El ex titular del Centro de Patrones Fluviales Julio González Insfrán respaldó el anuncio de la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay, ya que "cuando la empresa es privada y se pone en marcha no hay problemas”. “Lo que se está dando acá es una concesión de servicios. Hay artículos que hablan de la privatización de la hidrovía y todo eso en realidad es un error, es una falta de conocimiento y posiblemente alguna exposición maliciosa, porque en realidad no existe tal privatización. Nadie se va a quedar con un río”, resaltó.

“Tiene que tener un control del gobierno de que se cumplan esos pliegos a cambio de un peaje. El mejor negocio para Argentina es tener una vía confiable y viable para sacar las exportaciones por un bajo costo. Sale fortuna mantener todo esto. Dependemos de la Administración del Estado; si el Estado gasta fortuna en cosas que no vienen en forma directa a la población, la población sufre, pero si el Estado garantiza que las exportaciones argentinas sean eficientes y competitivas, el ingreso de dólares por exportación en la Argentina beneficia a la población", sostuvo González Insfrán

Remarcó que no se puede "colocar el precio de la soja en el mercado internacional” si no hay “rutas suficientemente eficientes para sacar la carga”. “La diferencia que hay entre el precio de Chicago y el precio de Rosario es el costo del transporte a los mercados internacionales. Si la hidrovía no funciona y no tenemos capacidad de bodega suficiente y eficiente para poder sacar la carga, ese costo es mayor. Entonces, es más difícil colocar la soja en el mundo y, por lo tanto, no ingresan las divisas que benefician a la población", afirmó.

"El único problema que tenemos con la hidrovía es que nosotros no tenemos barcos; los ponen las empresas exportadoras, que son extranjeras, porque Argentina no tiene barcos propios. No tenemos barcos ahora porque tenemos una política impositiva que hace completamente inviable desarrollar una marina mercante, con un 75% de presión impositiva. El 100% de la carga que entra y sale de la Argentina entra en barcos extranjeros", cuestionó.

En ese sentido, imploró la necesidad "urgente de desarrollar nuestra marina mercante”, y que “el gobierno tiene que meter mano en esto”. “No tenemos dirigencia sentada en la mesa de negociación con el Gobierno para desarrollar la marina mercante. Los dirigentes sindicales tienen que sentarse en la mesa de negociación y explicarle a los gobernantes para buscar la fórmula necesaria para hacer viable la inversión en bodegas de Argentina", sostuvo.

"Tenemos una política equivocada desde hace muchísimos años con respecto a la marina mercante. Tenemos los astilleros, todavía tenemos mucha capacidad y tecnología para poder poner en marcha, pero si yo tengo que fabricar un barco en Argentina, tengo que importar la chapa y me cobran todos los impuestos. La política impositiva tiene que tener un punto de equilibrio entre la recaudación y la producción", reflexionó.

Asimismo, entendió que "el problema del mercado es que es lo más asustadizo que hay” y que “el inversor es un tipo muy cobarde, y si no hay seguridad, duda mucho para invertir”. “Si sigue bajando la inflación y se establece la estabilidad monetaria, y el Estado administra correctamente y eficientemente las inversiones, seguramente va a haber un boom de inversiones en Argentina. Y cuando la haya, la gente que vota con el bolsillo lo va a votar masivamente", pronosticó.

En tanto, señaló que “el ajuste hay que hacerlo porque estamos fundidos, los que menos tienen siempre perdieron y cuando estuvo Cristina (Fernández) tuvieron que darle subsidio a los jubilados y a los que menos tienen porque sino se morían todos de hambre”. No podemos vivir de los subsidios tenemos que vivir del trabajo, hace 20 años que venimos de quilombo en quilombo, teníamos un país fundido, no teníamos un mango y le debíamos plata a todo el mundo y encima nadie quería poner un mango. Hay una cultura montada de empresarios y trabajadores que si el Estado no los asiste, no logran nada. El blanqueo demostró que había millones de dólares en Argentina que no la querían poner a producir porque no confiaban en el país y especulaban todo”, cerró.