para todos, no le importaba acostarse a las 4 de la mañana con tal de satisfacer cualquier reclamo, ya fuera de la familia o de los vecinos, respondiendo a la responsabilidad que le correspondía como intendente, como compañero y como amigo".
Durante toda su carrera, Tavano afrontó momentos buenos y otros no tanto, incluyendo la dolorosa derrota del ’99. Pero nunca, recuerda Gilardenghi, perdió la calma: "en la función pública siempre hay momentos complicados, pero él era un hombre muy inteligente, muy capaz, nunca tomó nada a la ligera, pensaba más de 10 veces lo que tenía que hacer. Y cada vez que había un inconveniente, no importaba si eran problemas sociales, inclemencias del tiempo o gente que había que ayudar, siempre asumió todo con muchísima responsabilidad, seriedad y tranquilidad, porque a todos los que estuvimos trabajando con él nos transmitía eso, tranquilidad".
“Fue la voz de muchos que no tenían voz, lo vi crecer políticamente hasta llegar a ocupar el cargo de Intendente Municipal, y llevar a la práctica un modelo de organización con muy pocos precedentes. Lo seguiré recordando siempre y añorando; esa clase de dirigentes que él representaba y que hoy más que nunca necesitamos para reconstruir la patria”, recordó en su momento la ex primera Dama Hilda “chiche” Duhalde.
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