Por: Federico Cedarri

El radicalismo de la Legislatura fracasó en su empresa de arribar a un mínimo consenso que le permitiera tener bloques únicos en el Parlamento ante una manifiesta debilidad producto del fiasco que representó la movida electoral que ensayaron en septiembre. Pese a los intentos denodados,  los boina blanca continúan sumidos en un escenario dantesco atravesado por internas lacerantes.

El cuadro de situación en el Parlamento bonaerense asoma desolador, la estrategia en la elección de septiembre con la conformación de Somos como una tercera confluencia por fuera de la polarización de kirchneristas y mileístas se demostró fallida: trajo como consecuencia inmediata una debilidad manifiesta de la representatividad centenaria en el ámbito de la Legislatura bonaerense a partir del 10 de diciembre.

Lo concreto es que el partido de Alem despuntará dos bancadas en la Cámara de Diputados debido a que el bloque del abadista Diego Garciarena, UCR + Cambio Federal, sufrió el desprendimiento de dos de sus miembros que harán rancho aparte.

En rigor, tanto la ex abadista Alejandra Lordén como el fernandista Valentín Miranda pegaron el portazo disconformes con la estrategia de negociación parlamentaria que encaró Garciarena durante la rosca por el endeudamiento. Concretamente cuestionan con severidad los acuerdos con el sector de Evolución y el manismo para garantizarse sillas en el Directorio del Banco Provincia.

Si bien el bloque de Garciarena pierde dos soldados como contrapartida sumaría al tandilense Matías Civale enrolado en el lunghismo aunque con buena llegada a Facundo Manes. El diputado serrano presidió el último año el espacio UCR- Acuerdo Cívico que contenía a evolucionistas, manistas y referentes del GEN.

Con todo, Garciarena seguirá al frente del espacio abadista con la monzonista Silvina Vaccarezza como aliada y todo parece indicar que en breve se incorporará Civale.

Así las cosas, el nuevo espacio centenario apunta a la ortodoxia, se llamará UCR- Unión Cívica Radical,  será presidido el primer año por Alejandra Lordén y el siguiente por el tenquelauquense Valentín Miranda, un férreo soldado de Miguel Fernández.

A ese espacio se incorporará la reciente diputada electa por la Sexta Sección electoral Priscila Minnaard que ingresó al Cuerpo conjuntamente con el lilito Andrés De Leo que presidirá la bancada de la Coalición Cívica. La flamante diputada responde sin ambages al intendente de Coronel Dorrego, Juan Carlos Chalde, enrolado en el sector de los alcaldes que responden al fernandismo y que apañaron la estrategia electoral fallida de Somos Buenos Aires.

Mientras tanto, en el Senado la situación no es menos traumática para la fuerza centenaria. 

La sureña Nerina Neumann que jugó en septiembre con Nuevos Aires, debido a que el abadismo dio libertad de acción, conformará un monobloque propio.

Mientras, la fernandista Natalia Quintana que llegó por la Cuarta Sección encaramada a la boleta de Somos ya descartó sumarse al bloque de Neumann y maneja dos opciones: formar su propio espacio similar al de Lordén y Miranda en Diputados o ensayar una confluencia con Hechos.

Los Passaglia tendrán su espacio en la Cámara Alta y buscan con desdén heridos de otras tribus para engrosar sus filas.