Este lunes 16 de junio se conmemora el paso a la inmortalidad del general Martín Miguel de Güemes, y además en la efeméride peronista se recuerda el más atroz y criminal acto de sedición por parte de las Fuerzas Armadas, protagonizado por la Armada argentina cuando en un acto de cobardía inusitado hacen su bautismo de fuego los pilotos de esa fuerza bombardeando Plaza de Mayo contra el entonces presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, asesinando a 380 civiles incluidos 60 niños. Crimen que aún hoy está impune.

Ahora, este 16 de junio también a los 80 años falleció Juan Manuel Abal Medina (padre) un hombre atravesado por los vaivenes de la década más controvertida de un movimiento popular: los ´70. Fue una de esas figuras que pocos conocen, que permanece en las sombras de la opinión pública, que orbitó de manera sigilosa, a uno de los nombres más importantes de la historia argentina: Juan Domingo Perón.

El momento que le tocó a Abal Medina ser parte del peronismo, no fue un momento más en la historia de la política. Al cabo, no fue un momento más en la historia del peronismo. En Argentina, es una rutina histórica para el Justicialismo acopiar tensiones en el tiempo, desde el 17 de octubre 1945, hasta esta actualidad en la que el movimiento sigue marcando una agenda de enfrentamientos y grietas.

El general Juan Domingo Perón estaba exiliado y había elegido un hombre que podía hablar por él en la Argentina para gestar el operativo retorno junto al líder del movimiento obrero, el metalúrgico José Ignacio Rucci. Abal Medina fue elegido nada menos que como secretario general del Movimiento Justicialista.

Juan Manuel fue el hermano de unos de los creadores de Montoneros formado en la Acción Católica que además participó del secuestro y posterior ejecución del dictador antiperonista Pedro Eugenio Aramburu: Fernando Abal Medina, quien el 7 de septiembre (día en que se realizaran las elecciones bonaerenses), durante una reunión en la pizzería La Rueda de la localidad de William Morris, es descubierto por la policía y tras un intenso tiroteo, muere al intentar salir del bar.

Desde su lugar de negociador para establecer un escenario propicio para el retorno del general Perón, Abal Medina gestó un perfil de gestión política para conciliar la grieta interna entre la izquierda joven (que involucró a los “imberbes”) y la derecha histórica del movimiento (marcada por la tenebrosa presencia del tristemente célebre José López Rega: el brujo creador del grupo parapolicial Tripe A).

En su libro “Conocer a Perón” documentó su estrecha relación con “el General” y reivindicó la figura del tres veces presidente de los argentinos ante las visiones distorsionadas o tendenciosas que se habían difundido en ese momento.

En sus últimos años, reflexionó sobre aquellos momentos determinantes, destacando siempre el papel crucial de sus compañeros y colaterales de camino, como Rucci y Rodolfo Galimberti.

"Conocer a Perón" fue declarado de interés público por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Debido a los problemas de salud del autor, su hijo Juan Manuel se encargó de presentar el libro en diversos lugares.

Durante la distinción en la Legislatura, Abal Medina hijo expresó: "Cuando con mi viejo decidimos hacer este libro, nunca pensamos ni remotamente que tendría este éxito. No pensamos que tendría el impacto que tuvo”.

Los restos de Abal Medina serán despedidos este lunes en una ceremonia íntima en Recoleta.