

El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) difundió un informe en el que analiza la variación del costo de la canasta básica escolar en el país, que resultó en un incremento del 41,9 por ciento respecto del ciclo lectivo del año pasado y en un 206 por ciento acumulado en los últimos tres años, es decir, desde 2016. Además, en 2019, las familias deberán contar con 3.000 pesos para que los niños y niñas cubran sus necesidades en el aula.
Según describe el análisis, “en el detalle por producto, se encuentran aumentos considerables en 2019 en los sobres de papel glacé (+80%), los ‘lápices negros sin goma x 3 unidades’ (+69%), el ‘pegamento de cola’ (+58%), el ‘juego de regla, escuadra y transportador’ (+55%) y los ‘lápices de color largos’ (+48,65)”.
“En contraste, los productos que menos se incrementaron fueron los ‘marcadores finos x 12 unidades’ (+8,7%), el ‘sacapuntas’ (+13%), las ‘témperas surtidas x 5 unidades’ (+33,3%) y los ‘repuestos de hojas rayadas’ (+35,1%)”, agrega el informe.
Teniendo en cuenta un costo de canasta escolar por segmentos (Económica, Medio y Premium), la Económica fue la que mayor incremento sufrió, plantea el relevamiento de la UNDAV (44,2 por ciento respecto del 2018 y 264 por ciento respecto del 2016), mientras que la de segmento Medio se encareció un 41,9 por ciento respecto del año pasado y 206 por ciento respecto del 2016, y el Premium 38,4 por ciento respecto del 2018 y 177 respecto del 2016.
Además, indica el documento: “Como es esperable, este fenómeno afecta la capacidad de compra de las familias. Con salarios, estipendios y transferencias que crecen por debajo de la inflación general y de la inflación segmentada, el resultado previsible es de una disminución en las cantidades de productos de la canasta escolar que las familias pueden adquirir.”
En ese sentido, compara la variación en el poder adquisitivo a partir de tres fuentes fundamentales de ingresos que se destinan a la compra de los insumos escolares: el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM), la Asignación Universal por Hijo (AUH) y el Plan Progresar.
En el primer caso, de 2018 a 2019, el poder de compra bajó un 16,2 por ciento, y un 39 por ciento de forma acumulada desde 2016; respecto de la AUH, decreció un 9,3 por ciento en relación al año pasado y un 29 por ciento acumulado desde 2016; y en el caso del Progresar, cayó un 29,5 por ciento respecto del 2018 y un 54 por ciento respecto del 2016.
Para hacer el trabajo, el Observatorio tomó para el muestreo 54 productos y recorrió doce establecimientos de comercialización final (librerías, polirrubros y supermercados) del área metropolitana, como así también investigó a través de páginas web de librerías y supermercados para incluir en el análisis al interior del país.