Juan Manuel Casella, ex diputado nacional y referente de la UCR, quien también fue ministro de Trabajo de la Nación durante la presidencia de Raúl Alfonsín, analizó en diálogo con Política del Sur la necesidad de una reforma laboral, pero aclaró que "debe preservar la dignididad del trabajador".

“Efectivamente la legislación laboral argentina debe ser modernizada. Nosotros tenemos leyes que fueron elaboradas hace 70 años atrás. La organización sindical, por un lado, y la ley de contrato de trabajo y de negociación colectiva, por el otro. Después fueron modificadas, actualizadas, pero siempre dentro del mismo marco. Ahora la realidad ocupacional argentina es muy distinta”, explicó Casella.

Mientras que en los años 50 había fábricas con 5.000 obreros, ahora hay grupos reducidos en el campo industrial. "Poca presencia de mano de obra y una serie de formas de ocupación novedosas, que van desde el monotributista hasta los chicos que reparten cosas en motocicleta, que generan la necesidad de regular nuevas formas de protección laboral. Por lo tanto, la reforma hay que hacerla”, señaló. 

De todos modos, fue claro: “La reforma no debe perseguir el incremento de la rentabilidad empresaria. Lo que debe perseguir es la modernización de las estructuras protectivas con el menor costo posible, pero siempre preservando la dignidad del trabajador”, sentenció, al tiempo que cuestionó que “este gobierno piensa mucho más en la rentabilidad empresaria y en el mercado que en la dignidad de los trabajadores”.

Por otro lado, sostuvo que “las pequeñas y medianas empresas son las que más empleo humano necesitan porque no tienen la dimensión necesaria como para adquirir grandes instrumentos mecánicos o digitales. Un juicio laboral que no tenga razonabilidad en cuanto a las cantidades, genera el riesgo real de que la empresa pequeña termine destrozada por su incapacidad financiera para afrontar la indemnización. Eso hay que compatibilizarlo. Hay la necesidad de un régimen particular que preserve esas fuentes de trabajo, que son las más numerosas, desde el punto de vista cuantitativo”.

En línea con esto, sumó que “hay que establecer principios legislativos claros que sean efectivamente aplicados por los tribunales porque hay una ponderación excesiva en ciertos tribunales del trabajo con relación a los montos indemnizatorios favorecidos por cierta permisividad pericial. La permisividad pericial puede generar resultados económicos desastrosos para una pequeña. Pero esto de ninguna manera debe afectar al principio". "Lo que necesitamos es un trabajador defendido por la legislación”, apuntó.

“La relación empleador-trabajador siempre es desigual. Siempre el que contrata, paga y manda es el que tiene más posibilidades. Y por lo tanto eso hay que equilibrarlo con la acción pública, con la acción de la ley”, subrayó Casella.

Con respecto a los sindicatos, planteó que “esa potencia se ha deteriorado mucho". "En primer lugar, por la disminución del número de trabajadores. La tecnología laboral industrial ha hecho que las manos de obra humana sean menos necesarias. Hay menos trabajadores, menos afiliados, menos representatividad sindical en términos numéricos. En segundo lugar, ha habido una toma de conciencia del trabajador acerca de evitar la excesiva influencia por la injerencia política en el sindicato”, dijo.

En esa línea, advirtió que “hay una actitud del gobierno de favorecer a los sectores de capital intensivo". "Nosotros estamos hablando del riesgo de disminuir la garantía del trabajo y al mismo tiempo estamos presenciando una invasión de productos chinos que se fundamentan en el hecho de que son más baratos. El mercado está diciendo ´cómo vamos a sostener un régimen de protección laboral como el que existe si los chinos nos invaden con sus productos´. Este conjunto de elementos está diseñado para deteriorar el nivel de protección”, apuntó.

Por último, advirtió que “el nivel de empleo mejora cuando hay crecimiento económico y cuando la gente consume porque alguien las tiene que producir, cuando existe un tipo de cambio que permite que la industria argentina compita con los productos importados. Con este tipo de cambio y con China en la puerta, es muy difícil que pueda progresar la industria y si no hay progreso en la industria en los grandes centros urbanos no progresa el empleo”.

Encuentro Radical

Por otro lado, Casella habló sobre el encuentro radical que se concretó algunos días atrás, en el cual se designó a Leonel Chiarella como el nuevo presidente del partido a nivel nacional. “Espero que tengamos un punto de contacto. La designación del actual presidente del Comité Nacional es una decisión observada con carácter positivo por los radicales en general. Porque implica una renovación generacional que es imprescindible en la política argentina en su totalidad”, consideró.

“Esperamos que el presidente del Comité Nacional tenga la capacidad y la autonomía de decisión personal para reconstruir al radicalismo como partido político. El radicalismo está corriendo el riesgo de dejar de existir por insignificancia. Ya está viviendo en la provincia de Buenos Aires, un estado de insignificancia electoral que lo aleja de cualquier perspectiva. Si el radicalismo sigue así, no tiene no otro destino que la desaparición. Y eso sería malo para el sistema político argentino, porque hay un espacio progresista que debe ser ocupado”, manifestó el dirigente.

En consonancia con esto, remarcó que “en los últimos 20 años el dinero le ganó a las ideas en la política argentina". "Las ideas retrocedieron y la especulación creció. Y esto nos llevó a la situación que estamos: Falta de representatividad social y bronca de la gente con relación a la política. Una acción positiva de revalorización de las ideas es fundamental para el nuevo Comité Nacional”, finalizó.