sábado 12 de octubre de 2024 - Edición Nº2138

Opinión | 16 ago 2024

POR ANTONIO NOVIELLI

El taxista, en un momento crucial: Luchando por su sobrevivencia

Un negocio, que llegó a ser parte de la rutina de las ciudades, parece no ser de este tiempo. Un chofer que trabaja una jornada de 12 horas, mayormente nocturnas, y seis días a la semana, no supera los $800,000 mensuales de sueldo. Un salario que lo ubica por debajo de la línea de pobreza.


Una serie de factores ha llevado a que un negocio de otros tiempos, que llegó a ser parte de la rutina de las ciudades, como es el caso de los "taxistas" o "tacheros" —nombre que se debe a los primeros taxímetros que se usaron en Buenos Aires, los cuales eran importados y se llamaban “Tachometer” (pronunciado: “ta-kom-i-ter”)— esté atravesando un momento de decisiones cruciales. Por asociación a esta marca de taxímetros, el automóvil de servicio público comenzó a llamarse “tacho” y a su conductor, “tachero”.

Lejos han quedado los tiempos de *Rolando Rivas, taxista*, la telenovela de Alberto Migré protagonizada por Claudio García Satur y Soledad Silveyra, que aún hoy sigue siendo una de las más exitosas de la televisión argentina. Su trama romántica y melodramática lograba captar la atención del país para ver sus capítulos. Con una trama que hoy podría considerarse sencilla, el protagonista, un taxista de 27 años que vivía con sus hermanos en el barrio de Boedo, se enamoraba de una joven de una familia rica, interpretada por Soledad Silveyra. Un romance entre ellos dos que nunca se terminaba de concretar, fue la primera telenovela que se emitió los días martes a las 10 de la noche, un horario que en general reunía a toda la familia.

Esta bohemia profesión, que llegó a ser considerada la de un "psicólogo sobre cuatro ruedas", ha mutado tanto que hoy, entre la pérdida del poder adquisitivo, las nuevas plataformas de transporte y los costos de mantenimiento, se ha generado un cóctel explosivo en el servicio de taxis, reflejado en una caída de la recaudación que oscila entre el 50% y el 60%.

Tal es el caso que un chofer que trabaja una jornada de 12 horas, mayormente nocturnas, y seis días a la semana, no supera los $800,000 mensuales de sueldo. Un salario que lo ubica por debajo de la línea de pobreza debido al costo de vida, en un ámbito cada vez más disputado por la competencia "desleal" que proponen las nuevas plataformas como Uber y Didi, entre otras, que no cuentan con la regulación pertinente y acaparan cada vez más el mercado.

Con controles algo laxos en varios puntos del país, ya están generando conflictos entre los gremios de taxistas y los organismos de control, siendo evidente la falta de fiscalización sobre los permisos, carnés de conducir y otros trámites de rigor, comparando un sistema regulado como el de los taxis con otro irregular como el de las aplicaciones.

Un taxista trabaja seis de los siete días de la semana, pues tiene derecho a un franco semanal a elección. Ese día de descanso no suele ser el fin de semana, ya que "supuestamente es cuando más trabaja". El chofer debe renovar cada dos años el carné profesional (categoría D1 o D2), que hoy cuesta cerca de $40,000, dependiendo del distrito.

En cuanto a los precios de las licencias, en la Ciudad de Buenos Aires se han duplicado en términos de dólar durante los últimos seis años, llegando a unos u$s24,300.

La estructura del negocio es la siguiente: existen al menos dos tipos de relación entre chofer y titular del taxi: porcentaje (que puede variar entre 30% y 50%) o tarifa fija, menos los gastos del móvil diarios como la carga de combustible o GNC.

Aquel que pretende ser chofer de taxi debe presentar certificado de antecedentes penales, solicitar una declaración jurada en cuanto a violencia de género y obtener un carné profesional.

Solo entonces tiene la posibilidad de subirse a un taxi, otro aspecto que difiere de los choferes de Uber, quienes no pasan por este proceso y pueden hacerlo sin controles.

Con la actual recesión, el trabajo nocturno ha caído notablemente, razón por la cual muchas unidades ya no salen a prestar servicio, pues es notorio que después de las fiestas hay poca gente en la calle, y muchos lugares gastronómicos y bares han cerrado, lo cual potencia la merma.

Actualmente, en varias ciudades del país existe un sistema de geolocalización único en Latinoamérica para la flota de taxis, y un 70% de la flota ha sido renovada. Además, se realizan cursos y capacitaciones orientados a cuidar al pasajero y al chofer, lo que logra profesionalizar la actividad.

En cuanto a las unidades, en determinado momento deben pasar por el taller, lo que también genera inconvenientes a la hora de generar ingresos. Cuando el auto va al taller, el chofer debe quedarse en casa o hacer otra cosa, porque no queda otra; nadie paga los días caídos, pese a que esa condición está homologada por convenio colectivo, según afirma una fuente del Sindicato de Peones de Taxis.

En este contexto, lo que produce el móvil, el chofer lo gasta para vivir al día. Lo primero que destina es a la comida, una realidad que causa indignación y tristeza si recordamos que en la pandemia eran considerados esenciales para la sociedad, como los médicos, enfermeros y otros tantos, quienes también hoy pasan por momentos de angustia y zozobra, considerando que sus ingresos salariales están por debajo de la línea de indigencia.

Estos números tampoco les cierran a los dueños, pues el taxi "ya no es negocio". Como vemos, en la jornada no se llega a cubrir siquiera la carga impositiva del servicio y menos aún la cuota del auto, recientemente renovado si fue adquirido directamente de fábrica por agencia.

Al momento de calcular los costos para el funcionamiento de la unidad, se deben tener en cuenta un cambio de aceite por mes, cambios de cubiertas cada 10 meses, cambio de batería cada 18 meses aproximadamente, seguro mensual (debido al plus para 4 pasajeros transportados), la desinfección del auto, la renovación de la Verificación Técnica Vehicular (VTV), que debe hacerse cada seis meses, chequeo de la unidad cada 3 meses, y sumar a estos ítems el combustible, todos los días (y a rogar que nada se rompa).

¿Qué dice el convenio colectivo de peones de taxis?

El convenio colectivo del taxista establece una remuneración a porcentaje y desempeño, con una base mínima del 30% de la recaudación bruta. Así, el sueldo se calcula en 8,400 fichas a valor de tarifa nocturna.

Esto no impide que se realicen acuerdos contractuales donde los choferes que reciben acuerdos con tarifa fija o trabajan a porcentaje, variable que oscila dependiendo del vehículo y las horas que dispone el chofer. El mínimo es de 8 horas y hasta 12 horas como máximo.

Otro punto donde se nota la competencia respecto a las aplicaciones es que la remuneración del chofer ha bajado muchísimo, pese a que hay titulares que se animan a dar el 50% de la recaudación bruta. Pero se han perdido muchos puestos de trabajo, y muchos se han dedicado a otras actividades o se han pasado a Uber.

Los costos para un viaje en Buenos Aires en agosto de 2024 son los siguientes: Bajada de bandera (costo de subir al taxi): $1280 (tarifa diurna); $1540 (tarifa nocturna). Ficha (200 metros recorridos): $128 (tarifa diurna); $154 (tarifa nocturna). Minuto de espera: $128 (tarifa diurna); $154 (tarifa nocturna).

En esta nueva forma de operar, podemos notar que con las aplicaciones se ha creado un negocio que pasa más por lo financiero, tributando casi nada en nuestro país, que por la misma movilidad o transporte del pasajero, transformando el taxi en un negocio no rentable. De seguir estas condiciones, se llevará a un fin de ciclo para varios propietarios y choferes, pues ha pasado a ser una actividad difícil y con mayor riesgo.

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