

Hace más de 70 años nació Al-Anon, con la intención de contener y ayudar a las familias o amigos de personas con alcoholismo. Política del Sur conversó con Federico, coordinador de Alateen Distrito Sur, que cumple la misma función pero se enfoca en los jóvenes que crecen en un entorno con algún familiar acohólico.
“Estamos hablando de programas que no solamente ayudan a la problemática del alcoholismo como una enfermedad de la familia, sino que son programas que con el tiempo, uno se da cuenta que lo ayudan para todos los aspectos de la vida”, explicó sobre Alanon y Alateen.
Explicó que el alcoholismo “se trata de una enfermedad que no sólo ataca físicamente, sino emocional, espiritual y psicológicamente. Es una enfermedad crónica progresiva que puede llegar hasta la muerte”.
También aclaró que no solo afecta a la persona que bebe, sino también al entorno familiar, laboral y los amigos. “Porque las personas que están en contacto con el alcohólico, también sufren emocionalmente. Y tienen actitudes, reacciones propias de un alcohólico, por eso decimos que el alcoholismo es una enfermedad de toda la familia”, detalló.
“La dependencia del alcohol o alcoholismo es cuando uno tiene lo que en psicología se llama compulsión. No podemos controlar el querer consumir alcohol y cada vez la persona va a tomar más y más cantidad”, advirtió. Y sostuvo que el alcohólico “toma consciencia de su necesidad de consumir y adopta conductas que le van a garantizar poder tomar alcohol. Entonces, por eso se transforma en una enfermedad que afecta neurológicamente a la persona”.
Además, subrayó que no tiene cura y el tratamiento es de un día a la vez. Pero además, expresó que “el mejor tratamiento diario mundialmente declarado por la Organización Mundial de la Salud es la hermandad de Alcohólicos Anónimos. Y Alanón y Alateen, que somos los familiares, es un desprendimiento casi natural de lo que es AA, porque a la familia también le afecta”.
En esa línea, señaló que “el primer gran paso, tanto para la persona que bebe como para la familia, es aceptar que tiene un problema. Si esa persona no toma conciencia de que realmente tiene un problema que ya no lo puede manejar, el resto, no vamos a lograr nada, salvo que ese alcohólico decida pedir ayuda”.
Explicó que Al-Anon y Alateen tienen un programa de 12 pasos, derivado de los programas de adicciones y trabajan a nivel espiritual: “Nos hace tomar conciencia primero de la aceptación de una enfermedad. Y ahí entendemos la problemática de otra manera. La primera gran llave de la recuperación es aceptar que nuestra vida ya no la podemos manejar así”, planteó.
Con respecto a Alateen, comentó que reciben chicos de entre 12 y 18 años, que conviven con personas alcohólicas. “Los chicos que crecen en un ambiente de alcoholismo piensan que eso es para toda la vida, que ellos también van a caer en eso, que no lo van a poder evitar. Entonces traen a las reuniones mucha carga emocional y no no saben cómo hablarlo o cómo decir lo que les pasa”, sostuvo.
También cuestionó que, a través de los medios de comunicación y las redes sociales, los jóvenes absorben mucha información sobre el consumo de alcohol como algo positivo y reafirmó que “lo que hay que tener claro es cuál es el límite de cada uno. Hay que ser prudente, responsable. Los adultos, tenemos que estar siempre informando, por más que los chicos son conscientes”.
Finalmente, invitó a quienes quieran participar de una reunión pública informativa que se realizará el próximo sábado 26 de julio, a las 19, en la Catedral de Lomas de Zamora, donde habrá diferentes oradores para conocer más sobre esta enfermeda. Además, allí funciona un grupo de Alateen, Aprender a Vivir, que se reúne los primeros, terceros y quintos miércoles de cada mes a las 7 de la tarde.
En Lanús, el grupo se junta los primeros sábados de cada mes, en la calle Margarita Weild 1248 a las 10. Mientras que en Alejandro Korn, los primeros y terceros martes de cada mes a las 19.