

Por: Federico Cedarri
El Senado de la provincia de Buenos Aires congeló la propuesta camporista de Maite Alvado aprobada en Diputados que propone aumentar las indemnizaciones por despidos.
De hecho, el gobernador bonaerense había trasuntado cierta incomodidad por la iniciativa que despierta la queja airada de los sectores de la pequeña y mediana empresa a los que Kicillof tanto pondera como el motor productivo de la provincia.
En rigor, el mandatario podría sentir un alivio importante ya que la propuesta se apresta quedar en el camino en la Comisión de Industria y MInería que preside el libertario disidente Sergio Vargas.
Es que el legislador bahíense si bien ha sido compañero de ruta del Ejecutivo en el acompañamiento de proyectos estratégicos como el endeudamiento, la Ley Fiscal y el apoyo al proyecto de Petronas en su lugar natal, también ha asumido un férreo compromiso con los sectores empresarios que han recorrido la comisión que preside pidiendo aliviio de los costos.
La iniciativa camporista fue acompañada en la Cámara Baja por el apoyo de los 9 legisladores que responden a Gustavo Cuervo, una suerte de mezcolanza de dirigentes con más o menos ligazón con el peronismo que pactaron en su momento un acuerdo con el actual presidente para prestarle sellos con la intención que pudiese competir en las elecciones en la provincia.
Ante la intransigencia de Vargas y la seguridad de que tanto Carlos Kikuchi como Silvana Ventura actuarán en la misma sintonía, la propuesta parece destinada a dormir el sueño de los justos hasta que caduque su Estado Parlamentario.
De hecho, en una reunión con empresarios en el Anexo del Senado provincial donde estuvieron presentes la totalidad del variopinto abanico de radicales y amarillos, el monzonista Marcelo Daletto anticipó a los empresarios que la Cámara Alta ya tenía la mitad de los votos más uno para rechazar la propuesta: Ante ese escenario el oficialista Unión por la Patria no se va a someter a una derrota política en el recinto.
La Cámpora había esgrimido esta iniciativa como contraposición al modelo de Javier MiIei de flexibilización laboral, propone concretamente que para el cálculo del valor de las indemnizaciones se tome como referencia el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y un agregado del 6% sobre ese monto con la intención de que no queden relegadas por la inflación.
En la Cámara Baja, el bloque que conduce uno de los principales lugartenientes de Máximo Kirchner, Facundo Tignanelli, anudó los acuerdos con el bloque de Gustavo Cuervo y finalmente obtuvo la media sanción con mayoría simple.
El tándem de los disidentes violetas no operan igual en ambas Cámaras, mientras en Diputados coquetean con el kicillofismo en el Senado parecen aproximarse al pichettismo y ejercer una actitud menos condescendiente con el gobernador.
Este freno a la propuesta camporista eximirá al gobernador de practicar un hipotético veto por presión empresaria, lo que habría repercutido negativamente en el enfrentamiento de la tropa kicillofista y los seguidores de Máximo Kirchner.
Si bien en la comisión de Salud de la Cámara Baja el oficialismo pudo salir airoso con su dictamen sobre el proyecto de creación de una empresa de emergencias médicas por el faltazo de las libertaras disidentes Constanza Moragues y Blanca Alessi para que luego la iniciativa transite aguas tranquilas entre la mayoría oficialista, la situación se ha complicado.
Es que el bloque de Unión, Renovación y Fe está subiéndose el precio en la reconfiguración política, entienden que desplazados de la órbita de negociación coyuntural el PRO y los radicales abadistas se han convertido en un salvoconduto de Kicillof para lograr apoyos de mayoría simple.
Ante este escenario y los cuestionamiento que han recibido desde el mileísmo ortodoxo acusándolos de cómplices del oficialismo, los seguidores de Cuervo estan reseteando su modus operandi y hasta el momento sostenienen el rechazo o la abstención en caso de que la propuesta baje al recinto.
Es por esto que la Cámara Baja no celebró su tradicional sesión del mes de junio cuando el mandatario bonaerense esperaba celebrar la media sanción de la propuesta que menos irrita a la oposición.
De hecho, la creación de la empresa productora de medicamentos e insumos hospitalarios ni siquiera ha comenzado su derrotero por las comisiones asignadas y la expectativa del oficialismo pasa por poder colarla en los paquetes de negociaciones que se emprendan a la hora del tratamiento del Presupuesto y Ley Fiscal sobre el filo del año.
Desde la bancada de Gustavo Cuervo desmienten rotundamente la especie que se ha echado a rodar de que el mandatario bonaerense ofrecería al diputado Fernando Rozas, un ex asesor de Gustavo Ferrari durante el mandato de Vidal, un sillón en el Directorio del BAPRO: “Son operaciones del bloque mileísta oficial para desprestigiarnos, nosotros votaremos lo que nos parece bien y lo otro lo rechazaremos sin condicionamientos y este proyecto tiene inconsistencias”, se limita a responder a PDS una fuente del espacio.
Final abierto en Diputados, habrá que aguadar las próximas movidas del oficialismo para verificar si Kicillof tendrá finalmente la ley aprobada antes del receso invernal como presupuestaba.