domingo 09 de noviembre de 2025 - Edición Nº2531

Avellaneda | 5 nov 2025

Análisis político

Carbone puntualizó el desafío de América Latina: Reconstruir su soberanía

A 20 años del “No al ALCA”, Rocco Carbone remarcó que los campos nacionales y populares “tienen la responsabilidad de constituir alternativas frente a los poderes como el de Milei o el de Estados Unidos”, y sostuvo que las propuestas emancipatorias son “posibles y necesarias”.


A 20 años del "No al ALCA", hoy la relación de Argentina con Estados Unidos se consolida. Javier Milei y Donald Trump estrechan lazos muy cuestionados por la oposición y diferentes sectores de la sociedad. “Efectivamente estamos ante una situación de dependencia”, dijo a Política del Sur Rocco Carbone, filósofo y analista político quien analizó esta relación entre la Argentina y Estados Unidos.

“Parecería que la Argentina es dependiente de Estados Unidos, yo creo que es al revés. El campo de la emancipación debe considerar esa situación de dependencia al revés. Es Estados Unidos el que nos necesita y usa nuestra fuerza de trabajo. Ellos dependen de nuestra fuerza de trabajo y ellos de nuestros bienes naturales comunes”, planteó Carbone.

Siguiendo con su análisis, observó:“¿Quién depende de Estados Unidos? El gobierno cipayo de Milei, el gobierno entreguista de LLA. Es el gobierno que sirve a la clase de la gran propiedad local y global y esas aristocracias tecnológico financieras vinculadas con el capitalismo de plataforma, timbero, que afecta también el capitalismo productivo, industrial, comercial. Y también China es dependiente, de alguna manera, de la Argentina”.

“Esos son los grandes problemas políticos, no solamente intelectuales, a resolver en el siglo XXI que habitamos. En la Argentina y en la América Latina que que habitamos, los campos nacionales y populares tienen una gran responsabilidad de constituir alternativas frente a estos poderes como el de Milei o como el de Estados Unidos”, dijo.

En ese sentido mencionó la victoria por la alcaldía de Nueva York de Zohran Mamdani, “un socialista demócrata que tiene una consigna de lo más interesante, que quienes tienen que pagar los platos rotos de la crisis del capitalismo son las clases de la gran propiedad, los ricos. Y en la ciudad más próspera de Estados Unidos lanzar una consigna en contra de la clase de la gran propiedad quiere decir redistribuir a la riqueza”.

Además, consideró que “las alternativas socialistas, humanistas, emancipadoras, nacionales, populares, revolucionarias, radicales, son posibles y necesarias en nuestra América, en una Argentina que debe empalmarse con el resto de los campos emancipatorios del resto del continente. Para hacer frente a estas potencias emergentes, como China y a los viejos imperialismos que quieren depender de lo nuestro, de nuestra vida”.

Por otro lado, Carbone sostuvo que “la única clase nacional es la clase trabajadora, en la Argentina y en todos los lugares del mundo porque la clase trabajadora -con la multitud de ese trabajo creado por el trabajador o la trabajadora formal, informal, cartonera, independiente, monotributista, de plataforma- se sostiene el país. Esa es la riqueza social, por ende, moral de un país”.

Sobre la búsqueda del ideal en países hegemónicos, planteó: “Nuestros países vibran en parte dentro de la cultura occidental. Me parece que la manera de referenciarnos y la atracción podrían estar orientadas menos en las formas hegemónico-gubernamentales que en las múltiples modalidades populares. Si fuera así, tendríamos otro tipo de atracción. Porque lo que vemos de Estados Unidos es el mainstream, la cultura de la clase de la gran propiedad. Tendríamos que ser capaces de buscar en ese mar de culturas populares”.

En otro orden, subrayó: “Se puede aceptar una oración como ‘yo, argentino’. Ahora, luego de decirla, eventualmente tenemos que ser capaces de decir también y tratar de entender a qué parte de la argentinidad pertenecemos. Porque las sociedades capitalistas, están segmentadas en clases sociales” de las cuales destacó: la clase trabajadora y la oligarquía.

“El trabajador y la trabajadora que se considera argentino debería tener afecto a la clase, a su propia casa, a su propio barrio, su propia familia, a sus tradiciones. Si tenemos consciencia de quiénes somos, de dónde venimos, cuando decimos ‘mi país’ implica una cercanía. El país de la clase trabajadora, el país soberano, el país que defiende lo propio, ahí hay una afirmación de una politicidad, de una fuerza, una conciencia y de una tradición histórica. Pero muchas veces la clase trabajadora hace referencia a la clase de la gran propiedad”, planteó.

Finalmente, aseguró: “Necesitamos crear una alternativa política de clase para desplazar a estos experimentos del estado y crear un estado popular plebeyo que sirva, que sea sostén de las grandes mayorías trabajadoras. La clase trabajadora es mayoría en cualquier país, tiene una gran potencia si esa potencia, si esa organización efectivamente se puede componer como tal, bajo la modalidad de una política alternativa”.

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