martes 25 de noviembre de 2025 - Edición Nº2547

Sociedad | 23 nov 2025

BARRUECO INTENDENTE INTERINO

Ferraresi de vacaciones y sus concejales regulando trapitos: ¿Cuál es la prioridad del peronismo de Avellaneda?

Mientras los vecinos luchan contra la inseguridad y el cierre de comercios y PYMES, los concejales de Fuerza Patria presentan un proyecto para regular a los trapitos. ¿Es esto lo que más necesita la ciudad?


Por: Ricardo Carossino

Según una fuente misma del peronismo de Avellaneda que habló con Política del Sur, el intendente Jorge Ferraresi se tomó un descanso después de las elecciones con su esposa Magdalena Sierra, durante los primeros días de noviembre dejando al frente del gobierno municipal al concejal Hugo Barrueco. Según un posteo del intendente del mismo intendente habría retomado sus actividades en el Municipio el pasado 14 de noviembre. Este señalamiento, fue en un fuerte tono de crítica por la misma militancia del PJ local.

Con lo cual, parece que en Avellaneda, en medio de una profunda crisis económica, lo más urgente es regular la actividad de los trapitos. La ciudad, que enfrenta una caída en el consumo, con comercios cerrados a un ritmo alarmante y fábricas con capacidad ociosa, ahora ve que el Concejo Deliberante se enfoca en declarar de interés social a los cuidacoches. La medida, impulsada por los concejales del peronismo, llega bajo el expediente B-53428-25, que plantea proteger a los trapitos de la extorsión de las barras bravas, pero deja varias preguntas sin responder.

El expediente menciona la necesidad de regularizar la actividad de los trapitos, pero no aclara si se está incluyendo a aquellos vinculados a las barras bravas, que desde hace años controlan el estacionamiento en los alrededores de los estadios de fútbol.

La falta de detalles sobre quiénes son los "compañeros trabajadores de cuida coches" deja entrever que el proyecto podría beneficiar también a quienes, con los partidos de fútbol, se adueñan de las calles de Avellaneda.

Es un tema antiguo que empezó junto a cartoneros y limpiavidrios cuando la precarización laboral y el desempleo real a partir de 1995 crecieron de manera exponencial hasta alcanzar más del 16% y que terminó siendo un negocio para barras bravas con recaudaciones millonarias, según un relevamiento realizado por la ONG Defendamos Buenos Aires hace ya 10 años.

Esta fue la última novedad en cuanto a cuantificación. Pero aunque la derecha exprese su deseo de hacer desaparecer este rebusque, como pasó en 2019 durante el gobierno de María Eugenia Vidal, la verdad es que como en otras ciudades, las respuestas del Estado tanto progresistas como de dercha, actúan como un parche populista sobre la superficie sin plantear hasta una solución socioeconómicamente real.

La crítica de Damián Paz: ¿un proyecto para las mafias?
El concejal Damián Paz ha sido rotundo en sus críticas a esta propuesta. En un tono directo y claro, Paz ha señalado: “Los concejales de Ferraresi quieren declarar de interés social a los trabajadores trapitos. ¿Eso incluirá a los de las barras que, con los partidos, se adueñan de las calles de Avellaneda? ¿Esos serán los que ponen cajones o conos para reservar lugares para sus clientes, mientras los vecinos de la ciudad (sobre todo de Avellaneda Centro) no consiguen dónde estacionar sus autos? Avellaneda es el reino del revés. Ponemos la cara por los vecinos siempre”.
Esta crítica refleja la preocupación de los vecinos, especialmente los que residen en zonas como Avellaneda Centro, que sufren a diario la ocupación de la vía pública por parte de los trapitos y las barras bravas, quienes reservan lugares con cajones o conos y luego extorsionan a los conductores. Este tipo de prácticas ha sido parte de la realidad de los vecinos durante años, pero, en lugar de abordar el problema de fondo, los concejales se enfocan en una solución que parece más bien simbólica.

El contexto de una crisis económica
Mientras los concejales debaten sobre los trapitos, la economía local sigue hundiéndose. Según la Cámara de Comercio de Avellaneda, las ventas cayeron un 13% en los últimos meses, y más de 1.000 comercios han cerrado en el último año. En este contexto, la discusión sobre cómo regular a los trapitos parece alejada de las preocupaciones reales de los vecinos, quienes se enfrentan a cerraduras de negocios y falta de seguridad. Sin embargo, el expediente B-53428-25, que ocupa la agenda política, no menciona en ningún momento cómo reactivar la economía local o cómo combatir la inseguridad derivada de las mafias que controlan el espacio público.

Barras bravas: el tema ausente
Lo que tampoco se menciona en el expediente es el papel de las barras bravas en la ciudad. En las recientes reuniones del intendente con los presidentes de Independiente y Racing, Néstor Grindetti y Diego Milito , no hay constancia de que se haya tocado el tema de las mafias de las barras bravas que, además de extorsionar a los trapitos, manejan grandes porciones del espacio público en la ciudad. Los concejales parecen haber olvidado que estas organizaciones no solo se apoderan de los espacios cercanos a los estadios, sino que también controlan la seguridad y las actividades ilegales en torno a los partidos de fútbol.

¿Es esta la prioridad para Avellaneda?
La ciudad enfrenta una crisis que afecta al comercio, la industria y la seguridad, y los concejales de Avellaneda eligen regular a los trapitos. ¿Es este el enfoque correcto? Los problemas de fondo, como las mafias barrabravas y el declive económico, siguen siendo ignorados en favor de un proyecto que probablemente no resuelva nada. En lugar de actuar sobre lo realmente urgente, se avanza en una agenda que parece distraer de los verdaderos desafíos de la ciudad.

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