

Una de las causas que más conmueve históricamente a la Argentina es la Guerra de Malvinas, y justamente este 2 de abril se conmemora el 43ª aniversario de aquel suceso que marcó un antes y un después en nuestra historia.
Para hablar sobre el significado de la memoria, la gesta de malvinas y la realidad actual, Política del Sur habló al aire con el periodista y único corresponsal durante la guerra en el archipiélago, Nicolás Kasanzew.
“La sociedad dividida necesita la unidad, y Malvinas es la única prenda de unidad, la única conexión identitaria que tienen todos los argentinos. Absolutamente todos los argentinos se identifican con la gesta de Malvinas, con la causa Malvinas, y esto pasó también en el año 82. Porque la grieta en esa época era aún más profunda y, sin embargo, se borró como por arte de magia”.
Con respecto al tratamiento de la información durante la guerra, Kasanzew afirmó: “Hay un viejo acierto que dice que en la guerra la primera baja es la verdad. Todos los gobiernos, Inglaterra no fue la excepción, usan la información y desinformación como un arma más. Todos mienten en una guerra”.
Asimismo sobre la censura durante el conflicto bélico, dijo: “Por supuesto que sentí la presión de la censura, yo era técnicamente lo que se llama corresponsal de guerra. El corresponsal de guerra acompaña el esfuerzo bélico de su país y por lo tanto está supeditado a los mandos de ese país. Yo tenía adosado un oficial, un sensor, que cuando me acompañaba me prohibía filmar determinadas cosas que en parte se entiende. Pero la censura era absolutamente absurda, era por si las moscas, no tenía ningún sentido. Cada vez que yo quería convencerlo de que no borre tal o cual material, me amenazaba con corte marcial, pero jamás imaginé lo que me enteré al volver al continente. Porque no teníamos retorno, no sabíamos qué se publicaba de lo que mandábamos. Cuando vuelvo, me entero que entre el 90% y 95% de mi material, grabado inclusive con riesgo para nuestras vidas, con mi camarógrafo Lamela, no solo no fue mostrado sino que fue destruido, clara muestra de que no era funcional a la propaganda del momento”.
En ese sentido se refirió a la realidad actual de los medios de comunicación: “Las fake news ahora hacen estragos y la inteligencia artificial no quiero ni pensar. Lo más atroz todavía es este concepto de post verdad, la verdad no interesa, se puede mentir libremente. Eso es atroz”.
En esa misma línea, y sobre el trabajo del periodismo, expresó: “Nadie puede ser objetivo, todos somos subjetivos, todos pintamos la realidad del color del cristal con que la miramos. Lo que el periodista puede y debe ser, es honesto. Y si se equivoca, se equivoca por la suya, no porque su ideología lo impulsa a dar alguna información sesgada o porque su jefe le dice que siga tal línea. La honestidad es absolutamente básica en la profesión de periodismo, sino eso no existe el periodismo”.
Y finalmente afirmó: “La guerra de Malvinas fue ocultada, tergiversada, mentida y sigue siéndolo hasta el día de hoy. Nos han inundado de ideas fuerzas falaces, mentirosas, que son un insulto a la inteligencia y también, por supuesto, un insulto a los combatientes. Esta versión que todo el mundo repite como papagayo de que mandamos chicos a la guerra armados con gomeras, que estábamos de antemano condenados a la derrota, que fue una guerra de la democracia contra dictadura, por ejemplo. Esta imagen de nuestros soldados como pobrecitos solamente dignos de lástima, fue la causante de que tanto se suicidaran más allá de la desmalvinización en sí, que fue un olvido, un abandono de persona, encima tratarlos como víctimas, fue el camino más directo al corchazo”.