

Javier Maillo, el ex participante de Gran Hermano que fue denunciado por su ex pareja en 2015, fue absuelto por la Justicia en la causa por abuso sexual con acceso carnal y portación de arma de fuego. En diálogo con Política del Sur, aseguró que “las falsas denuncias en general son un daño terrible".
El Tribunal Oral en lo Criminal N°30 lo absolvió justificando inconsistencias que impedían llegar a una acusación. “Las falsas denuncias en general son un daño terrible para la persona que es víctima de esto, como es mi caso”, aseguró el hombre, que estuvo vinculado a esta mujer por poco tiempo. Según manifestó tuvieron únicamente cinco encuentros pero por diferencias, él decidió alejarse.
Javier Maillo recibió la asesoría del abogado Julián Peña Balbo para avanzar penalmente contra su ex pareja por "falsa denuncia", luego de que el fiscal del caso solicitara la absolución. Asegurando que "no queremos venganza, lo que yo quiero y lo que quiere el doctor es que se llegue a la justicia, porque este tipo de cosas no pueden quedar impunes".
Explicó que luego de romper el vínculo, la mujer se puso “un poco insistente, de insistente pasó a ser un poco agresiva y de agresiva subió mucho más de nivel hasta el punto de empezar a amenazar”. “Empezó a amenazar a mi hija, que en ese momento tenía 15 años, con que la iba a lastimar si yo no volvía con ella. Decía que me iba a hacer echar del trabajo, que me iba a perjudicar en todos los aspectos", mencionó, al tiempo que recordó que era funcionario de la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en ese momento.
Mencionó que esta mujer es abogada y trabaja en una Fiscalía. “Es una persona que tiene poder sobre las cuestiones judiciales. Tiene, no solamente los conocimientos, sino que tiene injerencia porque es una persona que está trabajando en el Poder Judicial”, detalló.
Además, mencionó que en el 2015 hizo una denuncia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Me quedé esperando, como cualquier ciudadano que es víctima de hostigamiento y de amenazas, que la Justicia se mueva. No sé si por el hecho de ser hombre, policía o por qué motivo, desoyeron estos pedidos de auxilio. Estaba desesperado, tenía miedo no solamente por mi hija sino por mi trabajo y mi seguridad”, detalló.
“Esta persona decía que me iba a denunciar en algún momento, las textuales palabras son ‘voy a decir que me pegaste, total me van a creer a mí y a vos no’. En 2016 fue ininterrumpido el acoso y las amenazas. Radico una denuncia en la fiscalía correspondiente, pero tampoco fui escuchado, a pesar de que yo aporté mi celular como elemento probatorio en las dos oportunidades, y extrajeron todos los mensajes, los registros de llamada y demás”, contó.
Según relató, los acosos continuaron durante el 2017 y 2018, amenazando al entorno con diferentes números telefónicos, incluso a chicas que intentaban entablar un nuevo vínculo con él. “Empecé a tener terror de ir a Capital Federal, a buscar la forma de no tener contacto ni actividad con mis redes sociales”, admitió.
“En 2018, me llaman de mi trabajo para decirme que había una carta documento para mí. Lo que decía era que ella me estaba pidiendo plata en concepto de que yo no había querido ser donante de esperma”, señaló.
“Fue una situación muy violenta, dolorosa y agresiva porque inclusive yo tuve que interrumpir relaciones afectivas, me afectó la salud”, relató. Y agregó que un día, luego de una salida con amigos, llegó un mensaje estremecedor. “Me empezó a llamar por teléfono y al cabo de unas horas, me envía una foto de ella con un golpe en la cara, diciendo ‘hijo de puta, ya te denuncié, mirá cómo me dejaste’”, contó, y aclaró que la particularidad es que él estaba en Santa Fe y esta mujer en Buenos Aires.
Sin embargo la policía se presentó en su casa con la denuncia. “La pena del abuso sexual agravado por el uso de arma de fuego es de 8 a 20 años, conociendo esto se me aflojaron las piernas, casi me desmayo”, recordó. “Desde el 2018 tenía la espada de Damocles pendiendo sobre mi cabeza, esperando el día que me lleven detenido o que me den pena de 8 a 20 años. El terror que estuve sufriendo todo este tiempo hasta el día de hoy, que quedé absuelto en el juicio en el que se demostró mi inocencia", relató.
“Se pudo comprobar que no solamente no había elementos probatorios para acusarme, sino que todos los elementos apuntaban a que esta mujer tenía la intención de generar daño, de hacerme mal, de privarme de la libertad. En el período del 2015 a 2018 estuvo fraguando toda esta idea de destruirme de alguna manera”, expresó.
Sobre las consecuencias, destacó: “Se me activó un hipotiroidismo, aún tengo estrés postraumático, hasta el día de hoy tengo pesadillas". "En Buenos Aires, en Capital Federal, voy caminando aterrado, porque tengo miedo de cruzarme a esta mujer y que empiece a los gritos y me linchen”, mencionó.
“En mi función como profesional traté siempre de ayudar al prójimo. He salvado vidas de mujeres que han tenido hechos de violencia de género en mi función policial. Soy criado por mi mamá ¿Qué deseo de hacerle daño a una mujer voy a tener si el ejemplo más grande que tengo en mi vida es mi mamá?”, cerró.