jueves 12 de junio de 2025 - Edición Nº2381

Avellaneda | 8 feb 2025

ARROYO SARANDÍ-VILLA LUJÁN

El agua roja de Avellaneda: Ferraresi, desidia y ocultamiento de la tuberculosis

Las enfermedades respiratorias son comunes a la vera del arroyo rojo. La oposición denuncia la gravedad de la situación. ¿Cuánto dinero recibió Ferraresi para sanear esta realidad? Crece la tuberculosis. Expertos denuncian: “Es la consecuencia de la pobreza”. Los niños se enferman, nacen con bajo peso, se pierden embarazos y la respuesta ambiental del Municipio es inaugurar un eco parque en la misma localidad.


Por: Ricardo Carossino

Como ya es de dominio público todos medios nacionales se hicieron eco de la foto que sirvió para decorar primeras planas: las aguas rojas del arroyo Sarandí, pero quizás lo más triste es que tanta exposición mediática no alcanzaría a conmover a las autoridades políticas del Municipio de Avellaneda, gobernado por el peronista progresista Jorge Ferraresi, que se tomó más de 100 días de vacaciones y realizó cinco viajes de placer en un año.

Según un informe del FIT, preparado por diputados provinciales, con una extensión superior a los 20 km,  el arroyo Sarandí recorre varias localidades del sur del conurbano bonaerense, desembocando en el Río de la Plata. Sus aguas reciben las descargas toxicas de más de 14 mil industrias y comercios emplazados en sus orillas y zonas aledañas.

Aseguran los diputados de la izquierda que en Villa Luján,  “altas cantidades de residuos contaminantes, sólidos, líquidos y gaseosos (humo) se descargan en el arroyo sin ningún tipo de tratamiento, ni control por parte del ente estatal”.

El Frente de Izquierda de los Trabajadores presentó en 2022 este informe donde se señala que una de las 14.100 firmas que descarta residuos es Trieco Sa, multinacional a cargo del destino final de basura altamente peligrosa, proveniente de centros de salud de la Provincia de Buenos Aires: jeringas, agujas, gasas, materiales hospitalarios y tejidos son quemados sin cumplir los protocolos y, en tiempos de alta demanda, enterrados o depositados en la vía pública.

El silencio de Ferraresi

Desde el municipio de manera oficial informan que toman muestras del agua del arroyo y arriesgan, aún sin saberlo que “no sería tóxico”. Un concejal del PJ de Avellaneda confió a PDSUR que varios dirigentes ya le habían advertido a Ferraresi sobre el daño sanitario en Villa Luján y según confirman a este medio el intendente habría asegurado a su tropa que “no cuenta con el dinero para cambiar” la realidad del asentamiento.

Sin embargo, desde el FIT informaron que en 2017 el ejecutivo local, recibió 96 millones de pesos. Del mismo modo, en abril de 2021, el presidente de Acumar, Martín Sabbatella y Ferraresi firmaron un nuevo acuerdo en el marco del Proyecto de Desarrollo Sustentable de la Cuenca Matanza Riachuelo, financiado por el Banco Mundial. Pero todo sigue igual.

Pegados al Polo Industrial sobreviven les habitantes de Villa Luján. Allí, la realidad tiene varios nombres y todos son graves, alarmantes y urgentes: hambre, el aumento de la miseria, ausencia de agua potable, redes cloacales, pluviales y eléctricas seguras. Hacinamiento, crisis habitacional y según pudo averiguar Política del Sur por una fuente sanitaria de Avellaneda el aumento de la tuberculosis.

La contra cara perversa de esta realidad es la existencia del Eco parque Sarandí, en Nicaragua y Sargento Ponce, que el municipio promociona como política ambiental simulando la “preocupación” de Ferraresi por el medio ambiente.

Es la doble cara del poder de Avellaneda, de un intendente peronista que en setiembre de 2024 hizo campaña reinaugurando la Eco Área con ampliaciones y mejoras, y firmó un convenio de cesión en comodato con el CEAMSE, según dicen, “para trabajar juntos en el cuidado del ambiente y la biodiversidad en esta zona de reserva”.

En Villa Luján no hay eco parque y la única biodiversidad pertenece al combo de virus y bacterias que enferman a sus habitantes abandonados a la mirada distraída de su intendente, según argumentan los mismos peronistas locales que conviven con esta realidad todos los días.

Una dirigente radical de Avellaneda, Fernando Landaburu, denunció hace unos pocos días: “Ninguna autoridad hace nada”. Al respecto, el dirigente de la UCR explica: “El 20 de enero publique que el Arroyo Sarandí estaba verde fosforescente y con un muy fuerte olor y hace más de un año presenté un pedido de informe en el HCD por el cemento que cubría todo el Arroyo y que por las escasas lluvias hacia parecer que habían asfaltado el mismo”.

En esa misma declaración Landaburu expuso: “También presenté en el Concejo Deliberante para que el Municipio exija a la gestión provincial para que se realice la limpieza de los entubados, que funcionan al 50% de su capacidad y hoy el arroyo es noticia por su color rojo intenso. Los vecinos lo sufrimos todos los días con olores nauseabundos y una contaminación que es perjudicial para la salud”.

La gravedad en números de Villa Luján

Villa Luján sufre, padece, se enferma y se oculta. Una fuente calificada del servicio sanitario de Avellaneda que no quiso dar su nombre por temor a perder su trabajo municipal, advirtió a PDSUR, que estarían aumentando los casos de tuberculosis en Villa Luján. Un informe realizado por ACUMAR en 2019, sin mencionar el diagnóstico, revela que son comunes “las enfermedades respiratorias” en el asentamiento.

A diario, confiesan a este medio, la gente pasa a retirar sus medicamentos para la tuberculosis en una situación en que ante un solo caso detectado se tiene que tratar a todas las personas que hayan entrado en contacto con la víctima.

Según el informe de ACUMAR en Villa Luján se observó que de un total de 41 hogares encuestados, 7 de ellos tenían hacinamiento crítico, que el 7,3% (3) de los hogares no tenían piso de material y el 7,3% (3) de los hogares tenían paredes de material de desecho.

Con respecto al agua de consumo de los hogares, el 9,7%  informó que no cuenta con conexión a la red pública por cañería dentro de la vivienda. Del total de hogares, uno no posee baño ni letrina dentro de la vivienda y el 9,7% (4) de los hogares tienen baño compartido.

Se revela en este informe que el 58,5%  observó alguna vez ratas, ratones y lauchas. En cuanto a las prácticas de riesgo en el manejo de la basura, el 4,8% de los hogares acumulan la basura fuera del terreno y no tienen la práctica de quemar la basura.

Entre los hogares que manifestaron tener algún evento de salud enfermedad, se observó con mayor frecuencia las pérdidas de embarazo, nacimientos pre-término y las enfermedades respiratorias.

Todo es más alarmante si toma en cuenta que según Acumar el 3,9%  de las personas presentaron controles de salud insuficientes. De los 26 niños menores de 6 años, el 96,1% presentó controles de salud suficientes para su edad. El 5,4%  de las personas mayores de 18 años refirió tener la presión arterial elevada o hipertensión. El 1,6%  de las personas de 20 a 44 años refirió tener o haber tenido Asma-Enfisema-Bronquitis crónica (EPOC).

A eso se pueden sumar accidentes cerebro vasculares, altos niveles de diabetes, colesterol, asma, efisemas y bronquitis. El 26,9% (42) de las personas refirieron manifestar tos o dificultad para respirar en el último año. De éstas, 32 tuvieron 3 o más episodios, esto representó el 20,5% de los encuestados.

La muerte blanca en Avellaneda

La tuberculosis es conocida como “la muerte blanca” y en 2019 según el Ministerio de Salud de la Nación, en Argentina se registraron 10.320 casos de esta enfermedad. Según el Ministerio de Salud bonaerense en Argentina se notifican anualmente 10 mil casos, de los cuales entre el 40 y el 50% pertenecen a la provincia de Buenos Aires -con mayor concentración en el conurbano-. El 20% de los casos corresponde a niños y adolescentes en edad escolar, y la mayor concentración de casos totales se ubica entre los 20 y 45 años, con un alto impacto en la actividad laboral.

El último informe oficial conocido en Avellaneda, realizado por el Ministerio bonaerense en 2019, entre 2016 y 2017 hubo 233 casos confirmados, sin aclarar de qué zona del Municipio provenían. Pero alertaban sobre el peligro de contagio y el riesgo de crecimiento de casos.

Para este informe se utilizó la información exportada de 2018 del módulo de TB integrado al SNVS, el cual contiene los casos registrados y validados de 24 jurisdicciones del país para el año 2017.

En 2017 se notificó un total de 11.659 casos, resultando en una tasa de 26,5 casos cada 100.000 habitantes. El 88,5% de los casos fueron clasificados como casos “nuevos”, con recaídas y sin Información de tratamiento previo, mientras que el 11,5% de los casos tuvo registrado algún antecedente de tratamiento (Pérdida de seguimiento, Fracasos, Recaídas, Traslados y Otros). Por otra parte, el 85,8% del total de los casos fue de localización pulmonar, teniendo el 71,4% confirmación bacteriológica.

Expertos desde el Hospital Muñiz vienen denunciando de manera usual cada vez que se les pregunta que los casos de la llamada "muerte blanca", aumentado y aseguran que hay record histórico de contagios que estan “estrechamente conectados con la pobreza, la malnutrición y la infravivienda” y que “han ido en aumento desde el cambio de década en paralelo con las repetidas recesiones y la inflación”.

En 2019, Laura Lagrutta y Nicolás Castiglioni, ambos neumólogos especializados en tuberculosis pediátrica, en el Instituto Doctor Raúl Vaccarezza de Buenos Aires en una entrevista con un diario internacional no usaron sinónimos para alertar sobre la situación: “La tuberculosis es el efecto secundario de la pobreza”.

La situación en Villa Luján (en un municipio gobernado por un intendente peronista), la indigencia, la contaminación y la desidia ponen en riesgo vidas humanas. Y mientas todos se acusan por el color del arroyo Sarandí, la tuberculosis parece ir por la orilla, ocultada por el mismo poder que debe erradicarla.

 

 

 

 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias