Con duros cuestionamientos, el procurador general de la provincia de Buenos Aires, Julio Conte Grand, dejó sin efecto la decisión del fiscal general del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, Enrique Ferrari, de nombrar como fiscal general adjunto a un hombre de su riñón, Carlos Rousseau.

Es que para hacer esa movida, días atrás Ferrari removió de ese cargo a Mirta Gianella, quien ejerce allí desde hace más de diez años y le reasignó tareas en una fiscalía de flagrancia.

Por esa razón -este lunes, en menos de una semana-, el jefe de los fiscales bonaerenses anuló esa medida al argumentar que Ferrari se extralimitó en sus facultades y mandó a formar actuaciones disciplinarias para sancionarlo.

“(Ferrari) ha exhorbitado las funciones que les son propias”, sostuvo en su resolución Conte Grand, quien llegó al cargo de la mano de la exgobernadora, María Eugenia Vidal. Además, aseguró que el accionar del fiscal general de Lomas “configura una situación de gravedad institucional”.

La remoción de Gianella habría sido para Ferrari un globo de ensayo, debido a que la funcionaria, pese al importante cargo que ostenta, no tuvo gran peso ni habría contado con la simpatía de la mayoría de los fiscales lomenses que desde hace un mes cumplen sus funciones en el edificio inaugurado por Conte Grand.

De esta manera, Ferrari se habría ilusionado con tomarse revancha y apartar al otro fiscal general adjunto, Sebastián Scalera, hombre de confianza de Conte Grand.