Por: Federico Cedarri

Luego de la contundente victoria del domingo 22 de octubre que le garantizó la reelección bordeando el 50% de los votos, el gobernador bonaerense Axel Kicillof se encuentra enfrascado en otra empresa trascendente: convertir a la provincia de Buenos Aires en el trampolín que deposite a Sergio Massa definitivamente en el sillón de Rivadavia.

El mandatario provincial fue anfitrión en su residencia de La Plata de Massa y los alcaldes del conurbano, partícipes indiscutibles de la mejoría sustancial de Unión por la Patria en territorio bonaerense.

Allí volvieron a dejar en claro que la necesidad ahora pasa por ganar a como sea el ballotage: “Axel es consciente de que es la única manera de encarar una gestión comprometida plenamente con la actividad productiva e industrial”, explicó a PDS un legislador cercano a un intendente que participó del cónclave.

En rigor, el mandatario provincial tiene resuelto poner todas sus energías en el ballotage del 19 de noviembre ya que considera indispensable tener en el gobierno nacional un aliado que acompañe las políticas públicas que planifica para la segunda etapa: “No hay Provincia sin Nación”, repiten.

De manera posterior se lo verá abocado a la presentación del Presupuesto 2024 que sin dudas estará condicionado por el resultado del ballotage: “Massa le garantizó al Gobernador y los intendentes que habrá recursos para encarar planes de obras de infraestructura, en cambio con Milei tendremos agua y ajo”, manifiesta a PDS un diputado relacionado con un importante intendente.

Se lo verá a Kicillof en los próximos días machacando sobre los riegos que conllevaría un triunfo de Javier Milei, hará hincapié fundamentalmente en los interrogantes sobre el mantenimiento de la educación y salud pública si el libertario accediese al gobierno.

Kicillof aprecia complacido los desaguisados en la principal fuerza opositora, razona que podría granjearle un escenario favorable para su relación con la Legislatura donde encontraría aliados indispensables para avanzar en las leyes que le urgen.

La pecera donde pescar apoyos es una sola: los legisladores radicales.

Cerca del Gobernador estiman que la alianza de Juntos por el Cambio con el tiempo se terminará de deshilachar y que el radicalismo podría contribuir con la gobernabilidad en la Nación y la Provincia de Buenos Aires: “Quedaría aislado el PRO ortodoxo porque los moderados amarillos también jugarían en tándem con los radicales”, pronostica a este portal otro legislador que conoce el paño parlamentario.

Además está latente la posibilidad de que algunos legisladores electos por La Libertad Avanza, de raíz peronista, también peguen el salto de las filas del libertario enojados por el acuerdo con el macrismo y desplieguen una manifiesta colaboración con el gobierno bonaerense: “Si Milei pierde el ballotage los libertarios se desbandan”, agrega un referente parlamentario que fatiga los pasillos de la Legislatura bonaerense.

La ley que más le preocupa al Gobernador que avance en el Parlamento tiene que ver con la reforma a la caja previsional del Banco Provincia, la Corte Suprema de Justicia amenaza con declarar inconstitucional la norma votada en 2017 durante el vidalismo y exigió perentoriamente una solución política al problema.

En respuesta a esa manda el gobernador Kicillof, en consenso con el gremio La Bancaria, elaboró un proyecto que restituye el 82% móvil y posibilita a las mujeres volver a jubilarse a los 60 años, enjuga el déficit de caja con el aumento de los aportes de trabajadores activos y la ayuda del tesoro bonaerense.

Si bien la propuesta había sido desdeñada por impulso del ex presidente Macri por considerar que no había que comprometer recursos públicos en jubilaciones que consideraba de privilegio, desde el radicalismo siempre manifestaron una mayor predisposición para avanzar con la iniciativa oficial pero prefirieron hacer causa común con sus socios ante la posibilidad de una ruptura antes del proceso electoral.

“Ahora, con un eventual apoyo del radicalismo el proyecto puede salir y evitar una cadena de juicios que le podrían costar sangre, sudor y lágrimas  a las arcas provinciales”, explica un diputado peronista del interior bonaerense que participó en las reuniones frustradas para llevar adelante la ley sobre fines del 2022.

Gabinete con impronta kicillofista pero con lugares asegurados para los aliados naturales

La amplia victoria que logró el mandatario provincial le permite una política de manos libres en lo que tiene que ver con la autonomía para la confección del nuevo gabinete, allí debe reemplazar algunas piezas claves como el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini, que deberá asumir la intendencia de Malvinas Argentinas.

Se especula que ese lugar será cubierto por un representante de los alcaldes del conurbano bonaerense, un guiño hacia la continuidad de la alianza con quienes llevaron adelante una tarea descomunal en el marco de la movilización electoral acaecida el 22 de octubre.

También se descuenta un mayor protagonismo de la mano derecha de Kicillof, su jefe de asesores Carlos Bianco, que había sido relegado cuando Cristina y Máximo Kirchner le impusieron luego de la derrota en la PASO 2021 a Martín Insaurralde como jefe de Gabinete para dotar de músculo político a la gestión provincial.

El kirchnerismo también tendrá su lugar y fundamentalmente La Cámpora a quien se le valorará, más allá de los chisporroteos entre el Gobernador y Máximo Kirchner, las 12 intendencias que lograron acumular.

No es prioridad para el mandatario provincial tomar las riendas del PJ bonaerense pese al operativo clamor desplegado por algunos intendentes y la aparente decisión de Kirchner de dar un paso al costado luego del desgaste sufrido tras el escándalo de Insaurralde. “Es probable que se consensue un nombre representativo de todos los sectores y Axel se dedique plenamente a la gestión como lo ha venido haciendo con éxito hasta el momento”, desliza a PDS una fuente ligada al gobierno provincial.