

El descenso no se construyó en 90 minutos, ni siquiera en este partido ante Mitre. Se construyó a lo largo de un temporada donde Talleres nunca logró encontrar regularidad, ni identidad futbolística y mucho menos soluciones a los problemas tan graves que se presentaron a lo largo del campeonato. Ni las apuestas por técnicos de la casa, ni las incorporaciones de experiencia lograron revertir una campaña plagada de dudas defensivas, falta de gol y desatenciones en los momentos clave. El Tallarín vivió de la ilusión de la salvación más por incapacidad de sus competidores que por acción propia, la matemática lo avalo mucho pero en la practica el descenso estaba firmado hace bastante tiempo.
El partido de hoy fue, en muchos sentidos, un reflejo de toda la temporada. Talleres salió a la cancha con la obligación de ganar y esperar resultados. Pero como ocurrió tantas veces, la ansiedad le jugó en contra. Arrancó el partido cargado de nervios intentando ir al frente en búsqueda de dncontra el gol que le diera un poco más de tranquilidad ante un equipo Santiagueño que no jugaba por absolutamente nada. La T no encontró verticalidad en la primera parte y se fue al entretiempo con igualdad en 0, sin embargo ni volviendo del entretiempo, ya se encontró perdiendo a los 12 minutos del segundo tempo, con un gran gol de Rosales, delantero del local, que aprovechó una floja de la T que se desnudaba en búsqueda del resultado.
A partir de allí, el equipo del Sur fue pura impotencia. Tuvo la pelota, sí, pero sin claridad ni profundidad. Preso de esa necesidad, el equipo dejo muchos espacios en el fondo y en una contra sobre el final del encuentro, Agustín Ramírez metio el segundo tanto que cercioraba La derrota y el descenso.
La tabla se volvió un verdugo implacable del que nunca supo escapar. En momentos como estos lógicamente comienza la danza de acusaciones para encontrar a los responsables. De cierta manera todos los que pasaron por la institución en esta temporada lo son, la lista de errores es enorme y la lista de aciertos es escasa. Ya la temporada anterior, Talleres salvó la categoría en última estancia y se presuponia muchas mejoras para esta campaña motivadas por la experiencia de la primer tempestad pero sin embargo, nunca llegaron.