

Por: Federico Cedarri
Luego del anuncio del gobernador bonaerense Axel Kicillof sobre el desdoblamiento electoral para el 7 de septiembre las fuerzas políticas de la oposición comenzaron sigilosamente a desenvolver movimientos en torno a la preparación de estrategias para afrontar este turno electoral inédito desde 1983.
En rigor, el radicalismo abadista venía pidiendo a gritos un desdoblamiento en la figura institucional del foro de alcaldes que conduce el rauchense Maximiliano Suescun, un alcalde de buena sintonía con el gobernador bonaerense.
En el partido centenario entienden que la chance de que los comicios se municipalicen les brindará la perspectiva de discutir temas locales, lo que calculan les redituará electoralmente.
“La gestión se pone por delante, en cambio antes era una elección con perspectiva de los temas nacionales, para nosotros es positivo el desdoblamiento", explica a PDS una fuente parlamentaria centenaria.
En esa línea, es que el radicalismo abadista también siente que le gana una pulseada a su rivales internos sobre todo porque la mayoría de los alcaldes quedan del lado de la actual conducción del Comité Provincia, aunque el manismo maneja Tandil con Miguel Lunghi que tiene a un alfil suyo, Matías Civale, al frente de la conducción del bloque que componen con el GEN en la Cámara de Diputados bonaerense.
En concreto, los boina blanca sostienen puertas adentro que la política les da una nueva oportunidad de hacer prevalecer la territorialidad que detentan en el interior bonaerense y en alguno distritos del conurbano: “En todos los pueblos hay un Comité”, se ufanan.
Así las cosas, es probable que el radicalismo abadista encare las elecciones seccionales y municipales con boleta propia, volver a reeditar la legendaria lista 3 era una de las firmes chances luego de la traumática ruptura con el PRO.
Saben que los amarillos han profundizado en los últimos días los contactos con el mileísmo para afrontar la posibilidad de llegar a un acuerdo electoral.
“Hoy no hay chances de llegar a un acuerdo electoral con el PRO, solamente podemos acordar con algún resabio que quede herido del acuerdo con los libertarios”, suelta a este medio un legislador provincial centenario.
Lo cierto es que los correligionarios se sienten enfundados en el desafío de demostrar el peso de la territorialidad en la provincia de Buenos Aires, no solamente para solventar la gestión de los alcaldes propios en los Concejos Deliberantes sino también para continuar manteniendo protagonismo en la Legislatura provincial.
No es una novedad que la preocupación mayor que hoy invade a las filas centenarias tiene que ver con que son conscientes de que el diciembre perderán mucho poder de fuego en la Legislatura bonaerense.
Vencen el grueso de los mandatos logrados en la victoria de Juntos por el Cambio de 2021 y los bloques parlamentarios sufrirán una sangría importante.
El manismo se queda solamente con la banca de Civale y pierde siete escaños entre los que se encuentran el platense Claudio Frangul y el evolucionista Pablo Domenichini.
Este sector disidente tiene en sus planes continuar con la alianza con sectores ligados al GEN de Margarita Stolbizer, no quieren ni sentir hablar de la posibilidad de juntarse nuevamente con el PRO: “Nuestro límite es Milie y Macri”, espeta un referente del médico diputado a este portal.
El abdismo en Diputados perderá cuatro bancas de ocho que despunta actualmente por lo que también verá mermada su influencia sobre todo en la composición de la nomenclatura de las autoridades de Cámara.
El titular del bloque, el marplatense Diego Garciarena, tiene cuatro años más ya que ingresó en el 2023 en la lista de Juntos por el Cambio representando a la Quinta Sección Electoral.
En el Senado Bonaerense las pérdidas son más cuantiosas, el espacio que conforman con el monzonista Marcelo Daletto perderá siete bancas de ocho, solamente queda en pie la silla de la sureña Nerina Neumann.
Es por este motivo que la fuerza centenaria baraja la posibilidad de presentarse autónomamente en las Secciones Electorales, sostienen que a partir de la preponderancia de la sigla y el músculo político de los referentes distritales podrían salvar la ropa en la elección del 7 de septiembre.