Este martes 25 de noviembre, en el Galpón de la Victoria de La Plata, se presentará el libro de Ricardo Capelli, “Antes y después del asesinato de mi amigo, el padre Mugica”.
El evento es las 18:30 y contará con la presencia de la diputada Victoria Tolosa Paz.
Este libro fue declarado de Interés para la Comunicación Social y la Defensa de los Derechos Humanos por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en agosto.
Política del Sur conversó con Ricardo Capelli, autor del libro, quien contó que conoció al padre Mugica en el año 1954. “En una causalidad, alguien me invitó a un cumpleaños, fuimos y paró el coche en la curva aristocrática de la calle Arroyo. Lo conocí, nos hicimos rápidamente amigos, él estaba en el seminario. La contracara es que yo no soy creyente”, contó.
“Tuvimos 20 años como amigos juntos, yendo a muchísimos lados como marco en el libro. Hasta me tocó el 11 de mayo estar con él cuando lo asesinaron. Yo compartí las balas, soy el único testigo, el único que conoció a quien lo mató y por eso el después, fue permanente la persecución. En el '78 me chuparon, estuve en Coordinación Federal y en la Sastrería Militar, ahí me destrozaron. Y eso duró hasta el 90 y pico, más que perseguir, ya después fue controlarme”, relató.
En ese sentido, expresó que “todo eso ocurrió en este bendito país, que ahora está enfocándose hacia esas cosas nuevamente". "De todas maneras, Carlos Mugica, el libro que escribí yo sobre él, influye mucho en la realidad de lo que fue Mugica, de lo que es, lo que significa. Ojalá hubiera muchos Mugicas ahora porque de esa manera estaríamos dando cuenta de aquello que se prometió en un momento. El quilombo que se va a armar, que estoy esperando todavía. Están ocurriendo muchas cosas y estamos muy cautelosos, muy callados”, consideró.
“Yo soy quien acusó a Rodolfo Eduardo Almirón, que fue el que lo asesinó, fue porque yo lo vi”, precisó.
Señaló que “nadie sabía de la historia de la Triple A. Tal es así que cuando lo matan a Mugica, no se lo adjudican". "El primer caso fue el de Ortega Peña, que sí se lo adjudican. Ciertos escritores que hablaron de él, hablaban de la teoría de los dos demonios y se hablaba de Montoneros. Cosa que dejé muy claro en el libro, está totalmente identificado todo ese tipo de cosas. Porque lo vi, estuve, conozco”, señaló.
Sobre la familia de Carlos Mugica, comentó que “era realmente de la aristocracia y Adolfo Mugica fue presidente del Partido Conservador. En el '43 iba a ser candidato junto a Robustiano Patrón Costas, a vicepresidente de la Nación. Cuando apareció (Juan Domingo) Perón, ahí se acabó la historia de los Mugica como posibles candidatos de la ultraderecha. Y ahí viene el gran odio". "Ellos eran realmente anti peronistas, yo también lo era, Carlos lo era. Tal es así que el día de la caída de Perón cuando fue el acto en Plaza Mayo, Carlos y yo fuimos a la Plaza a festejar y arriba estaban Lonardi y Rojas en el balcón”, recordó.
Sin embargo, reconoció Capelli que “empezó en poco tiempo la conversión”, al ver lo que significaba la figura de Perón para las clases más humildes. También destacó una misión realizada en el Chaco santafesino junto a Firmenich, Abal Medina, Ramus, Daleo, “y ahí se terminó el diálogo de inserción de la Fe para empezar en otras cosas. Y se habló de la lucha armada”.
Por otro lado, el autor recordó que el cura fue boxeador y que jugaba al fútbol “muy sucio”: “En la capilla, en Retiro, en el lugar donde están las hostias, todas esas cosas que tienen ellos, ahí había una cajita con los botines de fútbol, un short y una remera para jugar. Iba a la villa y ya se prendía y se enganchaba”, dijo.
Finalmente, subrayó: “Carlos estaría en la calle ahora, eso de ‘qué quilombo se va a armar’, él lo estaría armando. No tengo ninguna duda porque era de ese tipo. No se guardaba en la capilla, ni en la casa, ni en la calle. Él iba siempre al frente. Siempre lo fue”.