El escenario político argentino se reconfigura constantemente a raíz de las intensas disputas internas al interior de cada partido, así como del armado  de cada espacio de cara a las elecciones legislativas de este 2025.

Si bien en Capital Federal y algunas provincias ya se realizaron los comicios locales, queda por delante el camino a las elecciones nacionales y particularmente en la provincia de Buenos Aires, uno de los puntos que genera más expectativa. 

Política del Sur conversó al aire con Juan Manuel Casella, dirigente de la UCR, quien analizó brevemente el mapa político actual y puntualizó que “lo que debe llamar la atención al analista político consiste en la cantidad de gente que ha decidido no ir a votar”.

En ese sentido, expresó que la justificación de este comportamiento tiene que ver con la falta de propuestas, “acá no hay ideas en la discusión política actual y por otro lado, hay una dispersión del sistema político”.

Continuando en esa línea señaló que el oficialismo tiene problemas con el Congreso, así como grietas en el “triángulo de hierro”, por otro lado el peronismo con la división entre Cristina Fernández y Axel Kicillof que “significa un signo de interrogación muy grande para las próximas elecciones en la provincia de Buenos Aires” y finalmente el radicalismo que “ha sufrido un proceso de dispersión notorio”, vinculado no solo a la interna sino también al acompañamiento de algunos sectores al gobierno nacional.

“Lo que falta es un consenso alrededor de una política económica social que nos saque de la pobreza, de la fractura social, de la parálisis económica que estamos viviendo. A eso debe apuntar la política con ideas, con propuestas y con dirigentes creíbles”, subrayó Casella.

Con respecto a esto, el dirigente radical expresó que “tenemos partidos políticos que se han convertido en agencias electorales, ofrecen candidaturas pero no ofrecen propuestas”, afectando a la representatividad que se suma a una “vieja desconfianza de la sociedad argentina”.

Asimismo agregó que “la sensación pública es que la política se ha convertido en un ámbito donde pululan los corruptos y por lo tanto, hay una desconfianza ética de la sociedad”.

Por otro lado, remarcó que la función de la oposición en la democracia es la de “ejercer el control democrático y ofrecer alternativas” pero que en la Argentina actual esto “no funciona así porque la oposición está dispersa, incluso dentro de los propios partidos”.

En consonancia con lo anterior, destacó que al interior del radicalismo “hay sectores que tienen tendencia a coincidir con el gobierno simplemente porque creen que Milei tiene mayor capacidad de ganar elecciones”, perjudicando la función opositora.

Por esa razón, considera que la UCR “tiene que ratificar su personalidad histórica, el radicalismo nació para defender el voto popular, el sistema democrático y la justicia distributiva en términos económicos”. 

Del mismo modo, aseguró que el la vinculación con el gobierno nacional es “deformante" porque “el presidente de la república se autodefine como de ultraderecha, que es exactamente el ángulo opuesto al que ocupó históricamente el radicalismo”.

Finalmente afirmó que la unión entre el PRO y LLA es “totalmente lógica” porque “el gobierno es una expresión de la ultraderecha por autodefinición, pero el PRO es una expresión de la derecha por concepción, es una propuesta conservadora republicana”.

Igualmente advirtió que lo que quiere Javier Milei es “destruir el PRO y absorber los restos, no aliarse”.