La salida de Juan Carlos Schmid generó un temblor en la CGT, que así quedó al borde de la fractura. La agenda propia que marca el grupo “rebelde” que lideran Hugo y Pablo Moyano terminó por dividir aguas en el sindicalismo, que experimenta una fragmentación pocas veces vista. Para intentar salvar esto, Julio González Insfrán, titular del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo, quiere que la central obrera “tenga un plan”, para después ir a exigir respuesta a otros ámbitos, desde el gobierno nacional, el FMI o los propios peronistas.

 

“La CGT perdió el rumbo político”, sostuvo el dirigente, al recibir a Política del Sur en la previa de la inauguración de un edificio para la obra social de su gremio. En la charla, habló de esta realidad y de la necesidad de buscar una alternativa para competir con Mauricio Macri. En este punto, la posibilidad de apoyar al senadornacional Miguel Ángel Pichetto como “quien lleve adelante un proyecto industrial para el país” entusiasma al dirigente.

 

¿Cómo está hoy la CGT, después de la renuncia de Juan Carlos Schmid y los vaivenes internos?

La CGT perdió el rumbo político, está tratando de sobrevivir a la crisis que nos envuelve a todos. Lo que ocurre es que no presenta ninguna propuesta, cuál debería ser el plan. Se trata de decir por qué cuestionamos a Macri y qué proponemos a cambio. La CGT no está desarrollando propuestas para crear fuentes de trabajo. Como trabajadores, tenemos que presentar una propuesta para que haya inversiones que permitan recuperar esas fuentes laborales, y si no, te paramos el país. Eso significa que el movimiento obrero participe de la mesa política que gobierna al país, y eso no está ocurriendo. Hoy la CGT está más a la defensiva, los compañeros están pensando más en que no los puteen que en solucionar el modelo de país, porque el actual no le va a dar soluciones a ningún obrero, porque no hay dónde trabajar, reemplazado por la mano de obra importada. Es como dice Pichetto, hay una flexibilización de hecho, con los venezolanos que vienen a trabajar en negro sin cobertura social. El Gobierno dice que hay que ser competitivo, pero nos mata con las tarifas, los impuestos, el combustible, así no se puede competir. Tiene que haber un plan gradual, y la CGT debe sentarse en la mesa de negociación no a sacar chapa, sino a proponer un plan de gobierno alternativo. Eso no está ocurriendo.

 

¿Por eso se fue Schmid?

Schmid se fue porque era más criticado por los propios que por los de afuera. Por eso estamos mal, tenemos una dirigencia que sólo sabe poner palos en la rueda y no que lidera un cambio estructural en la Argentina. Los trabajadores tenemos que acompañar el cambio político. Hoy no hay ningún trabajador como candidato a presidente, pero si surge, no faltará el que lo critique. Pero tuvimos de candidato a Daniel Scioli, que no es ninguna lumbrera, pero sabe manejar el marketing y era famoso, como pasó con “Palito” Ortega. Hoy están buscando eso, porque estamos en la politiquería en la Argentina, no tenemos estadistas.

 

Y la interna del PJ no ayuda.

Claro, porque es parte de la Argentina sin un norte político. El proceso que viene va a terminar ordenando gran parte de este desastre que tenemos, si es que logramos generar un peronismo más doctrinario del punto de vista de la propuesta y tengamos el peronista que lidera la revolución industrial en la Argentina. Se van a ir acomodando las cosas, pero el movimiento obrero se tiene que organizar detrás de un modelo de país, de un programa, no detrás de una retórica que hable de Perón y Evita. Necesitamos programas concretos de desarrollo.

 

¿Cómo toma la reunión de la CGT con los delegados del FMI?

La gente del Fondo quiere convencer al movimiento obrero de que el plan es bueno, se lo quieren vender. Yo no reniego que se siente a discutir, pero vuelvo a lo anterior: ¿con qué plan? Nos pasó a nosotros con la Ley de Marina Mercante. Cuando nosotros protestamos contra la ley que había presentado un diputado, nos decía “es la única que hay”. Por eso tuvimos que elaborar nuestro proyecto, que fue el que finalmente se aprobó. El plan del FMI tiene que tener un plan contrario, es historia, el movimiento obrero se paró frente al ajuste del Fondo. En la medida que los planes no sean para el desarrollo productivo del país, nos vamos a oponer.

 

¿Por eso se reunieron con Roberto Lavagna?

Lavagna esun hombre muy valioso que mostrar. Cuando el país se disgregaba con Eduardo Duhalde, puso calma. Ahí agarraron la brasa ardiente y cambió la Argentina, que empezó a crecer. Luego, Néstor Kirchner administró bien el proceso, todos los criticaban que andaba con la libreta, pero manejaba bien los números. Eso le reconoce la sociedad a Lavagna.

 

En el peronismo se está discutiendo la unidad; si hay límites, con todos adentro. ¿Eso se discute en el movimiento sindical?

Pienso que la unidad es consecuencia de voluntades para un objetivo común. La unidad es consecuencia, no un objetivo en sí. Si nosponemos de acuerdo con  la meta y estamos todos de acuerdo, la unidad se va dando, porque si no, aparecen los oportunistas. La unidad se tiene que dar detrás de una causa común, y el liderazgo de ese espacio tiene que tener claro la dirección y la propuesta, y tiene que aprender a llevarlos a todos juntos. Puteando a la propia tropa no lo logra eso. Decir que hay límites, es folklore. La verdad,esto se resuelve de manera simple: no estás de acuerdo conmigo, ponemos la urna y vemos quién tiene más votos.

 

En la interna del PJ van a jugar un rol clave los intendentes. ¿No cree que a los gremios lesfalta relacionarse con ellos para juntar fuerzas?

Sí, es cierto ese problema. Pero si el movimiento obrero no resuelve su interna,¿cómo va a sentarse a hablar con un intendente? Si en un distrito hay tres o cuatro versiones de la CGT o las 62 Organizaciones Peronistas, ¿cómo hace? Para resolver ese problema, hay que ver primero la representatividad que tienen los distintos sectores y ver la capacidad que tienen los dirigentes que pretenden ser jefes.