

Por: Federico Cedarri
El peronismo bonaerense asume importantes desafíos en este 2024, convertirse en la punta de lanza de la resistencia contra el gobierno de Javier Milei y al mismo tiempo dilucidar un horizonte de conducción que sintetice a todos los sectores justicialistas.
Está claro que la derrota de Unión por la Patria en el ámbito nacional reconfigura el tablero político y si bien el kirchnerismo encontró refugio en algunas áreas del gobierno provincial, el gobernador bonaerense Axel Kicillof está ensayando una diferenciación del cristinismo duro: la nueva melodía que despertó tantas polémicas con La Cámpora.
Más allá de las distancias con Máximo Kirchner, el Gobernador es partidario de que el próximo presidente del PJ bonaerense sea alguien que reúna consensos y sobre todo que cuente con el visto bueno suyo: “Axel hoy parece el jefe del peronismo bonaerense en las sombras, la elección de octubre y el pararse frente a Milei con determinación lo posicionan indefectiblemente como el referente, incluso por sobre Cristina”, suelta exultante un diputado peronista a PDS que se encuentra enmarcado entre los que repelen la conducción de Kirchner.
De igual modo, hay que resaltar que el sector que contribuyó a la entronización del hijo de la ex presidenta en la jefatura del PJ, si bien perdió fuerza luego del paso al costado de Martín Insaurralde, no desapareció del tablero político.
Quedó palmariamente demostrado en la negociación de la Cámara Baja provincial donde Máximo doblegó a Sergio Massa y colocó a Alejandro Dichiara para manejar el Cuerpo el primer año, además de mantener el control del bloque con su lugarteniente Facundo Tignanelli.
El matancero fue un pilar activo en la conformación de las listas seccionales que fueron colonizadas por la lapicera camporista bajo el amparo de la ex presidenta Cristina Kirchner.
No obstante, La Cámpora ganó poder territorial con el triunfo en comunas del interior elevando la cuenta a 12 municipios entre los que se cuentan los tanques de Hurlingham con Damián Selci y Quilmes con Mayra Mendoza.
La quilmeña aparece aislada políticamente del resto de sus pares del conurbano profundo que planean tener un papel activo en la renovación partidaria en el 2025 apalancando a algún referente cercano al grupo Ensenada que apuntalaron con fuerza la reelección de Axel Kicillof.
En tanto Máximo Kirchner gana tiempo, reunirá al partido en la Costa Atlántica para que se produzca la catarsis irreversible que le permita aflojar tensiones y evitar movimiento apresurados en la conducción pejotista.
Hay un pedido ante la Corte Suprema Bonaerense que podría tener una resolución en marzo y que tiene relación con una presentación del alcalde de Esteban Echeverría, Fernando Gray, opositor encarnizado de Kirchner, cuestionando las formas en las que el diputado nacional llegó al principal casillero provincial partidario en marzo de 2021 salteando la instancia de internas.
El grupo de intendentes que conforman la llamada Mesa de Ensenada, en homenaje a la ciudad riberense anfitriona de sus encuentros, apoyaron sin condicionamientos la reelección de Axel Kicillof cuando La Cámpora presionaba a Cristina Kirchner para que el Gobernador bonaerense fuera el candidato presidencial.
Este espacio tiene algunos nombres en carpeta para competir por la presidencia del partido, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, es uno de los anotados que tiene en su distrito una disputa abierta con el senador provincial camporista, Emmanuel González Santalla.
De igual modo, algunos le ponen una fichita al alcalde de La Matanza, Fernando Espinoza: “Si no juega él va a apadrinar a alguien”, suelta enigmática una fuente cercana al intendente ante la consulta de este portal.
En rigor, el candidato natural de ese espacio es el gobernador Axel Kicillof pero el mandatario ya les ha hecho llegar su declinación a encabezar el partido a nivel provincial, su intención es pelear por la conducción nacional del Partido Justicialista ante el vacilamiento que se aprecia en varios gobernadores peronistas de enfrentar decididamente al gobierno de Javier Milei: “En ese sentido Axel los aventajó claramente”, admiten cerca del mandatario.
No hay que descartar que el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, intente plantar su candidatura para presidir el PJ bonaerense aunque no tendría apoyos considerables en el espectro de sus colegas del conurbano.
El inconveniente que despunta Mario Secco que podría ser otro de los candidatos que reuniría consensos es meramente administrativo: es el presidente del Frente Grande, con origen radical y por ende sin ficha de afiliación al peronismo.
Así las cosas, los distintos sectores aprontarían las armas para trenzarse en un batalla interna recién durante el 2025, año que además tendrá para el Gobernador bonaerense el reto de las legislativas de medio término que podrían catapultarlo definitivamente al escenario nacional.