El fin de semana, los trabajadores de la Gráfica Anselmo Morvillo, ubicada en Avellaneda, realizaron una jornada cultural y solidaria frente a la empresa, la cual permanece tomada desde el 26 de febrero cuando la empresa decidió cerrar sus puertas y dejar de producir después de 70 años, argumentando los efectos de la crisis económica. Esa fue la última comunicación de la patronal con sus empleados y no apareció más, lo que generó la toma.
La jornada cultural y solidaria en la puerta de Morvillo –Pienovi 317 Avellaneda –tuvo lugar al cumplirse un mes de que los trabajadores permanecen en la planta. La decisión la tomaron el 26 de febrero luego de que la patronal una noche antes les anunciara por mensaje de WhatsApp que a partir del día siguiente cerraría sus puertas, dejando sin trabajo a 250 personas con un promedio de 30 años de antigüedad. La reacción de los trabajadores fue rápida y aún se sostiene. De la jornada cultural participaron Julieta Laso, Cabra y Pecho de las Manos de Filippi, Cantantes del Teatro Colón, Sicuri de Retiro, Santo Limón, La Mecha y más bandas. Además del festival musical hubo un espacio para la niñez con inflables y juegos.
El festival fue bautizado Alejandro Mereles, en homenaje a uno de sus trabajadores que falleció el pasado jueves 20. “Trabajadores de Morvillo en defensa de sus puestos de trabajo”, dice un pasacalle colgado en la entrada de la empresa gráfica, un gigante de paredes rosas y techo gris que ocupa toda una manzana en Avellaneda. Una expresión de desamparo domina los rostros de los hombres que entran y salen de la fábrica en la que pasaron gran parte de su vida. Toman mate, charlan, resisten con una permanencia indefinida dentro de la planta para proteger lo que durante tantos años cuidaron: su empleo.
Morvillo imprime títulos de la editorial Perfil, como las revistas Caras y Noticias, catálogos de AVON, Millanel, TSU, Gigot y supermercados Naldo, entre otros clientes. El martes 25 de febrero, una hora después de finalizada la jornada laboral, los trabajadores recibieron una notificación informando sobre el cese de actividades de la planta. Las 234 personas empleadas en la empresa definieron una permanencia indefinida ni bien recibieron el anuncio. Ese 26 el Ministerio de Trabajo llamó a audiencia para dictar conciliación obligatoria pero la patronal nunca apareció. Finalmente presentó quiebra que fue rechazada por el Juzgado Comercial N°12 pero aprobada por la Cámara de Apelaciones el 28 de febrero.
La empresa presentó un pedido de quiebra que la Justicia rechazó en primera instancia y finalmente prosperó. Si bien el volumen de producción venía bajando, ningún trabajador pensó que el final estaría tan cerca ni que se daría de manera tan injusta. Sebastián Rodríguez, titular de la Comisión Interna de la gráfica, recordó que “hace un mes que estamos en permanencia en la gráfica. Hicimos un montón de acciones. Plenario abierto en la puerta de la fábrica, movilización a la UIA, audiencia pública en el Congreso de la Nación”. “Sacamos un pronunciamiento del Consejo Deliberante de Avellaneda a favor de nuestra lucha. Metimos una resolución de repudio en el Congreso Nacional, en la legislatura bonaerense. Toda una serie de acciones y gestiones frente a la sindicatura, frente al gobierno municipal y frente a provincia también. Estamos tratando de abarcar todos los frentes”, agregó.
Finalmente expresó qué alternativas vienen exigiendo los trabajadores para continuar con la producción y preservar los puestos de trabajo: “Nuestro planteo de fondo es que la provincia compre a la empresa. Escuchamos a Kicillof hace un par de semanas atrás decir que quería comprar o estaba dispuesto a comprar Aerolíneas Argentinas. Acá Morvillo es mucho menos costosa para comprar y mucho menos costosa para poner a producir”. “Tenemos capacidad para hacer manuales, por ejemplo, para los 135 municipios de Buenos Aires. Podemos hacer boletas electorales, revistas, folletería. Las máquinas están, la capacidad técnica de los compañeros para hacerlas funcionar está. Ese es nuestro planteo de fondo porque estamos luchando por la continuidad productiva. La defensa de todos los puestos de trabajo y de todos nuestros derechos adquiridos”, finalizó.
Morvillo imprimía 10 millones de pliegos por mes, un número alto para la industria gráfica local. Con este nuevo escenario, casi 300 laburantes con varias décadas de actividad en la planta se quedan en la calle. “Sabemos que bajó la producción de la planta porque estamos en medio de una recesión y toda la industria está siendo afectada por las políticas económicas que están golpeando de lleno al sector industrial”, plantea Rodríguez.
Más Noticias