María Elisa Reghenzani, esposa del ginecólogo acusado de abusar sexualmente de pacientes y jueza, denunció a Política del Sur irregularidades en la causa. Diego Clementi espera el veredicto, que se dará a conocer el 22 de diciembre.
Reghenzani recordó que fue extorsionada en un concurso de su juzgado, “en el cual sucedían cosas muy extrañas tanto dentro y fuera la del proceso”. A fines del mes de marzo del 2023 sufrió un atentado en las instalaciones del juzgado. “Tuvimos que hacer una denuncia, investigó la UFI, no pudieron precisar cómo fue el atentado o quién lo realizó. Nunca me lo explicaron”, dijo.
“Me recusan con causa en ese mismo concurso, alegando que yo era enemiga del concursado, y a mi marido lo llama por teléfono, una tal María Albado de Télam, una persona que decía ser periodista, que firmaba las notas incluso. Y el 1° de mayo, mi marido empieza a ser escrachado por cuatro causas que se encontraban archivadas, denuncias que justamente estaban archivadas porque no había comisión de delitos, sino que era práctica médica”, señaló.
Y denunció: “Se olvidaron del principio de inocencia porque después del 1° de mayo, empezó a salir el nombre de mi marido en todos los medios". "Incluso se paró la abogada frente al consultorio de mi marido, con varios medios presentes, haciendo una nota sobre el proceder de mi marido, pero diciendo barbaridades. Hasta el punto tal de decir que mi marido vendía bebés”, contó.
Planteó que “son atrocidades, monstruosidades y con un nivel indigno para un abogado". "Más que un abogado parecía una política. Y de hecho, esa persona que dice ser abogada, era la coordinadora del Plan Acompañar”, dijo.
En línea con lo anterior, advirtió que “la abogada Perugino, por intermedio de un grupo que se denominaba Fora Fascismo, decía llamarse puente con una asesora. Esa asesora, era subsecretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación, Natalia Barreiro, a quien debimos denunciar en la misma UFI donde tramitaban todas las denuncias de mi marido y que obviamente jamás investigó”. “Ellas consiguieron más cantidad de denunciantes de supuestas pacientes, contra mi marido. Llegaron a contabilizar una cantidad de 12 y dos más del año 2002, una locura. Trajeron certificados falsos, que ni ellas mismas reconocieron, gente que no existía como paciente de mi marido. Mi marido las niega como pacientes”, subrayó Reghenzani.
Del mismo modo, relató: “Mi marido es acusado en el medio de todo ese mamarracho judicial de violación por colocar un espéculo. Una paciente del año 2017, que tampoco estaba registrada como paciente, dijo que mi marido le puso un tubito y que sintió incomodidad. Lo acusaron de violación, acceso carnal. Ese fue el único relato que no fue contaminado”.
Y remarcó que “el resto de los relatos, que comenzaron siendo denuncias muy leves, como que las había saludado con un beso cerca de la comisura de los labios, que les había tocado la espalda, que las había mirado con ojos libidinosos, hechos que no eran delitos se fueron incrementando durante el transcurso de la causa". "Fueron aumentando, inventando cosas, en un relato que era concordante entre ellas. Una de las declarantes, que esa sí era paciente, llegó a decir que hicieron ensayos. Por eso, los relatos eran concordantes”, apuntó.
Por otro lado y sobre el accionar de la fiscal, consideró: “Es una barbaridad lo que solicitó en contra de mi marido, basándose también en el famoso espéculo y en el tacto que hace como profesional médico en su trabajo. Le solicitó 15 años de prisión e inhabilitación perpetua. Es una locura. ¿Por qué no le ponen grilletes y una bola de hierro también? ¿O por qué no le mandan la pena de muerte? Pedir eso a un médico que se dedica a salvar vidas es como pedirle la muerte, es una locura y no lo pudo fundar”.
Finalmente, planteó: “Hay un peritaje de 140 fojas que especifica caso por caso que se trató de práctica médica y esta fiscal no leyó las pruebas. Solamente utilizó testimonios fragmentados y se basó en las leyes de género". "Es un desastre el dictamen de la fiscal, e incluso utilizó argumentos de muy baja calaña, yo nunca vi una cosa tan baja. Se supone que es abogada y que debe utilizar argumentos de derecho”, consideró.