Por: Federico Cedarri

Los sectores que componen el variopinto tablero político de la provincia de Buenos Aires tienen por estos días una preocupación compartida: saber si finalmente el gobernador bonaerense Axel Kicillof desdoblará o no los comicios provinciales.

Si bien es un secreto a voces que el mandatario provincial tendría pensado avanzar sin más con un adelantamiento de las elecciones para cargos provinciales y municipales, aún no ha sido oficializado.

Tanto el PRO como el radicalismo abadista se muestran ciertamente de acuerdo en que pueda eventualmente dilucidarse las candidaturas provinciales de manera separada a cuando se elijan diputados nacionales.

Entienden que la territorialidad que todavía ostentan en el interior bonaerense puede ayudarlos a no quedar relegados si se profundiza la polarización entre la LLA y el kirchnerismo.

En el peronismo la cuestión es diferente, tanto el camporismo como el massismo no ven con buenos ojos adelantar la compulsa porque entienden que favorecería a los ignotos candidatos libertarios y el escenario se tronaría impredecible en lo que respecta a los resultados.

Además, también sostienen que el lugar que ocupará la centralidad en una hipotética campaña provincial sería la inseguridad: objetan que sacaría de la escena la comparación de modelos y dejaría fuera de discusión la política económica que lleva adelante Javier Milei.

Pero sin embargo, la decisión que tome Axel Kicillof tiene otro trasfondo político dentro del esquema oficialista: quién tendrá el poder de la lapicera en el armado de listas seccionales.

Es sabido que el mandatario provincial necesita para darle músculo político a su proyecto presidencialista conformar una tropa de legisladores provinciales propios en el Parlamento provincial, mientras que tanto el massismo como el kirchnerismo ponen en jugo un importante número de bancas y descuentan que si hay desdoblamiento Kicillof buscará de mínima equiparar la influencia que despuntan Cristina Kirchner y Sergio Massa.

El gobernador soporta la presión sistemática de los alcaldes que reportan en su campamento para adelantar las elecciones a septiembre y despegarse de la suerte que pueda correr el peronismo en las elecciones de diputados nacionales, donde hasta el momento es una incógnita si finalmente podrá participar Cristina Kirchner sujeta a la aprobación de Ficha Limpia en el Congreso Nacional.

El déficit del gobernador es la falta de legisladores puros en el Parlamento provincial, solamente le reportan directamente en Diputados el histórico Carlos "Cuto" Moreno, la hermana del Ministro de Desarrollo de la Comunidad Mariana Larroque,  y la platense alakista Lucía Iañez.

A los tres se les vence el mandato en este 2025 y deberán pujar por intentar refrendar sus lugares en las próximas listas seccionales.

En rigor, el kicillofismo pone poco en juego y se vislumbra que solo obtendría ganancias en la confección de los casilleros, inclusive si compartiera de manera igualitaria la birome con Cristina Kirchner y Sergio Massa.

Situación imperante en el cristinismo

En el armado que reporta al kirchnerismo duro se agrupan no solamente el camporismo sino también algunos referentes que responde de manera incondicional a la ex presidenta.

En la Cámara Baja provincial La Cámpora pone en juego dos bancas por la estratégica Tercera Sección Electoral, la del matancero  y presidente del bloque oficialista Facundo Tignanelli que vino a completar los dos años que le quedaban de mandato al alcalde de Lomas de Zamora, Federico Otermín, y Berenice Latorre que forma parte de la estructura en Quilmes de Mayra Mendoza.

De igual modo, se le vence su mandato en el presente año a la diputada Fernanda Díaz que forma parte de la orga y representa a la Segunda Sección Electoral.

Otra de las legisladoras camporistas a quién se le termina su gestión es a la bahiense Maite Alvado, autora del expediente que se encuentra trabado en la Cámara de Senadores de suba de los montos indemnizatorios por despido.

También caduca el mandato por la Octava sección del platense Ariel Archanco que reviste en la agrupación que maneja Máximo Kirchner.

En tanto que en el Senado quién pone en juego su lugar es la titular del bloque de Unión por la Patria Teresa García que aunque no pertenece de manera orgánica al camporismo responde sin ambages  a la conducción política de Crisitina Kirchner.

Deberán refrendar sus espacios la referente de Pehuajó Daniela Viera que completa el mandato del renovador Juanci Martínez:la legisladora también es parte del equipo del ultracristinista Pablo Zurro.

De idéntica manera, termina su mandato la legisladora camporista de Nueve de Julio María Elena Defunchio.

Se le vence el mandato en representación de la Quinta Sección Electoral al marplatense Pablo Obeid, esposo de la ex titular de ANSES Fernanda Raverta.

Así las cosas,  está claro que el cristinismo encara una etapa en la que deberá acentuar su cintura política para volver a refrendar no solamente las bancas que pone en juego sino también permanecer con influencia en el armado de las listas seccionales.