viernes 25 de abril de 2025 - Edición Nº2333

Gremiales | 18 abr 2025

ANALISIS

La CGT perfila la resistencia ante la nueva reforma laboral que impulsa el FMI

El entendimiento entre el gobierno y el Fondo Monetario Internacional incluye la exigencia de una mayor flexibilización del mercado laboral, lo que encendió las alarmas en Azopardo. Además, de la mana del fin de la tregua con la Casa Rosada, crecen los proyectos para reformar el funcionamiento delos sindicatos, otra preocupación del sector.


Por: Diego Lanese

En pocos días, el gobierno nacional dejó en claro en un par de imágenes que el rumbo de su modelo está atado al apoyo de Estados Unidos. Las fotos con el titular del Tesoro estadounidense, que estuvo en Casa Rosada y el Ministerio de Economía casi como en misión de supervisión, y los abrazos jubilosos de Javier Milei y su equipo cuando se anunció el acuerdo con el FMI y la salida del eco son postales de esta época, una reversión de las “relaciones carnales” de los 90.

Tamaña muestra de respaldo no es gratuita, se sabe, y a poco que terminaron los festejos comenzaron a conocerse los detalles del acuerdo, hoja de ruta de esta alianza. El entendimiento –que como una muestra de quién impone voluntades fue difundido solamente en idioma inglés –trae varias medidas que anticipan resistencia de los sectores populares del país, una de ella es la vuelta de una reforma laboral, que termine de consolidar los cambios que se intentaron en el DNU 70 y la Ley Bases, y que la justicia frenó en varios casos por inconstitucionales.  

El texto difundido por los medios asegura que el FMI ratificó “la necesidad de una reforma laboral integral para favorecer la competitividad e integración global de la Argentina en el mundo”. En criollo, precarizar las condiciones de contratación. Por eso, en la CGT ya perfilan la forma de resistir, a esta y otra movida amenazante: las leyes contra las organizaciones sindicales.

El aval del FMI a una reforma laboral pone el tema otra vez en discusión, pese a los fallos judiciales que paralizaron la aplicación del capítulo laboral, por violar la Constitución nacional. Ahora, se sabe, irán con fuerza sobre varias cuestiones.

Según se difundió, el organismo de crédito internacional puso como condición que se implementen una serie de “flexibilizaciones para negociar salarios y simplificar los vínculos entre las empresas y sus trabajadores”. A su vez, aclara que esto debe estar acompañado de “cambios impositivos para eliminar las barreras entre los trabajadores informales y formales”.

Incluso este miércoles, cuando presentó su informe ante el Congreso, el jefe de Gabinete Guillermo Francos confirmó que el gobierno enviará otro proyecto de reforma laboral. “Debemos dar una discusión respecto al régimen laboral que desde hace muchos años no hace más que impedir la generación de empleo genuino”, sostuvo el funcionario, y remarcó que el empleo privado “no crece en Argentina desde hace 15 años”.

Entre los cambios se habla de reformar la Ley de Convenios Colectivos, para permitir la negociación por empresas, y reglamentar el Fondo de Cesación Laboral, que genera un nuevo mecanismo de indemnizaciones.

“Van a avanzar con esta reforma, no hay duda”, le dijo a Política del Sur un dirigente del sector combativo de la CGT, que adelantó que la única respuesta de la central obrera es “resistir y movilizarse”. La idea es compartida incluso por varios integrantes de la mesa chica, que dejaron dialoguista y activaron el plan de lucha actual, que incluyó marchar con los jubilados y el tercer paro general contra el modelo libertario.

Un detalle que explicó este dirigente es que el plazo que le dio el FMI es noviembre de este año, es decir, luego de las elecciones legislativa. “Puede ser que mantengan el tema por abajo del radar, y si tienen un buen resultado en las elecciones y ganan diputados, lo impulsen”, agregó este dirigente.

Por eso una de las estrategias que se piensa en el sector es poder definiciones públicas a los candidatos. En el sector dialoguistas esperan que haya señales más certeras, pero siguen siendo cautos. Esta semana, Jorge “Pino” Sola, secretario de Prensa de la CGT, fue claro sobre cómo piensa una parte de la central obrera: “Militamos en contra de que Milei fuera presidente. Aceptamos las reglas de juego: fue electo legítimamente. Estuvimos en todas las movilizaciones de derechos humanos, en todas las movilizaciones estudiantiles ¿Qué quieren, que lo saquemos a Milei? No. Milei es alguien que fue electo por el pueblo”.

Esta definición cobra importancia porque el nombre de Sola circuló como posible reemplazante de Héctor Daer en la futura conducción, e incluso como único secretario general.

La resistencia a la reforma, en la calle o en la mesa de negociación, será clave para los próximos meses. Se sabe que el gobierno intentará limitar el poder que pueda expresar la CGT, y para eso desempolvó un arma que tiene cargada hace rato: la reforma del funcionamiento de los gremios.

Luego del anuncio del tercer paro, se reactivó la discusión de varios proyectos para cambiar el financiamiento de los sindicales, los requisitos de los secretarios generales y hasta la forma de hacer elecciones. En este punto, esta semana se sumó un nuevo proyecto a la materia de iniciativas que estudia la Comisión de Legislación del Trabajo en la cámara baja. Se trata de una propuesta del macrista Gerardo Milman, que quiere permitir que cualquier trabajador, sea afiliado o no a una entidad sindical, pueda votar, mientras sea de su rama de actividad.

El proyecto apunta a terminar con la perpetuidad de los dirigentes sindicales en los cargos de secretarios generales en sus sindicatos. “El régimen sindical argentino presenta una deformación gravísima: el derecho a elegir está en manos de una minoría afiliada, muchas veces constituida bajo condiciones de presión, clientelismo o intereses creados. La consecuencia es la perpetuación de oligarquías sindicales, dirigentes que ya no representan a la mayoría de los trabajadores, sino que preservan sus cargos mediante padrones cerrados y bajas tasas de participación”, explicó en los fundamentos la iniciativa.

La propuesta, como las otras en discusión que lideran el radical Martín Tetaz, son rechazadas por la CGT. En Azopardo insisten con su alerta: “Quieren destruir la organización sindical”. Así lo dijo otro dirigente de peso, ante la consulta de Política del Sur, que apunta a un viejo anhelo de estos sectores políticos –radicales, macristas y libertarios –y de los empresarios: debilitar el modelo sindical argentino.

“Los gremios argentinos son ejemplo en la región y el mundo, tenemos una tasa de afiliación muy importante, por eso desde hace años apuntan a estas medidas para debilitarnos”, agregó este dirigente, que recordó la ley Mucci de Raúl Alfonsín, apenas comenzó su mandato.

La iniciativa se suma a otra que busca terminar con la cuota solidaria, que son los aportes que hacen los trabajadores no afiliados cuando se firma un nuevo convenio, el cual los beneficia. Además, se intenta hacer que los aportes dejen de hacerse de forma voluntaria –el empleador gira esos fondos al gremio cuando liquida salarios –para que cada empleado vaya a pagarlos a las organizaciones. “Todo busca desfinanciarnos, lo mismo hicieron con las obras sociales, quieren dejar sin defensa a los trabajadores”, sentenció el mismo dirigente.

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