Jorge Ferraresi y Jorge Calzoni se conocen desde que eran estudiantes. Juntos “soñaron” el proyecto 2020 para Avellaneda. Pero por esas cosas de la “miseria política”, el intendente de ese distrito y el rector de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) hoy se encuentran distanciados, para algunos definitivamente enfrentados. La situación llegó a los medios de comunicación y amaga con terminar en escándalo.

Los motivos de la disputa no son muy claros, y ninguno de los dos se ha prestado a aclararlos oficialmente. Ambos se conocen desde muy jóvenes y juntos diseñaron un armado político del que aspiraban formar parte y protagonizarlo. Lo concreto es que algunas decisiones tomadas por Calzoni recientemente no le cayeron bien a Ferraresi. Del lado universitario aseguraron desconocer los motivos del enojo, aunque tienen sus sospechas.

En tanto que desde el sector municipal echaron a rodar la idea de que al rector le estaban “creciendo las alas” y se había “cortado solo” en pos de su proyecto político personal. Las miradas apuntaban a los convenios firmados por la universidad con diversos municipios, en especial con el de Lanús. Una comuna comandada por el híper macrista Néstor Grindetti. Para el intendente de Avellaneda eso fue tomado como una afrenta, casi rayando la “traición”.

Los universitarios relativizan la situación. “Los convenios son para beneficio de los estudiantes y graduados para que puedan hacer sus primeras prácticas profesionales. Además, no sólo acordamos con Lanús, también lo hicimos con Almirante Brown, que es un municipio peronista”, explicó una fuente más que calificada de la Undav a Política del Sur, y remarcó que el acuerdo no fue entre Grindetti y Calzoni, sino entre las instituciones.

La reacción de jefe comunal avellanedense fue contundente: recuperar para la Comuna una de las entradas de la universidad, enviar inspectores a verificar e intimar a la empresa a cargo de algunas de las obras que se vienen realizando en el predio universitario y solidarizarse por la supuesta expulsión de un docente afín a Ferraresi.

Lo cierto es que la relación entre ambos funcionarios no pasa por su mejor momento. Y los que conocen a los protagonistas aseguran que el rol de la esposa del alcalde no estaría sirviendo para acercar a las partes. Todo lo contrario. Sin llegar a un conventillo, muchas declaraciones en off de la diputada Magdalena Sierra contra Calzoni y la Undav habrían profundizado el distanciamiento.

La fuente universitaria no solamente ratificó lo dicho anteriormente, sino que cargó contra la legisladora por no haber colaborado con la universidad. “Jamás se puso en contacto con nosotros”, aseguró. Por el contrario, destacó el rol de la concejal Mónica Litza, quien siendo del Frente Renovador siempre se acercó a la casa de altos estudios y se puso a disposición.

En cuanto a la situación del docente, quien denunció oportunamente ser un perseguido político por militar en el sector de Jorge Ferraresi, desde el claustro universitario aseguraron que la información era “falsa”, que al profesor en cuestión le habían reducido las horas que tenía en “exceso”, y molesto con la decisión, salió a hablar en contra del rector.

En el entorno de Calzoni consideran que la situación a mediano plazo se va a superar. Tantos años de amistad no se pueden tirar por la borda. Por eso no quieren salir a responder a través de la prensa. Aunque también dejaron en claro que si la presión continúa, van a responder con munición gruesa. Tienen con qué.