De cara al tratamiento de la reforma laboral en el Congreso, Política del Sur conversó con Mario Gambacorta, abogado laborista y docente de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, para analizar la iniciativa del Gobierno. Aseguró que le viene a dar continuidad a la Ley Bases, que generó más desocupación e informalidad, y planteó que "es el asalto final al derecho del trabajo y a la seguridad social".
“Solamente mirando la historia y el origen del derecho del trabajo, (se puede decir que) la reforma no va a generar más trabajo porque el derecho del trabajo no tiene como función crear puestos de trabajo sino que está para proteger, tutelar los derechos de las personas a partir de lo que han sido los abusos a lo largo de los siglos en el marco de lo que fue la revolución industrial”, comentó. “El derecho del trabajo surgió como una respuesta frente a los abusos cuando teníamos jornadas de 16 horas, la edad de ingreso al mercado de trabajo eran los 7 años y las condiciones y los salarios eran deplorables, casi tan deplorables en algunos aspectos como lo que está ocurriendo hoy en día”, apuntó.
Además, Gambacorta destacó que la Ley Bases ya lleva en vigencia un año y cinco meses y que “el resultado de la ley, en términos estrictamente laborales, es aumento del trabajo no registrado, aumento de la desocupación y aumento de la precarización laboral". "Lo único que ha crecido son las categorías más bajas del monotributo. Es hasta verificable, se puede constatar en función de datos oficiales, que la Ley Bases no ha generado trabajo”, sentenció.
“Tenemos un modelo económico que no está pudiendo dar respuesta, por eso el trabajo cae, se están cerrando entre 30 y 40 PyMEs por día, ya han cerrado alrededor de 19.000 empresas, se han perdido 274.000 puestos formales, multiplicado por tres. Por cada puesto formal suele haber por lo menos tres informales dando vueltas que se alimentan de ese puesto porque proveen algún servicio, alguna tarea. Estamos en una pérdida de aproximadamente 700.000 puestos de trabajo”, reflexionó.
“La Ley Bases no funcionó y ahora traemos esta ley que es peor todavía, porque yo entiendo que es el asalto final al derecho del trabajo y a la seguridad social", sentenció el abogado y docente. "Creo que esta ley es prioritariamente para las grandes empresas, porque lamentablemente ya tenemos una flexibilización de hecho, más del 40% de las personas trabajan en la informalidad. Viene a resolver los problemas prioritariamente de grandes empresas”, amplió.
Del mismo modo, manifestó: “Esta ley, que supuestamente va a mejorar y modernizar, la mayoría de las veces sin fundamentación, debería resistir el control de constitucionalidad, cosa que en muchos aspectos para mí es dudoso. Tenemos tratados internacionales, existen elementos, más allá que se trata de romper los principios fundamentales del derecho del trabajo. A la corta o a la larga va a generar mayor inseguridad jurídica. Salvo que se avance lisa y llanamente en la destrucción del derecho del trabajo y la seguridad social”.
Y agregó: “Van a tener una enorme responsabilidad los jueces porque acá hay elementos fundamentales, el artículo 14 bis sigue funcionando. Lo que pasa es que el gobierno de (Javier) Milei ha hecho una reforma constitucional de hecho. El decreto 70/23, la Ley Bases misma ha avanzado y ha roto, ha delegado en el Poder Ejecutivo reglamentaciones de dudosa constitucionalidad. Permanentemente se vuelve a la carga tratando de desarticular un montón de cosas, desconociendo y desatendiendo parámetros constitucionales”.
Por último, Gambacorta planteó que “la discusión es una discusión política, filosófica, de fondo". "Creo que la sociedad debería informarse de esto porque el futuro, no solo laboral, parte del futuro de la Argentina se va en esta temática. Sin industria lo único que están haciendo estas reformas es adecuar el mercado laboral a un escenario que es inviable por la primarización, el extractivismo y la financiarización de la economía”, consideró.
“Estamos transformando a la Argentina en una gran estancia o en una republiqueta bananera. La incorporación de tecnología aplicada a la producción, no necesariamente destruye puestos de trabajo, ese sería el gran debate. Y acá no estamos perdiendo puestos de trabajo por el impacto tecnológico, sino por la desindustrialización y cada vez nos alejamos más de ese horizonte de verdadera modernización, que es lo que puede crear trabajo de calidad y bien remunerado. Todo esto es solamente para una falsa regularización en términos totalmente precarizados. Es una falacia”, cerró.