Cuando el futuro de la planta de Llavallol de la empresa Canale parecía irreversible, la Justicia le dio una buena noticia a los trabajadores despedidos, que siguen en la puerta de la fábrica como hace varios días. Un fallo en Catamarca nombró a los empleados “custodios de los bienes” de la firma, lo que abre la esperanza para una posible continuidad de las actividades.

De esta forma, todas las máquinas y el material en la planta quedan bajo la responsabilidad de los trabajadores, que de esta manera evitan el vaciamiento. Desde que llegaron los telegramas de despido de todo el personal, los empleados mantienen una permanencia pacífica para evitar, precisamente, que se retiren todos los elementos productivos del lugar. “La lucha continúa”, expresaron los empleados.

El fallo de la Justicia de Catamarca se conoció ayer y permite pensar en otra salida que el cierre definitivo de la planta Canale. Se dio en esa provincia porque allí hay otra planta similar a la de Llavallol, que actúa bajo la misma razón social.

La medida tiene como antecedente lo que sucedió en Mendoza, donde la Justicia declaró la quiebra de las tres plantas que operan allí, pero el juez hizo especial hincapié en la defensa de los puestos laborales. El magistrado remarcó que la firma tiene “incidencia en la economía regional, por lo que el eventual cierre -en caso de que ocurriera para pagar las deudas del concurso de acreedores- afectaría a un conjunto mayor de personas”. Por eso, pidió “garantías” para la continuidad laboral de los trabajadores de las tres plantas locales.

Desde el acampe, los empleados dijeron que es “una buena noticia” y confirmaron que seguirán con su presencia en el lugar. “Ahora los bienes son nuestra responsabilidad”, le confirmaron a Política del Sur.

Hace unas semanas, la firma despidió a los 96 empleados, que se mantienen frente al predio reclamando una salida a la crisis. En este tiempo recibieron la solidaridad de gremios y movimientos sociales de la región y de todo el país.

El predio de Canale ocupa ocho hectáreas, cuenta con una veintena de máquinas valuadas en millones de dólares, un depósito de carga y descarga inmenso y un sector recreativo con canchas de paddle, fútbol, tenis, básquet, pileta, solarium, parrilla y parquizado.

En la entrada sobre Boulevard Santa Catalina, a 50 metros del Parque Llavallol, los trabajadores de Canale acompañan el acampe pacífico con venta de choripanes y hamburguesas para financiar el fondo de lucha. También reciben donaciones de alimentos, pañales y dinero, y organizan actividades para visibilizar el conflicto.