Luego de no se viera a la CGT en la movilización organizada en respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, que tuvo lugar en los últimos días, el diputado nacional Máximo Kirchner aseguró que le hubiese "encantado que los tres dirigentes que la conducen participaran y acercaran su solidaridad, por más que ellos no la quieren a Cristina o no les guste como dirigente, o no los represente, cuestión que es absolutamente válida", señaló en una entrevista reciente. Además, hubo otras voces que se sumaron a las críticas a esta actitud, que fue considerada “una enorme contradicción” por parte del titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky.
Sobre la forma de proceder de la central trabajadora que rompió relaciones con el kirchnerismo en 2012, Máximo Kirchner reconoció que esta tiene “sus propias lógicas y tiempos”, marcados además por el recambio de autoridades que se producirá en menos de cuatro meses. “No quiero opinar desde afuera, pero sí creo que hay algo que los excede. El otro día pensaba, reformulando un viejo chiste: ‘qué es un esqueleto en un ropero’ y lo reformulé: es un tiempista que jugó a las escondidas y ganó”, ironizó.
El referente de La Cámpora también celebró la amplitud del acto en Plaza de Mayo y remarcó la participación de sectores no alineados al kirchnerismo. “La sociedad reaccionó en conjunto, porque no todos los que fueron a Plaza de Mayo quizás votaban a Cristina, había partidos de izquierda, movimientos sociales, que tuvieron una actitud solidaria”, destacó.
Por su parte, el diputado nacional y secretario adjunto del gremio SMATA el rol de la CGT ante el gobierno de Javier Milei y reafirmó el respaldo incondicional de su sindicato a Cristina Fernández de Kirchner. Además advirtió sobre el avance del oficialismo en contra de los derechos laborales y la inminencia de un conflicto social. “Nuestra lealtad a Cristina es incondicional y verdadera”, aseguró Mario “Paco” Manrique, titular de SMATA, recordando que bajo sus gobiernos, entre 2005 y 2015, la industria automotriz vivió su etapa más próspera: “Se crearon más de 60 mil puestos de trabajo. Los mecánicos lo recuerdan perfectamente”, dijo en declaraciones periodísticas.
El dirigente cuestionó la actitud pasiva de la central obrera ante las medidas del Ejecutivo: “Lamentablemente, la CGT no tiene intenciones de confrontar con este gobierno. No se da cuenta de que es un gobierno con el que no se puede dialogar, porque no le interesa la situación de los más humildes ni de los laburantes. Y porque los trabajadores no están dentro de sus planes económicos”.
Por último, el diputado nacional y dirigente sindical Hugo Yasky cuestionó este fin de semana la decisión de la conducción de la CGT de no llamar a movilizar en defensa de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner tras la condena a seis años de cárcel y la inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos en la causa Vialidad. “La CGT no fue coherente con la decisión de no concurrir”, sentenció en declaraciones radiales, al tiempo que destacó a los gremios que movilizaron hacia Plaza de Mayo.
En la misma línea, puntualizó: “Fue la ausencia de un sector de la CGT. Hemos visto muchos gremios participando de la convocatoria y muchas regionales de la CGT movilizadas. El hecho de que dieran libertad de acción habla de que la posición de la conducción de no acompañar, no ser parte de esa movilización, no fue expresión del conjunto”. “Hubo una gran cantidad de gremios de la CGT que sí estuvieron y eso marca que hay dentro de esa central una tensión y distintas miradas”, planteó el secretario general de ATE, y sumó: “Hay una contradicción enorme”.
Por otra parte, Yasky destacó el documento que elaboró la central que critica la condena contra la ex vice, pero se lamentó de la falta de convocatoria conjunta a la protesta que tuvo lugar el pasado miércoles. “El documento que la CGT aprobó es correcto. No haber convocado a la plaza después de haber emitido un documento donde se condena el ataque contra la presidenta de PJ, donde se habla de que se trata de un ataque a la democracia, no fue coherente”, sentenció.
El sindicalista atribuyó las diferencias de la central al proceso de renovación de autoridades, que da lugar a lo que definió como “un proceso de fricción”. “Hay una contradicción enorme y estaba en la calle. No estuvieron muchos de sus dirigentes de la CGT, pero la inmensa mayoría de los trabajadores estuvieron en todo el país”, sintetizó.
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