Por: Federico Cedarri
En el Senado bonaerense se dilucida por estos momentos como se avanzará en breve con la agenda legislativa en los dos meses y moneditas que separan el recambio legislativo.
El Cuerpo legislativo se constituyó durante principios de junio para aprobar los cambios en los plazos para candidaturas y alianzas, luego la política bonaerense se sumergió en la vorágine del proceso electoral.
Trascurrido un tiempo prudencial de la elección, la Cámara Alta tiene que determinar si finalmente se avanza con el megaproyecto de endeudamiento que Axel Kicillof envió en abril. En rigor, el pedido de deuda consta de una solicitud por el equivalente a 1045 millonesde dólares y una emisión de Letras del Tesoro bonaerense del equivalente a los 250 millones dólares.
Además, el expediente contiene también la prórroga de las emergencias hasta diciembre de 2026 y de igual modo contempla la caducidad de los fondos enviados por la provincia a los municipios por la pandemia de covid en primera instancia y luego para colaborar con el pago de la suma fija salarial de 2023 dispuesta por el entonces ministro de Economía, Sergio Massa.
El proyecto de endeudamiento ostenta despacho de la comisión de Presupuesto e Impuestos que maneja Marcelo Feliú, pero la mayoría simple la logró solamente con los votos peronistas: el proyecto no consiguió en esta ocasión el acompañamiento de los dialoguistas ex libertarios.
En esa línea es que la iniciativa fue frenada en la continuación de su trámite legislativo, más allá del desenvolvimiento del proceso electoral, esencialmente porque el peronismo no logró consensuar los dos tercios necesarios para avanzar con el endeudamiento.
En rigor, la moneda de cambio para poder juntar voluntades de los demás bloques hoy pasa por la discusión de los puestos en la Corte Suprema de Justicia y en el Directorio del Banco Provincia.
El debate sobre el fondo para intendentes que preveía el proyecto parece haber quedado diluido sobre todo por el rotundo rechazo de los alcaldes a que el monto del mismo sea solamente del 8% del total de deuda tomado. Vale aclarar que los desacuerdos continuos en torno al fondo para los alcaldes frustró inequívocamente las sucesivas negociaciones entre el Ejecutivo y la Legislatura provincial de los últimos meses.
Allá por diciembre de 2024 cuando se discutía la Ley de Presupuesto, la Fiscal Impositiva y el endeudamiento nuevamente la vedette de la discusión pasó por el porcentaje del total de la toma de deuda que les tocaría a los alcaldes para conformar el fondo para obras.
En el proyecto del Ejecutivo oscilaba en alrededor del 7% del total de la deuda que se pedía, mientras que los alcaldes de todo pelaje, tanto peronistas como de la oposición, se plantaron en que fuese cercano al 20%. Kicillof intentó en aquella ocasión zanjar en la discusión y se estiró hasta un 10% del total de la deuda tomada lo que produjo el congelamiento de las negociaciones y la posterior prórroga del Presupuesto.
En rigor, todo parece indicar en esta instancia que si Axel Kicillof no pone arriba de la mesa de negociación la discusión de los puestos que le corresponden a la oposición en el Estado bonaerense y las cuatro sillas vacantes en la Suprema Corte, como le vienen insistiendo desde el camporismo y el radicalismo abadista, adquiere ribetes de complejidad la chance de que se pueda avanzar con el expediente de endeudamiento antes del recambio legislativo.
Por el momento, el mandatario provincial no parecería convencido de encarar ahora la discusión por esos cargos cuando la interna con La Cámpora no ha cedido.
Hace un tiempo atrás, antes de los distintos desaguisados intestinos que se sucedieron en el oficialismo provincial, Kicillof planteaba puertas adentro un plan para los sillones vacíos de la Corte, que el peronismo se quedara con tres lugares a repartir entre los sectores que lo componen: el espacio del Gobernador, La Cámpora y el massismo. El cuarto escaño el mandatario lo pensaba para la oposición parlamentaria: el radicalismo sumaba puntos para sentar allí a un propio.
También hay criterios disímiles con respecto a la prórroga de las emergencias que contiene el proyecto del Ejecutivo, Kicillof estipula en la fría letra del articulado que las misma se extiendan hasta el 31 de diciembre de 2026, algo en lo que no coincide el conjunto de la oposición que sólo acepta que se alargue la situación hasta fines de abril de 2026.
Adquiere suma importancia el devenir de las próximas semanas en el ámbito legislativo para visualizar si finalmente la Cámara Alta resuelve inmiscuirse en la discusión con el Ejecutivo para buscar el consenso necesario de 31 voluntades y sacar el endeudamiento antes del recambio legislativo.
Hay otras posturas que también suman adeptos en los corrillos parlamentarios, esperar hasta después del 10 de diciembre cuando el peronismo tendrá mayoría automática en el Senado para volver a insistir con endeudamiento, prórroga de emergencias y caducidad de los fondos municipales en la instancia en que se debata el Presupuesto, la Ley Fiscal y posiblemente la reelección indefinida de los intendentes.