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Provincia | 4 jun 2019

PERFIL DE CANDIDATO

Axel Kicillof, del Cuadro de Honor de la UBA al barro del peronismo bonaerense

El exministro de Economía fue elegido para intentar derrotar a María Eugenia Vidal. Su pasado como militante político, su cercanía con la izquierda y sus críticas a Néstor Kirchner. Perfil de un economista brillante que buscará alinear a los barones del Conurbano detrás de su candidatura.


Por: Diego Lanese

En su época de estudiante, mientras construía una carrera brillante que lo incluyó en el Cuadro de Honor de la Facultad de Economía de la UBA, Axel Kicillof también era un entusiasta militante político. En uno de los principales bastiones de Franja Morada, fundó con 22 años TNT (“Tontos pero No Tanto”), una agrupación independiente con perfil izquierdista que a comienzos de los 90 enfrentó la hegemonía radical, con un discurso irónico y ácido que intentó revertir el espíritu despolitizado de aquellos años, desde una postura similar a la que popularizó en la TV Mario Pergolini.

 

TNT creció de manera veloz gracias a una comunicación mordaz, llena de guiños al humor de ChaChaCha y Todo por dos pesos, que hizo que las agrupaciones marxistas tradicionales lo criticaran con dureza. Pero TNT creció en la UBA, fue parte de un espacio independiente con relaciones con muchas universidades y llegó a tener 10 mil votos en su lugar de origen. De esa experiencia, Kicillof se llevó una enemistad marcada con la Unión Cívica Radical (UCR), una bien ganada fama de líder positivo. La paliza que le dio un grupo de barras bravas al servicio de Franja Morada en unas elecciones no le quitó ese toque de humor que quienes lo conocen dicen que usa frecuentemente.

 

Según Wikipedia, Kicillof “ha sido una figura controversial que ha llamado la atención por su militancia política,​ su alegado keynesianismo,​ su indiferencia hacia las corbatas y los trajes formales y su aspecto jovial”. Casado, con dos hijos, luego de la universidad se dedicó a la docencia, donde fue además dirigente gremial, y escribió varios libros. Además, se doctoró en Economía en la UBA, con la mayor calificación: 10 sobresaliente.

 

Su acercamiento al kirchnerimso vino de la mano de su amigo personal Mariano Recalde, con quien compartieron tiempos de militancia en distintos espacios. Cuando fue interventor de Aerolíneas Argentinas, Recalde convenció al economista para que lo acompañe en la gestión. Nunca había estado en la función pública y su tiempo estaba dedicado a la investigación (es investigador adjunto del Conicet). Hasta ese momento, tenía una mirada del kirchnerismo dual: si bien apoyaba la mayoría de sus medidas, tenía críticas a algunos manejos de la macroeconomía. Su acercamiento comenzó con la crisis del campo, tiempo en el cual escribió varios artículos apoyando las retenciones que el Gobierno intentaba imponer.

 

Junto con él llegó un grupo de jóvenes con importante formación académica que le dio nuevos aires al segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desde que arribó al poder, se habla de su pasado marxista y lo vinculan a las ideas del padre de la izquierda más que a Keynes. Además, se recuerda sus críticas a la gestión de Néstor Kirchner, a quien acusó de ser “continuador” de las políticas de Eduardo Duhalde.

 

En esos días, su consultora realizó trabajos muy duros, en especial de la política energética y de hidrocarburos. Las críticas se extienden a Julio de Vido, con quien nunca tuvo “onda”. Lo mismo pasó con Guillermo Moreno, con quien trabajó pese a las enormes diferencias que tenían. El exsecretario de Comercio Interior solía decir a sus íntimos que Kicillof era “un infiltrado”, recuperando la vieja categoría que los peronistas de los 70 usaban para calificar a los integrantes de la tendencia, el sector más izquierdista del movimiento. Por eso, su postulación fue un duro golpe al viejo “súper secretario”.

 

En su libro “El creyente”, el periodista Ezequiel Burgo hace una gran definición de Kicillof: “Él es un convencido de los beneficios que puede llegar a traer a una sociedad la planificación de algunas variables económicas. Él es un convencido de su ciencia, que es la ciencia económica, porque él se formó en el estudio de cómo se comportan las variables de la economía, pero además, qué puede hacer una persona estando al frente de un gobierno para mover y disciplinar esas variables y cómo eso puede llevar bienestar a una población. Él también es un convencido de que la gestión de Cristina Kirchner era el momento para él y para un grupo de su generación de tener una oportunidad en la política.”

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