viernes 30 de mayo de 2025 - Edición Nº2368

Policiales | 28 may 2025

JUICIO

Mató a su pareja de un escopetazo, pero asegura que fue un accidente para evitar la perpetua

El acusado del crimen ocurrido en enero del 2023 es la pareja de la víctima. El hombre está detenido desde entonces y podría recibir la pena máxima.


El juicio por el femicidio de Eliana Adaro, comenzó el pasado martes con la primera ronda de testigos citados a declarar en el marco del proceso judicial en el que es juzgado Emanuel Benítez, quien era pareja de la joven asesinada de un escopetazo en Ingeniero Budge.

Fuentes cercanas a la causa informaron a Política del Sur que los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de Lomas de Zamora decidieron un cuarto intermedio hasta el próximo jueves, jornada en la que se prevé una nueva audiencia, con más declaraciones que darán cierre a la etapa de prueba, previa a los alegatos.

Durante su declaración indagatoria, el imputado aseguró que el disparo que provocó la muerte de Eliana se efectuó por "accidente". Sin embargo, las pruebas obtenidas por el fiscal José Luis Juárez determinaron que esa versión sería falsa, llegando a esa conclusión por la autopsia y las pericias balísticas en el periodo de instrucción de la causa.

Benítez trabajaba como chofer de colectivo de la línea 40, que cumple prisión preventiva por el crimen de la madre de su hijo, quien perdió la vida como consecuencia del brutal ataque, sucedido en el interior de una vivienda ubicada en Falucho al 3300, en enero del 2023.

Adaro fue trasladada gravemente herida al hospital Materno-Infantil Doctor Oscar Alende, en Ingeniero Budge, donde falleció a los pocos minutos de su ingreso. La herida de bala que presentaba en el tórax era muy grave y los médicos que la atendieron no pudieron hacer nada para evitar su deceso.

Su pareja, que la llevó en su auto al centro de salud, fue llevado primero a la Comisaría de Llavallol, donde quedó aprehendido. Posteriormente, se determinó que continúe tras las rejas, bajo prisión preventiva.

Adaro y el presunto femicida eran padres de un hijo de pocos años, que estaba al cuidado de su abuela (suegra del acusado) al momento del asesinato de su madre.

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