El abogado especialista en Derechos Humanos Javier Garín se refirió a la detención de un presunto abusador (de iniciales LV) a lo que manifestó que “hay una pericia en donde se determinan las características de de su personalidad”. “Este sujeto efectivamente ocasionó muchísimo daño a una serie de chicas muy jóvenes porque él era referente estudiantil en trabajo social de la Universidad Nacional de La Plata, ya había sido expulsado de otras agrupaciones, pasó a formar parte de una organización de Izquierda con una dogmática muy especial que favoreció el abuso que hizo de sus compañeras”, expresó.

En diálogo radial con Política del Sur, el letrado afirmó que esta persona aprovechaba “la protección de una docente muy reputada con mucho prestigio en esa casa de estudios para manipular psicológicamente a las víctimas”. Y que por medio de “un asesoramiento psicológico, que brindaba su propia madre tenía un perfil psicológico de cada una de ellas, conociendo su vulnerabilidad y sus problemas para meterse en sus vidas mediante una práctica de mecanismos de control mental propios de las sectas”, aseguró.

Sostuvo que este control “implicaba también castigos” porque “cuando alguien cuestionaba algo inmediatamente se adoptaban represalias de tipo supuestamente invocando cuestiones ideológicas  y que llevaban a que este control ideológico y psicológico fuera la base sobre la cual después se ejercieron los abusos”. “En determinado momento se encontraban las víctimas con que en mitad de la noche se les haya aparecido en la cama, pero directamente violándolas aprovechando que estaban dormidas o que tenían alcohol o en algunos casos sospechamos incluso que les haya suministrado este algún producto químico, las llamadas drogas de violación”, contó.

“Cuando se planteó esta cuestión yo les requería a las denunciantes que juntaran todos los testimonios que pudieran, porque era importante que no fuera una sola o dos las que denunciaban para evitar que se utilizara el argumento de que en realidad había sido una relación consentida. Y efectivamente hubo muchas personas que habían sido víctimas y de esa manera se pudo crear una un modus operandi que fue reiterado en todos los casos casi de la misma manera. La causa llevó varios años, pero quedó establecido que se trataba de abusos reales”, marcó.

Comentó que esto empezó a salir a la luz “en el año 2017 o 2018” en una asamblea de la organización estudiantil que las mujeres “decidieron hacer por todas las situaciones violentas que se habían producido con varios varones y entonces en ese momento estalló”. “Más de 10 víctimas aparecieron contando lo mismo. Después de hacer las primeras denuncias que fueron corroboradas por múltiples testimonios, lo que hace más sólida la imputación, así que yo creo que está suficientemente demostrado”, indicó.

“No sé si la madre estaba o no al tanto de esto, pero la que sí sabía era la docente. En este momento el que está imputado es él vamos a ver si este en una ulterior instancia la imputan también a ella, que no dijo nada, no abrió la boca y no firmó la solicitada que la declaración que se sacó después la asamblea haciendo públicos los abusos. Entonces es claro que tuvo siempre una actitud de proteger a esta persona. Es algo muy grave y la Universidad de La Plata debería tomar medidas disciplinarias”, expresó.

Además recalcó que “la estructura de la organización generan las situaciones propicias para que alguien cometa abusos sexuales de este tipo”. “A este personaje lo tienen que condenar porque donde vaya va a hacer daño, dejó de ser marxista de izquierda y se convirtió en evangélico. Está en una iglesia evangélica en donde es el ámbito propicio para que vuelva a hacer lo mismo con las feligresas. Está detenido en este momento en este momento está detenido. Creo que no lo van a excarcelar”, cerró.