Con la palabra del acusado, comenzó este jueves el juicio contra Juan José Bustos (40), artista imputado por siete presuntos casos de abuso sexual que habrían ocurrido durante el 2017 dentro del jardín de infantes "Mis Pollitos" de Villa Fiorito contra nenes de entre 3 y 5 años.

“Las acusaciones son un disparate o una mala intención”, afirmó el hombre a modo de descargo. En su relato ante los jueces, Bustos contó en qué consistía su trabajó y recordó que durante nueve años estuvo “recorriendo escuelas y jardines”, donde presentaba espectáculos teatrales y talleres. “Jamás recibí una queja. Es una locura que uno haga las cosas de las que se me acusa”, agregó.

En los lineamientos previos al comienzo de los debates, la fiscal Andrea Nicoletti manifestó que durante las jornadas probatorias tratará de “demostrar que entre marzo y el 25 de octubre de 2017, el hombre encargado de brindar talleres de entretenimiento abusó sexualmente, por lo menos, de siete nenes del jardín de infantes Mis Pollitos”.

Por su parte, el abogado querellante Walter Bogado coincidió con la representante de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 9: “En congruencia con lo manifestado por la fiscal, esta parte tratará de demostrar la culpabilidad penal de los hechos investigados”, afirmó el letrado.

Por último, la defensa a cargo de José Sánchez Peralta sostuvo la inocencia de su cliente y consideró que las acusaciones “son materialmente imposibles y quedarán plasmadas en los testimonios y las pericias”.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 de Lomas de Zamora, integrado por Roberto Alfredo Conti, Beatriz López Moyano y Roberto Lugones determinó que la próxima audiencia se desarrollará el miércoles 27 de noviembre, con la palabra de más testigos citados a declarar.

El caso

El hecho tomó estado público el 25 de octubre de 2017, cuando decenas de familiares realizaron un escrache frente a la sede del Jardín “Mis Pollitos” de Villa Fiorito para denunciar casos de abuso.

Bustos fue detenido y permaneció varios meses tras las rejas bajo la carátula de “abuso sexual gravemente ultrajante” hasta que la Justicia le otorgó la libertad, por lo que el tallerista llegó libre al banquillo de los acusados.