

Por: Federico Cedarri
El proyecto del cristinismo de reelecciones indefinidas se encuentra sumergido en un panorama desalentador producto de un contexto legislativo hostil que amenaza con hacerlo naufragar
En primera instancia porque en el Senado, como dio cuenta PDS, tanto el PRO como La Libertad Avanza amagan con ir a la justicia para invalidar la votación acaecida hace dos semanas atrás cuando se cristalizó un empate en 22 votos, tanto por la positiva como por la negativa, procediendo a desempatar favorablemente la vicegobernadora Verónica Magario.
Tanto amarillos como violetas entienden que debía haberse realizado una segunda instancia de votación y si en ese caso se hubiera reiterado la paridad ahi sí debía intervenir el voto de la presidencia del Cuerpo: los nuevos socios electorales destacan que se vulneró el artículo 102 del reglamento interno.
En Diputados también viene esquiva la mano para el expediente presentado por el malvinense Luis Vivona.
Al rechazo de los bloques radicales, del PRO, LLA, la CC y la izquierda se suma el del bloque dialoguista que acompañó al oficialismo en varias iniciativas sancionadas anteriormente.
Sin embargo, en esta ocasión el bloque que conduce Gustavo Cuervo pateó el avispero y dejó al oficialismo flaco de apoyos para intentar convertir el expediente en ley.
El bloque de Unión, Renovación y Fe subió la apuesta y no solo se plantó contras las reelecciones indefinidas sino que fue más allá: presentó un proyecto para prohibir modificaciones a las reglas electorales a semanas de las elecciones.
La propuesta busca garantizar la estabilidad y previsibilidad del sistema electoral bonaerense.
Los dialoguistas sostienen en la fundamentación del proyecto que cualquier propuesta que altere las reglas del juego a poca distancia del acto eleccionario, no solo es un gesto de oportunismo político sino una señal preocupante sobre el modo en que algunos sectores conciben el ejercicio de poder.
De igual modo, la complejidad para el expediente de Vivona no termina con el cerrado rechazo opositor sino que también dentro del espacio oficialista también hay diferencias con respecto a esta propuesta.
De hecho, el massismo se manifiesta en contra y despunta un importante número dentro de la bancad oficialista.
A los nueve legisladores del Frente Renovador que se oponen a las reelecciones indefinidas, sin contar al titular del Cuerpo Alexis Guerrera, debe agregarse el rechazo de la diputada que se referencia en Juan Grabois, Lucía Klug.
El panorama asoma desalentador para la propuesta cristinista ya que con este acompañamiento menguado que se circunscribe solamente a los seguidores de la ex presidenta y el axelismo, también existirían inconvenientes para que la propuesta pueda lograr la mayoría simple en el camino de las comisiones por las que transitará.
Ante este escenario desventurado que enfrenta el proyecto de reelecciones indefinidas, Diputados no convocó a sesión ordinaria esta semana.
A este cúmulo de inconvenientes hay que sumarle el achicamiento considerable de los tiempos ya que nos encontramos a menos de dos semanas del límite para la presentación de las candidaturas.
Además, en el caso de que la propuesta sea aprobada, algo complejo a esta altura, el gobernador Axel Kicillof la debería promulgar en tiempo récord para que algunos legisladores que hoy están impedidos para presentarse puedan tener el derecho a figurar en la boleta.
Ante este contexto traumático todo indicaría que el proyecto de reelecciones indefinidas tiene muchas chances de naufragar por lo que se reconfiguraría el escenario de candidaturas ya que un importante número de legisladores no podrían volver a presentarse.
Como ya informó detalladamente PDS, en Diputados son once los legisladores vedados para integrar las boletas sino sale el expediente de reelecciones indefinidas.
En el oficialismo cuentan a la ensenadense Susana González; a los axelistas Carlos "Cuto" Moreno y Mariana Larroque; a los masisstas Fernanda Bebilaqua y Nicolás Russo; y a los camporistas Facundo Tignanelli y Fernanda Díaz.
Por el PRO no podrán volver a jugar el ritondista Matías Ranzini y el grindettista Adrián Urreli, tampoco los abadistas Emiliano Balbín y Anahí Bilbao.
En el Senado no podría inscribir su nombre en las boletas los oficialistas Gustavo Soos, María Elena Defunchio y Luis Vivona; la amarilla Aldana Ahumada; los radicales Flavia Delmonte, Agustín Máspoli y Alejandro Cellillo; y la bullrista Daniel Reich.