

Por: Federico Cedarri
Por el momento no existe una definición concreta de parte del kirchnerismo duro sobre las PASO en la provincia de Buenos Aires, más allá de hacer trascender que el gobernador envié un proyecto de su autoría y no se adhiera al del massista Rubén Eslaiman.
Como anticipó PDS, en el seno de la orga hay un convencimiento de que si el resto de las fuerzas políticas empujan una suspensión no habrá más remedio que darle el visto bueno a la caída de las internas en este turno electoral.
Lo que más preocupa hoy en el camporismo legislativo tiene que ver fundamentalmente con el posible desdoblamiento, cerca de Cristina y Máximo Kirchner entienden que deben confrontarse los dos modelos en las elecciones y que el frente antiMilei garpa más que si se pusiera el foco en las distintas falencias de la provincia como la inseguridad.
“Esto es lo que no entiende Axel, que hay que confrontar el modelo económico de Milei y no centrarse en discusiones provinciales de las que puede salir mal parado”, sostiene a este portal una fuente parlamentaria ligada a la orga.
En rigor, entienden en la agrupación otrora juvenil que traería más rédito poner sobre el tapete las consecuencias sociales del proyecto económico de Milei a que la lupa caiga sobre la gestión del gobernador bonaerense.
Lo cierto es que La Cámpora no piensa entorpecer el posible tratamiento del expediente de Eslaiman sobre la suspensión pero sin derogación de las internas abiertas, aunque no harán nada para acelerar los tiempos.
Si bien el gobernador necesita que la Legislatura acelere y entregue una definición consistente sobre las suspensión de las PASO para finalmente decidir un desdoblamiento, otro tema aparece en el candelero: el pedido imperioso de los intendentes ligados a Kicillof de derogar la norma que limita las reelecciones de legisladores e intendentes.
El inconveniente para el oficialismo radica en que tanto el PRO como la UCR abadista le vienen cerrando la puerta a esa discusión y desde el camporismo, al igual que con la definición sobre las PASO, vienen manteniendo un sugestivo silencio.
Es que desde la orga, como ya informo PDS, no ven con malos ojos que algunos caciques del conurbano terminen su mandato en 2027 y así poder dar batalla en aquellos distritos para seguir colonizando municipalidades en el Gran Buenos Aires.
Si bien los alcaldes kicillofista aseguraron hacia fines de enero que iban a agruparse paraconstituir una comisión con la intención de bajar al Parlamento y convencer a legisladores propios y ajenos de derogar la norma que les limita las reelecciones indefinidas, hasta el momento nadie ha dado el primer paso.
“Es que hay un costo político que nadie quiere pagar”, insiste un parlamentario ligado al kicillofismo.
Más allá de la discusión que debe zanjarse sobre la suspensión de las PASO, avanzar en un posible desdoblamiento de las elecciones provinciales introduce la discusión sobre en qué momento del calendario se celebrarían los comicios en las Secciones electorales e intendencias.
El massismo en su momento arguyó que las elecciones provinciales deberían llevarse a cabo después de la de diputados nacionales, allá por noviembre, pero desde la gobernación bonaerense le bajaron el pulgar argumentando que debe haber un período razonable de distancia de al menos dos meses entre los dos comicios.
Así las cosas, es probable que Axel Kicillof finalmente determine que las elecciones provinciales se desarrollen sobre fines de agosto, aunque perseguirá el consenso con los otros sectores del oficialismo, tanto el massismo como el kirchenrismo duro y La Cámpora.
Otra cuestión que traerá aparejada polémica tiene que ver con la forma de confección de las listas para las seccionalesy de diputados nacionales.
El kicillofismo aspira a tener el mismo grado de incidencia que hoy ostentan Cristina Kirchner y Sergio Massa, algunos referentes alienados con el gobernador plantean que cada sector debe conformarse con un tercio intercalado de las listas.
Esta cuestión espinosa no será fácil de discernir, si bien la posición del kicillofismo es la de suprimir las PASO en este turno electoral, algunos piensan en voz baja que sería una buena herramienta para medir fuerzas y saldar la lucha intestina.
Hay otros dirigentes que no descartan desempolvar las internas partidarias para de que de esa manera se ordene la puja entre el cristinismo y el kicillofismo: “Eso lo veo poco factible, hay que llegar a un entendimiento y con reglas claras de juego que determinen que cada sector tenga la misma incidencia en el armado de listas”, suelta un legislador peronista a este medio.
La posibilidad de una ruptura del tejido peronista sobrevuela como un mantra en el escenario provincial aunque desde los tres sectores que componen el frente de gobierno en la provincia de Buenos Aires le bajan los decibles y prefieren centrarse en la búsqueda de una alternativa viable que les permita evitar un escenario que le dejaría la mesa servida a la LLA.
“Si no vamos juntos estamos cocinados”, parafrasea ante PDS otro parlamentario alineado con el kircherismo duro.
Lo cierto es que el tiempo apremia y el gobernador Axel Kicillof debe comenzar a jugar sus cartas ante un peronismo expectante.