Los chicos y chicas de la región participarán una vez más del programa de verano “Los derechos de los niños no se toman vacaciones”, que cada año organiza la Universidad Nacional de Lanús (UNLA) desde hace 19 años con jornadas gratuitas de deportes y actividades culturales durante todo el mes.

Son alrededor de 500 chicos provenientes de comedores comunitarios de la zona los que podrán disfrutar de tardes al aire libre con juegos y actividades recreativas e inclusivas.

Hasta el 31 de enero, las más de 30 hectáreas del campus universitario recibirán diariamente a niños de entre 5 y 12 años, de lunes a viernes desde las 13.30 hasta las 17.30. En el lugar practicarán deportes, harán actividades culturales y recibirán un refuerzo de almuerzo y una merienda. Además de los talleres formativos por intermedio del juego, los chicos presenciarán espectáculos artísticos.

Los más grandes realizarán un taller inicial de oficios. Allí, los chicos aprenderán armado y desarmado de PC, carpintería, electricidad, plomería, mecánica y manejo de distintos programas de informática.

Este año también podrán asistir a talleres de ajedrez, vida en la naturaleza (actividades precampamentiles), música, teatro, juegos, informática, artesanías, danza, artes plásticas y percusión (talleres armados de acuerdo a las edades e intereses propios de cada chico). Los profesores de educación física les enseñarán iniciación de práctica deportiva, donde aprenderán nociones de fútbol, básquet, taekwondo, softball, handball y vóley. 

“Los elegimos porque, por lo general, varios de ellos son deportes a los que estos chicos no tienen acceso. Queremos que conozcan cosas que tienen limitadas por su estado económico y social”, explicó Julián Loiseau, uno de los coordinadores del programa y del área de Deportes de la universidad.

Asimismo, se realizarán controles y chequeos de salud a los chicos, a cargo de médicos y enfermeros.

Las actividades se llevarán a cabo de manera conjunta con los referentes de las organizaciones comunitarias que operan como enlace natural entre las familias y la institución universitaria.

Desde la casa de altos estudios participan -además del equipo coordinador y los talleristas- estudiantes, becarios, docentes, voluntarios y trabajadores no docentes.

El transporte y la movilidad también están asegurados, ya que son los mismos profesores de educación física quienes pasan a buscar con micros a los chicos por las sedes de las instituciones barriales.

“Este programa se fundamenta en el compromiso de la Universidad de Lanús de generar estrategias de vinculación con la comunidad, a fin de favorecer la inclusión social de sectores desfavorecidos, no solamente en términos económicos, sino sociales y simbólicos que operan en la naturalización de ciertas representaciones. Esto implica concebir la pobreza como un fenómeno múltiple y complejo imposible de abordar exclusivamente en términos de recursos materiales”, dicen al respecto los coordinadores del programa de verano.

Desde el 2000, los derechos de los niños no se toman vacaciones

Este programa se inició en 2000, apenas tres años después de la creación de la UNLA, y desde entonces se realiza todos los veranos de forma ininterrumpida. Las actividades las lleva adelante la Dirección de Deportes y Recreación de la UNLA, dependiente de la Secretaría de Bienestar Universitario.

En esta decimonovena temporada consecutiva, el objetivo primordial es, como en todas las oportunidades anteriores, posibilitar el acceso de chicos de hogares de escasos recursos a actividades culturales, deportivas y recreativas gratuitas, en el marco de la difusión de la Convención Internacional de los Derechos del Niño. La idea base es que, además de pasar un día de recreación al aire libre, lleno de talleres educativos, los chicos conozcan sus derechos y tengan un primer acercamiento a la universidad pública.