Por: Federico Cedarri
La reconfiguración legislativa que se llevará adelante en diciembre próximo en el Parlamento bonaerense muestra a priori una diversificación de los espacios políticos con un peronismo como primera minoría en Diputados y con mayoría propia en el Senado.
Una de las incógnitas por dilucidar será cuál será finalmente el rol del PRO en el futuro esquema legislativo. En rigor, legisladores amarillos deslizan que por el momento no tienen planeada la chance de integrarse oficialmente a los bloques de La Libertad Avanza en el parlamento bonaerense.
Ergo, pretenden mantener un espacio autónomo que de todas maneras juegue en sintonía con los violetas como viene sucediendo asiduamente en el Congreso Nacional. “Tuvimos una alianza electoral pero no es de sumisión”, destaca ante PDS un diputado amarillo.
Lo cierto es que en la Cámara Baja provincial la totalidad de los legisladores que integrarán el bloque del PRO a partir de diciembre están bajo el ala del tándem Ritondo- Santilli, por lo que no habría que esperar ninguna disidencia: María Paula Bustos ya había pegado el portazo cuando su jefe político Javier Martínez jugó con los Passaglia en septiembre. La legisladora oriunda de Pergamino será parte de Hechos conjuntamente con otro exiliado del PRO, Manuel Passaglia.
El manejo del espacio amarillo que hoy capitanea el ritondista Matías Ranzini, cuyo mandato finaliza en diciembre, volvería a manos del santillista Agustín Forchieri que lo comando entre fines del 2023 y diciembre de 2024.
El PRO adquirió un nuevo vigor con el triunfo impensado y sorpresivo de Diego Santilli en la Provincia de Buenos Aires: la victoria del colo revitalizó a un anquilosado partido que perecía sin más a expensas del mileísmo. En este nuevo esquema político es que los amarillos vigorosos descartan integrarse a los bloques libertarios en ambas Cámaras: ensayarán una especie de interbloque pero manteniendo la identidad.
En la Cámara Alta bonaerense el panorama es menos unívoco que en Diputados, hay legisladores que reportan a jefaturas ajenas a la dueto Santilli- Ritondo.
De hecho, el platense Marcelo “chuby” Leguizamón trabaja bajo el ala de Julio Garro y las relaciones con la conducción partidaria se deterioraron severamente luego del cierre de listas de septiembre donde el espacio del ex alcalde de la ciudad de las diagonales fue desairado por el karinismo.
Habrá que ver que determinación toma el jefe comunal juninese Pablo Petrecca que si bien pertenece orgánicamente al PRO fue electo senador por Somos Buenos Aires.
La conducción del bloque, hoy en manos del angelicista Christian Gribaudo hasta diciembre, podría recalar en el alcalde de Mar del Plata, Guillermo Monenegro, si es que éste finalmente no escala a un ministerio en el ámbito nacional. Montenegro tiene perfil propio y aparece a todas luces como una buena opción para intentar alinear a los amarillos y enlazar un trabajo similar al interbloque con el mileísmo.
En lo que tiene que ver con el resto de los senadores que despuntan aún dos años más de mandato, encontramos al lanusense Jorge Schiavone, con terminal en Néstor Grindetti, y al vidalista Alex Campbell que recién se plegó a la campaña bonaerense cuando quedó al frente de la boleta Diego Santilli.
Distinto es el caso del pergaminense Juan Manuel Rico Zini que si bien juega en la estructura del alcalde de aquel lugar, Javier Martínez, no tendría intenciones manifiestas de mudarse de espacio: preferiría en principio mantenerse alineado a la tropa amarilla en la Cámara Alta. Si el PRO logra contener en un mismo bloque a todos los legisladores propios tiene potencial suficiente para pelear por alguna de las vicepresidencias del Cuerpo.
A la que sí anotan afuera es a la nicoleña María Emilia Subiza que responde sin ambages al intendente de la capital metalúrgica Santiago Passaglia: formaría el monobloque de Hechos en la Cámara Alta provincial.