

Por: Federico Cedarri
El gobierno bonaerense necesita imperiosamente, en los próximos meses, obtener financiamiento no sólo para abordar en tiempo y forma los vencimientos de la deuda tomada por el vidalismo sino también para garantizar la continuidad de obras de infraestructura y programas sociales.
En rigor, es un hecho que el gobernador bonaerense Axel Kicillof deberá recurrir en unas semanas nuevamente a la Legislatura para perseguir que esta vez sí le concedan la bendita autorización para salir al mercado de capitales luego de los frustrados intentos entre el cierre de 2024 y el transcurso de 2025: se descuenta que también pedirá la emisión de Letras del Tesoro bonaerense.
Si bien aún el mandatario está utilizando una autorización anterior de la Legislatura para financiarse y cumplir los compromisos, lo concreto es que los recursos comenzarán a flaquear sobre el cierre del actual año y eso enciende las alarmas en el Palacio de Gobierno de calle 6.
En la Legislatura bonaerense dan por sentado que el posible endeudamiento vendrá acompañado del Presupuesto y la Ley Fiscal correspondiente año 2026 y que la idea del mandatario es que se analice todo en paquete cuando ya esté funcionando una nueva composición legislativa en el Parlamento bonaerense.
También es un hecho que los expedientes en cuestión ingresarán por el Senado donde el oficialismo ostentará a partir de diciembre mayoría simple y quórum propio: con unos siete aliados más se arrimará al bendito número de los dos tercios para aprobar cualquier endeudamiento, ya que necesita de 31 manos levantadas.
En Diputados, el peronismo engrosará con dos legisladores más el bloque y llevará la cuenta a 39 quedado a siete voluntades del quórum, tiene un trecho importante por recorrer en las negociaciones para llegar a los 61 votos necesarios que le permitan arribar a los dos tercios.
Está definido también que la rosca legislativa se encarará de manera conjunta con diputados y senadores mediante la implementación de plenarios de las comisiones de Presupuesto e impuestos de ambas Cámaras: además se aspira a que el tratamiento se lleve a cabo en un mismo día y con sesiones en espejo.
Ante este cuadro de situación que se vislumbra, los pronósticos coinciden en que sobre el filo del 2025 podría estar tratándose en las dos Cámaras los expedientes: “Va a ser como el año pasado de trabajoso el tema, ojalá este año lleguemos a mejor puerto y el Ejecutivo sea más contemplativo así logramos tener Presupuesto luego de dos años y se evita el manejo discrecional de los recursos”, sentenció un legislador boina blanca ante el requerimiento de este portal.
Se descuenta también que el nudo central de la negociación estará nuevamente puesto como ocurrió en las roscas anteriores en el fondo a intendentes y en el porcentual del endeudamiento que se destine para su conformación: alcaldes propios y ajenos piden a Kicillof que acerque ese porcentaje al 20%.
En su último intento por tomar deuda, frustrado recientemente en el Senado provincial, la letra fría del proyecto del Ejecutivo rezaba que del total de toma de deuda los municipios serían coparticipados del 8%.
Más allá de que la nueva composición legislativa, por su dispersión en lo que concierne a las fuerzas de la oposición, deja al oficialismo más cerca de obtener los apoyos necesarios para el financiamiento sin tener que negociar con los libertarios y el PRO, también es cierto que tanto los dialoguistas como centenarios y representantes de Somos y Hechos pedirán poner sobre la mesa de negociación los puestos en el Directorio del Banco Provincia y en Grupo BAPRO.
En rigor, el camporismo y el massismo también están formulando sus correspondientes peticiones a la hora de sentarse a negociar el paquete que contendrá endeudamiento, Ley Fiscal y Presupuesto: quieren que se discuta en la rosca los cuatro sillones vacantes en la Corte Suprema Bonaerense.
El plan original que el Gobernador cavilaba antes de que estallara a pleno la interna peronista consistía en que tres de los lugares por llenar en el Máximo Tribunal corresponderían para el oficialismo y el restante para la oposición, el abadismo cosechaba buenas chances para quedarse con ese sillón.
Actualmente, la cuestión fue puesta en el freezer por el mandatario provincial mientras que la orga y el Frente Renovador insisten una y otra vez con la chance de que se discuta cuanto antes el tema. El cristinismo pretende quedarse con una silla y el massismo tiene idéntica intención, el siguiente escaño quedaría para el kicillofismo mientras que la última vacante debería corresponderle a priori a la oposición.